La impresión 3D cada día toma más fuerza en distintas industrias, entre ellas, la automotora, donde varios fabricantes están apostando por ella para construir distintas piezas. Tal es el caso de Porsche, que tras imprimir en 3D unos pistones, ahora consiguió crear una carcasa para motores eléctricos, que es más ligera y rígida que cualquier otra fabricada mediante métodos convencionales.

Si bien por ahora se trata solo de un prototipo, esta nueva carcasa que alberga al motor y a la caja de cambios, está realizada mediante un proceso aditivo de fusión láser que presenta numerosas ventajas.

Según la firma alemana, el método de impresión digital reduce un 40% el peso de la carcasa y rebaja un 10% el peso del sistema de propulsión. Asimismo, se incrementa la rigidez estructural reduciendo la cantidad de material necesario.

Las paredes de la cubierta se reducen a un espesor de 1,5 mm, pero la rigidez del conjunto del motor y caja de cambios se disparan un 100% al emplear estructuras de panal que, de paso, sirven como aislamiento acústico.

Otra ventaja de este proceso es su capacidad para adoptar cualquier forma, por lo que se puede conseguir integrar piezas en sus propias geometrías, reduciendo el proceso de montaje e incrementando la calidad del producto final. Según Porsche, al integrar elementos se reducen en 40 los pasos necesarios para el montaje, que traducido en tiempo de producción serían unos 20 minutos.

Si bien es un método tremendamente ventajoso, aun se está lejos de su uso para grandes volúmenes de producción masiva. De hecho, la fabricación de la primera unidad de la carcasa tardó dos días y se tuvo que hacer en dos partes debido a su tamaño. Eso sí, Porsche afirma que una nueva generación de impresoras de metal está en camino y este tiempo podrá reducirse en un 90%, además de crear el componente de una sola vez.