La tarde del 4 de julio de 2015 algo cambió en el deporte nacional. Fue un día de contrastes. Cerca del mediodía se confirmaba la triste noticia de que Carlo de Gavardo había fallecido. Horas después, en el Estadio Nacional, Chile se coronaba campeón de la Copa América tras superar en la final a Argentina.
Ese recordado penal de Alexis Sánchez en el arco sur del coliseo ñuñoíno no solo puso fin a un siglo de derrotas y triunfos morales en el fútbol. También liberó un desahogo contenido por múltiples generaciones que convirtieron ese festejo en el símbolo de una nueva era para el deporte local, una etapa en la que se admite como posibilidad real ganar, aunque al frente se encuentre Brasil, Argentina o alguna potencia europea.
En estos últimos 10 años, donde el mundo se ha movido a caminos distintos, la evolución del deporte chileno es evidente, con una ruta que ha estado definida por una mentalidad diferente, con un carácter más ganador. El mismo chileno dejó de considerarse el "chilenito".
Un punto de inflexión en este camino se dio con la llegada de Marcelo Bielsa. El arribo del rosarino remeció la estructura en base a ideales que estaban sobre una victoria ocasional. Y tanto jugadores como el público adoptó esa filosofía de profesionalismo, con el trabajo como único puente al éxito.
Chile cambió con Bielsa, no hay duda. Quizás no está todavía a la altura de lo que pasa en Argentina, España o Colombia, países con buenos resultados en decenas de disciplinas, pero es innegable que se ha mejorado en cuanto a lo que se venía ofreciendo en décadas pasadas, donde los escasos logros obedecían casi exclusivamente al trabajo personal o a un talento fuera lo común, como lo fue con Marcelo Ríos.
Pero ¿qué cambio en estos años? ¿Qué se hizo para conseguir mayor figuración internacional? ¿Qué puntos se deben mejorar?
» Aporte extranjero a la generación
En los recientes Juegos Panamericanos de Lima, Chile sumó 50 medallas, 13 de oro. Con eso, nuestro país se instaló en el octavo lugar del medallero y consiguió su mejor participación en este tipo de competencias.
Para explicar un poco esta evolución, Felipe Brangier, capitán de la selección chilena de rugby seven, precisamente uno de los deportes que más ha experimentado alza en Chile, dice que "han sido claves los casos de éxitos precedentes, ver que otros deportistas, con igual o mayores limitantes, han sido capaces de alcanzar éxitos. Esto ha ido marcando el camino y abriendo una puerta de esperanza para las generaciones que están comenzando en el deporte y que se ilusionan con estar entre los mejores".
Complementando esa tesis, Elías Figueroa, para muchos todavía el mejor futbolista en la historia de Chile, señala que "el deportista ya no tiene temor a enfrentar a los mejores del mundo. Ese es un cambio grande respecto de lo que me tocó vivir en mi etapa de futbolista, donde no era tan sencillo ver habitualmente a las máximas estrellas".
La experiencia del ex zaguero central sirve para apreciar la importancia que tiene el rodearse con los mejores y cómo eso influye en el rendimiento. "Yo tuve la fortuna de irme a jugar a Peñarol con 18 años, donde me di cuenta de la necesidad que tenía de demostrar personalidad. Pero no era lo habitual. Recuerdo que una vez vinimos a jugar con Universidad de Chile, en la semifinal de Copa Libertadores. Un partido muy duro, donde pegué algunas "pataditas" y eso extrañó mucho acá, los diarios al otro día decían 'nos cambiaron a Figueroa'. Pero eso lo entregaba el roce cotidiano con los mejores del mundo, algo que pasa mucho más hoy. Además, ahora existe la posibilidad de ver partidos de las ligas más importantes, eso antes era muy complicado, muy difícil que hubiese una transmisión de un partido. Eso permite que los rivales ya no sean tan desconocidos, que sepas la forma de jugar del resto y te permite que, cuando los enfrentas, te puedas parar cara a cara, sin temores".
Para el periodista Gustavo Huerta, quien ha seguido de cerca la evolución del deporte en su carrera profesional, uno de los momentos relevantes en este crecimiento se da "desde la llegada de Nevel Ilic al Cómite Olímpico de Chile. Desde ahí se ha visto un mejor trabajo, más ordenado, y eso ha llegado a otras federaciones".
Eso sí, para el profesional de TVN y Fox Sports, otro de los aspectos claves de la evolución en la última década está "la llegada de los head coach, de entrenadores especialistas, en deportes como el levantamiento de pesas, el vóleibol, el hándbol, por nombrar algunos. El arribo de personas que son extraordinarias por el aporte que entregan y por el conocimiento que tienen del deporte ha sido uno de los puntos que han incidido en el alza y en la obtención de algunos logros".
