Hyundai Grand i10: el chico “encachado” de los coreanos
La nueva generación del citycar coreano toma distancia con respecto al modelo saliente, situándose ahora en una mejor posición. Luce chic, gana espacio y mejora notablemente su habitáculo. Por otro lado, nos quedamos cortos con su caja automática y el equipamiento de seguridad. Lee a continuación por qué.
El segmento de los citycars ya no es como hace unos años en Chile. Aquellos autos, por concepción, pequeños y accesibles para moverse por la ciudad, cada vez escasean más por acá... hoy más bien las calles están pobladas de SUVs, la carrocería preferida de los chilenos.
Una tendencia a la baja la de los citycars, pero cuya oferta actual igualmente enseña uno que otro producto interesante. Allí se encuentra el Hyundai Grand i10 de nueva generación, estrenado a principios de año y de origen indio, al igual que su antecesor y que el Atos, el otro citycar del fabricante coreano.
Entre ambos, representan el 20% de la venta actual de Hyundai, siendo el Grand i10 el más vendido. Y es que si bien se trata de una propuesta más cara, que se inscribe más arriba en la oferta de la firma asiática; también es cierto que ofrece más que el Atos. Sobre todo ahora, cuya tercera generación renueva por completo su look, así como también brinda más espacio y mejor equipamiento.
El Hyundai Grand i10 2021 busca dejar atrás la apariencia convencional del modelo pasado, con una renovación de punta a punta. Adopta el actual lenguaje de la marca, exhibiendo ahora una parrilla tipo cascada que integra -solo en la versión tope de línea- unas llamativas luces diurnas en forma de corchete.
El frontal lo completan unos grupos ópticos de nuevo diseño y un parachoques también de nueva factura, en cuyas esquinas se esconden unos neblineros circulares.
De perfil, eso sí, es cuando mejor luce el compacto coreano. Una suave caída del techo hasta la zaga, junto con la curva ascendente de las ventanas traseras y la prolongación de la luneta hacia el pilar C, dan una sensación de techo flotante.
A su silueta también aportan elementos como un pequeño alerón, un plástico negro -sobre el pilar C- con la leyenda G i10, manillas cromadas y unas bonitas llantas bicolor aro 15.
Por atrás, es más tradicional, destacando una línea que cruza el maletero hasta los focos. El parachoques también es más ancho y robusto.
El nuevo Grand i10 hace sentido ahora a su nombre gracias a unas mayores dimensiones. Mide 3.805 mm de largo (+40 mm), 1.680 mm de ancho (+20 mm) y 1.510 mm de alto (+5 mm), con una distancia entre ejes también ampliada a 2.450 mm (+25 mm).
Es prácticamente lo mismo, dirán algunos y es cierto, pero también lo es el hecho de que estos milímetros de más mejoran su habitabilidad, al igual que la capacidad de carga del maletero, que crece de 255 a 260 litros.
Por supuesto, nadie niega que continúa siendo un citycar, un auto de dimensiones reducidas, solo decimos que sorprende la sensación de amplitud interior que entrega.
El espacio para las piernas y la cabeza es bastante bueno para un vehículo de su talla; mientras que a lo ancho, tal como en cualquier urbano, tres personas viajarán apretadas en la banca trasera.
Lo bien aprovechado de su habitáculo también se ve en la cantidad de portaobjetos disponibles y que realmente ofrecen un espacio utilizable, como los posavasos, los bolsillos de las puertas, el hueco de la consola central, la bandeja superior del copiloto y la guantera refrigerada.
Respecto de su atmósfera interior, ésta mejora bastante comparada con el Grand i10 saliente, gracias a un buen trabajo en materialidad y diseño, que hace ver todo más caro de lo que es.
Y es que si bien todos los plásticos siguen siendo duros, las distintas texturas utilizadas dan una sensación de mayor calidad, al igual que su original tapiz de color gris y revés de ecocuero blanco.
El tablero tiene un look sencillo, pero también actual, en el cual destaca un cuadro de instrumentos analógico y digital, y una pantalla táctil de 8″ con Apple CarPlay, Android Auto y bluetooth, que es bastante fácil de enlazar y operar.
