Ayer la jornada noticiosa estuvo marcada, sin duda, por Lewis Hamilton y su fichaje en Ferrari a partir de 2025. El fin de su relación con Mercedes tras 11 años y su llegada a la escudería italiana incendiaron las redes sociales y los medios de comunicación de todo el mundo.

Un fichaje que, según el diario italiano Corriere della Sera, le costará 40 millones de euros anuales a Ferrari. Y es que la escudería más laureada de la historia, se ha encontrado con el piloto más determinante de la última década, nada menos que siete veces campeón del mundo en la categoría reina del automovilismo.

Más allá de ello, sin embargo, y contrario a lo que podría imaginarse, al piloto inglés no le gusta manejar en su vida diaria. Así lo confesó en una entrevista en el programa de Jimmy Kimmel Live, en el que confirmó que siempre le da las llaves del auto a su padre o algún amigo.

En aquella oportunidad, Hamilton explicó que no le gusta estar al volante, pues no puede ir rápido a causa del tráfico. Una respuesta entendible cuando las velocidades a las que está acostumbrado a ir el británico, superan los 350 kilómetros por hora.

El garaje de Lewis Hamilton

No obstante, su afición por los autos es inquebrantable y en su garaje guarda una colección que asombra a cualquier aficionado tuerca. Entre otros modelos, posee un Mercedes SLS Black Series (631 Hp) y un AMG GT (843 Hp). Dos exclusivos ejemplares del hasta este 2024 el piloto oficial de la escudería alemana.

Pero también se ha hecho de deportivos exclusivos de otras marcas y al alcance de muy pocos, como los McLaren F1 (627 Hp) y P1 (903 Hp), el Pagani Zonda 760 LH (760 Hp) y un Shelby Cobra (431 Hp) original de 1966.

¿Algún Ferrari? Claro, por supuesto, dos: un 599 GTO (670 Hp) y un LaFerrari (960 Hp). Colección que, seguramente, irá ampliando con su llegada a la escudería del Cavallino Rampante.

Un video a lo Rápido y Furioso, dos Ferrari en su garaje y una extraña confesión: Las curiosidades de Lewis Hamilton en sus 11 años en Mercedes

Al volante de un Nissan GT-R R34

Fue en noviembre de 2022, cuando Hamilton colgó un video en Instagram, en el que aparecía disfrutando de un Nissan GT-R R34 por las calles y carreteras de Tokio. Imágenes que, probablemente, fueron grabadas cuando estaba en la ciudad para el Gran Premio de Japón.

“Sólo me gusta conducir en los circuitos, pero a veces hago excepciones”. Así presentaba Sir Hamilton su publicación de Instagram, tan espectacular como sorprendente, pues mostraba al siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 drifteando en uno de los autos japoneses más deseados de la historia.

El video de 57 segundos comenzaba con él frotándose las manos y sonriendo, antes de participar en un tipo de conducción que parecía sacado directamente de The Fast and the Furious: Tokyo Drift. “Algo no está bien con este auto, hombre”, señalaba, después de ver humo entrando a la cabina a través del túnel de transmisión. Más tarde, golpeaba con el puño al pasajero del GT-R, antes de declarar que la experiencia fue “enferma”.

Un video a lo Rápido y Furioso, dos Ferrari en su garaje y una extraña confesión: Las curiosidades de Lewis Hamilton en sus 11 años en Mercedes

Tras ello, hubo a quienes el video -que hoy acumula 1,8 millones de “me gusta” y más de 16 mil comentarios- no les hizo gracia. Hablamos de la empresa a la que le arrendó el auto, la cual a través de X (ex Twitter) denunció que Hamilton hizo un uso indebido del vehículo.

Esta conducción está estrictamente prohibida”, señaló entonces su servicio de atención al cliente a través de su perfil en dicha red.

Así las cosas, Lewis había alquilado este Skyline para grabar su particular ‘gymkhana’ por Tokio sin que la empresa fuera consciente de sus intenciones.

Más allá de ello, y por si no lo vio entonces, ahora siéntese y deléitese con la vista de un piloto de Fórmula Uno que aquel día se quitó los grilletes de las obligaciones contractuales para disfrutar de un loco paseo por Tokio.