Great Wall Motors no para de sorprendernos con su política de internacionalización, a través de la compra de fábricas que otras marcas cerrarán. Así tras hacerse el año pasado de una planta de GM en Tailandia y la reciente adquisición de otra perteneciente a Mercedes-Benz en Brasil, hoy el gigante chino va por la de Nissan en España.
Si bien GWM es la última firma en sumarse a la puja, es la opción preferida de los encargados de gestionar el cierre de las instalaciones en Barcelona. Una mesa en la que están presentes tanto Nissan como el Gobierno de España, la Generalitat de Cataluña y los sindicatos.
Los otros candidatos son el grupo belga Punch, un conglomerado de empresas con la española QEV Technologies a la cabeza y la marca de motos eléctricas Silence (también española).
Si bien no se conocen mayores detalles de las negociaciones, se sabe que Great Wall estaría apostando por quedarse con la sede de Zona Franca, donde invertiría 150 millones de euros y que le daría una capacidad de producción de 100 mil unidades anuales. Cuatro marcas podrían ser fabricadas en Barcelona: Haval, Wey, Ora y la propia Great Wall.
De concretarse la compra durante los próximos meses, GWM se abriría así paso dentro de la Unión Europea, lo que ayudaría a derribar algunos clichés de los autos chinos.