En la misma vereda que Huerta se encuentra Enrique Aguayo, sicólogo de Clínica Meds y presidente de la Sociedad Chilena de la Sicología del Deporte, quien precisa que "a Chile han llegado entrenadores extranjeros que han venido a aportar mucho, es algo que debería insistirse, a pesar de que, en algunos deportes, hubo entrenadores que tuvieron resistencia por parte de los técnicos locales, lo que es una pena. Pasó, por ejemplo, en la natación, en el tiro con arco, donde entrenadores de gran nivel, como Daniel Grimalt (natación) tuvo que optar por irse del país, o Martín Frederick (tiro con arco), que tiene cinco campeones mundiales, incluida Denisse van Lamoen, y termina partiendo también".
El hándbol, uno de los deportes que luce destacados resultados en el último tiempo –ganó medalla de Plata en Lima 2019- es otra disciplina que se benefició con la llegada de un técnico foráneo.
Según comentó Marco Oneto, la gran figura histórica de la selección chilena de balonmano, recuerda que "en su momento se me pidió un consejo y di el nombre de Mateo Garralda. Fue un proyecto que trabajamos con Neven Ilic, quien buscaba mejorar lo que había hecho Fernando Capurro. Garralda fue un jugador de los más grandes en la historia de España. Medallista olímpico, campeón mundial y europeo, ganó muchas ligas. No hay título que no haya ganado como jugador. Él, sin duda, imprime esa garra y hambre que necesitan los jugadores".
» Roce internacional
Si las llegadas de técnicos extranjeros de renombre han aportado al crecimiento del deporte chileno, otro factor que ha incidido en mejores resultados pasa por la salida de deportistas a competir en ligas más competitivas. "Chile siempre destacó en hockey patín, pero en los últimos años el rugby seven y el hándbol son los que más han evolucionado y coincide, en el hándbol por lo menos, con varios deportistas que están jugando en Europa y con la presencia de la familia Feutchmann, quienes se han ido a Europa y, además, han llevado jugadores, han hecho contactos y consiguen que otros compañeros vayan a clubes europeos y eso sube el nivel en forma importante", comenta Enrique Aguayo.
Ampliando esa idea, Gustavo Huerta precisa que "basta observar lo que ha pasado con el vóleibol, con los jóvenes basquetbolistas, algo similar pasó con el hockey césped. Y, además, se ha dado la opción de que deportistas que nacieron fuera de Chile, pero que tienen la nacionalidad o padres chilenos, también se han sumado a competir. Hay algunas federaciones que están atentas y logran buenos resultados", comenta Huerta.
Esa visión de los dirigentes o cazatalentos es lo que también le ha permitido al básquetbol volver a estar entre los deportes de mayor proyección de nuestro país.
"Hoy tenemos varios jugadores que están en universidades norteamericanas, algunos con mucho éxito, hay una camada importante entre el año 96 y 98 que está jugando en EE.UU.; Sebastián Herrera juega en la primera liga de Alemania, Ignacio Arroyo juega en la primera liga de España, con 18 años, y eso también ha sido muy importante, pero es algo que el básquetbol no lo ha vendido bien y es algo que tenemos en contra", comenta Miguel Ureta, ex técnico de la selección nacional, agregando que "otro aspecto positivo pasa con los jugadores que han nacido fuera de Chile, Estados Unidos principalmente, pero que son hijos de papás o mamás chilenos. Eso es virtud de los reclutadores, de la información que buscan, de las redes sociales, encontrar esos jugadores es algo que se ha hecho bien, como es el caso de Maxwell Lorca o de Nicolás Carvacho, que nacieron afuera, pero tienen una relación con nuestro país".
Pero así como coinciden en el avance del deporte, también existe consenso en que una de las falencias ha pasado por el apoyo económico, especialmente de la empresa privada.
Esteban Grimalt, uno de los dos primos que sobresalen en el vóleibol playa, dice que "el apoyo debe aparecer para potenciar el desarrollo en la fase formativa y no solamente cuando llegan resultados. Para llegar a obtener una medalla se recorre un largo camino, donde se van quedando muchos deportistas que también podrían ser muy exitosos, pero que optaron por no seguir al no tener una estabilidad económica".
Enrique Aguayo es más tajante sobre el tema, y cree que "el aporte público (del IND) ha ido mejorando, falta crecer, pero ha ido creciendo. El aporte privado es casi inexistente, ahí se puede avanzar mucho, el problema es que la empresa privada no está dispuesta a invertir en el proceso formativo, solo quieren invertir en famosos, donde tengan retorno inmediato. Entonces, no es que quieran invertir, sino lo que buscan es publicidad".
Son los distintos pilares del nuevo deporte chileno, uno que se codea con los mejores del mundo y que busca seguir creciendo al amparo de mejores procesos formativos. Habrá que ver en 10 años más si se escogió el camino correcto. MT