Los Geely de hoy no tienen, absolutamente, nada que ver con los Geely desde hace una década. Y claro, podrán pensar muchos, el tiempo no pasa en vano, pero no solo es eso, sino que también ha pasado mucha agua bajo el puente de este fabricante chino -actualmente dueño de Volvo, Lotus, Proton y con participación en Daimler (Mercedes-Benz)-.

El futuro del hoy gigante automotriz Geely pinta así prometedor. Y ya se puede echar un vistazo a bordo del X7 Sport, modelo que confirma las mayores pretensiones del constructor asiático. Y es que esa imagen de producto desechable queda atrás con este SUV mediano de look robusto, moderno y de sello propio, que combina bien con un interior amplio, confortable y equipado.

Geely

Con un imponente frontal, perfil ascendente y acento off-road que le dan unos pasos de rueda anchos y molduras plásticas, el X7 Sport luce bien en la calle, en tanto, que por dentro, se siente a gusto. Se nota una preocupación en su construcción, con una mezcla de materiales de buen tacto, terminaciones correctas y asientos con tapiz de cuero y pespuntes blancos.

En líneas generales, su estética interior es sencilla, pulcra y funcional. Sin redundancias. Probablemente, lo más atrevido sea el particular diseño de las manillas, que engaña a la hora de abrir las puertas -las cuales, por otro lado, luego hay que empujar con decisión para que queden bien cerradas-.

Una pantalla táctil de ocho pulgadas domina la presente consola central, que, además, reúne los mandos del climatizador, la palanca de cambios, botones relacionados con la dinámica, espacio para guardar objetos y vistosas abrazaderas.

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Decir que su sistema de infoentretenimiento es de una gráfica e interfaz sencilla, fácil de enlazar con un smartphone y compatible con MirrorLink. Sí acotar que la fidelidad a la hora de una llamada no fue de las mejores en nuestra experiencia. El resto de la interacción fue buena.

Ahora bien, respecto de la habitabilidad, el X7 Sport acoge a cinco personas de forma cómoda, brindándoles a los pasajeros traseros mucho espacio para las piernas y altura, además, de una agradable reclinación. Quienes nos subimos adelante, eso sí, notamos un poco duro el mullido de los asientos, más allá de que en la plaza del piloto reconforte la disposición de ajustes eléctricos.

En ese sentido, y como buen chino, este Geely es generoso, no hay de qué quejarse del equipamiento. Hay tecnología, confort y seguridad. Una vez en marcha, su tren motriz responde bien a los requerimientos del piloto, sobre todo pasadas las tres mil vueltas. Cuando se acelera de salida, hay un pequeño retardo. Nada grave, de todas formas.

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Resulta muy agradable lo bien relacionada que está la caja de cambios, pues no se anda a tirones, aunque siempre, claro está, podría ser un poco más instantánea.

La suspensión y dirección gustan harto. La primera se siente bastante cómoda filtrando baches y en rectas, pero también se percibe firme al afrontar curvas, con escaso rolido de la carrocería. En tanto, que al volante la dirección ofrece un buen tacto, directo, que no pierde sensibilidad cuando se acelera.

Nos dio 8,5 km/litro en consumo mixto (autopista/ciudad), probablemente, el punto más bajo del X7, pero nada tan distinto de su competencia.

Ficha Técnica:

» Motor: 2.4 litros

» Potencia: 162 Hp

» Torque: 220 Nm

» Transmisión: AT 6 vel.

» Tracción: AWD

» Pantalla: 8"

» Conectividad: MirrorLink

» Precio: $ 15.490.000