Ha nacido un nuevo príncipe en Gales: se llama Aston Martin DBX

Desde 2015 que Aston Martin se lo traía entre manos. Y como esos hijos bien deseados desde mucho antes que nazcan, la marca inglesa fue poco a poco revelando los secretos de su primer SUV en 100 años: el Aston Martin DBX. En 2018 develó su nombre, a mediados de 2019 confirmó su vigorosa motorización y en noviembre lo presentó oficialmente (ver nota). Ahora la firma muestra las imágenes de la primera unidad que sale de la línea artesanal de montaje de Gales, para convertirse también en el primer Aston Martin fabricado en la nación del dragón galés. Ahora el DBX sale al encuentro del Bentley Bentayga y el Rolls-Royce Cullinan.

“Con nuestro sistema de tracción total, el DBX es un vehículo que permite a la compañía aumentar su presencia en un mercado donde quizá el clima o el terreno es menos apropiado para los deportivos de tracción trasera. El énfasis en el espacio y el lujo, tanto si estás sentado adelante o atrás, permitirá a Aston Martin llegar a esos clientes que prefieren ser conducidos que hacerlo por su propia cuenta”, detalla el comunicado emitido por la laureada casa británica.

La marca estima que cerca de un 80% de la producción salida de la planta de St Athan, en Gales, irá a mercados de ultramar. “El DBX es un auto excepcional de una de las compañías más lujosas del mundo, y será central para el crecimiento de la firma. No podría estar más orgulloso de ver este fantástico vehículo made in Wales saliendo de la cadena de montaje”, dijo el ministro de Economía y Transportes de Gales, invitado por la marca a ver este hito.

Como base, el distinguido nuevo modelo galés está animado por un motor de 4.0 litros biturbo de 550 caballos y 700 Nm de par, idéntico al corazón que ya equipan los coupés Vantage y DB11. La fuerza se envía permanentemente a los dos ejes mediante una transmisión de nueve relaciones. Todo el conjunto hace que el DBX pueda viajar a una máxima de 291 km/h e ir desde 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.