En los detalles, nos gustó mucho que uno de los tres puertos USB disponibles, se encontrara en el extremo de la consola central para ser usado por los ocupantes traseros, los cuales también cuentan con una salida del aire acondicionado, algo poco común en este tipo de autos.
Por el contrario, echamos de menos un espejo en la visera del conductor, un apoyabrazos y una mejor iluminación interior. Nos faltó luz adelante, en tanto, que la posición central del interruptor nos resultó poco natural e incómoda para el conductor.
Como es costumbre en todos los test drive, probamos la versión tope de línea del Hyundai Grand i10 (es decir, la 1.2 AT Value), la cual nos convenció por su equipamiento de confort, pero no así por el de seguridad.
Respecto a lo primero, esta variante suma a básicos como lo son el aire acondicionado, alzavidrios eléctricos y cierre centralizado; otros elementos como espejos eléctricos calefaccionados y abatibles eléctricamente, volante de cuero multifunción y botón de encendido keyless.
Ahora bien, en el apartado de seguridad, la oferta de las tres variantes disponibles incluye poco más de lo indispensable para su homologación. Y es que aparte de los elementos obligatorios (doble airbag frontal, frenos ABS con EBD y anclajes ISOFIX), viene con cinturones con pretensores y cámara y sensores de retroceso.
Al menos, según nuestra concepción y por el precio además, debe equipar también control de estabilidad (ESP), algo que deberá cambiar de aquí a un año más, cuando por ley se exija este elemento de serie en los autos nuevos.
El Hyundai Grand i10 es un auto de corte urbano, no solo por sus dimensiones, sino también por su performance conductiva. Es fácil de maniobrar, confortable al andar y dispone de potencia suficiente para las tareas diarias de la ciudad, ofreciendo además un buen consumo de combustible.
Su dirección es muy fácil de llevar por la suavidad con la que se acciona el volante. Si bien su respuesta no es la más rápida ni la más precisa, igualmente traduce bien nuestras maniobras a las ruedas, lo que nos da confianza a la hora de movernos en espacios reducidos.
Por otro lado, copia bien los baches e irregularidades del camino, gracias a una suspensión de configuración blanda. Eso sí, ahora es un poco más firme que antes, lo que se traduce en una mejor calidad de marcha y en un mayor aplomo en la carretera, por ejemplo.
Su pequeño motor de 1.2 litros (82 Hp y 114 Nm) nos permite desenvolvernos sin problemas por la ciudad. Si bien no le sobra poder, se mueve con agilidad entre el tráfico. No le cuesta trabajo llegar a los 60 km/h, ni se siente torpe al arrancar. Su aceleración es justo como la que se espera de un auto urbano, ni más ni menos.
En autopista, le cuesta más, sobre todo a mayor velocidad y en subidas. No es su escenario ideal, pues ahí también es donde más se nota el mal juego que hace con la caja automática de cuatro velocidades que equipa nuestra unidad.
Si bien en ciudad su funcionamiento pasa casi desapercibido, en carretera sobre los 100 km/h, el auto se sobrerevoluciona exigiendo una marcha más, sumando ruido y consumo a su performance.
Creo que el Grand i10 anda mejor con la caja manual de cinco velocidades que equipan las otras versiones disponibles. Pero, por otro lado, también es cierto que un auto con caja automática es mucho más cómodo para moverse por la ciudad, sobre todo para aquellas personas que no manejan bien.
Respecto del consumo, el Hyundai Grand i10 con caja automática de cuatro nos dio 12 km/l en ciclo mixto (ciudad/autopista), lo que nos parece más que correcto.
Recapitulando, la nueva generación del Hyundai Grand i10 muestra una clara evolución con respecto al modelo anterior. Este pequeño coreano nos ofrece ahora un mejor look (“más chic”), más espacio y un mejorado motor para movernos por la ciudad.
También le aplaudimos su materialidad interior y dotación tecnológica y de confort. No así, su equipamiento en seguridad, que queda al debe sin control de estabilidad.
¿Su precio? Sobre los 11 millones de pesos de la versión Value AT, también nos parece excesivo, pero para ser justos hoy todos los precios de los autos están por las nubes.
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