Interés por los autos eléctricos empieza a caer
Reciente estudio de la Asociación Estadounidense del Automóvil arrojó como resultado que dos de tres personas ven como probable o muy improbable comprar un auto eléctrico.
La electromovilidad empieza a sufrir dificultades en su expansión global. Durante las últimas semanas la atención se ha concentrado en la disputa de Estados Unidos con China, a lo que se sumó Europa en las últimas horas, anunciando nuevos aranceles para los vehículos eléctricos que llegan desde el país asiático.
Pero no hay que desestimar la serie de anuncios de diferentes fabricantes, los que han señalado que seguirán desarrollando motores a combustión por varios años. Es que la adopción de la electromovilidad no ha sido lo acelerado que se pensó en su minuto y no son pocas las voces que hablan de convivencia entre distintas fuertes energéticas.
Esta situación aumenta su fuerza con la reciente encuesta anual de consumidores realizada por la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA), donde uno de los resultados más llamativos es que es “improbable o muy improbable” que la mayoría de los estadounidenses compren un vehículo eléctrico próximamente.
Las razones no extrañan y se sustentan en la misma problemática que encuentran muchos usuarios en nuestro país, el costo de los autos eléctricos, la autonomía y la insuficiente red de cargadores.
Según el informe realizado en abril por la AAA, tres de diez encuestados señalaron que no tienen las condiciones para instalar un cargador en su casa, factor clave a la hora de pensar en cambiar un auto convencional por uno eléctrico. Esta respuesta se repite en las personas que viven en edificios por lo que se verían obligados a buscar puntos de carga en electrolineras o centros comerciales, llevando a una peor experiencia de uso de un auto recargable.
Las cifras del estudio son elocuentes, sólo el 18% de los estadounidenses con edad para manejar dicen que sería “muy probable” o “probable” comprar un auto eléctrico nuevo o usado (esto no incluye a híbridos). El año pasado, la misma consulta indicaba que el 23% lo hubiese hecho.
En la otra vereda, el 63% de los encuestados dijo que era “improbable o muy improbable” comprar un auto eléctrico próximamente.
Esa cifra es la mayor de los últimos tres años, es más, aumentó un 10% en apenas un año.
Otro dato llamativo del estudio señala que el 31% de los encuestados indicó que sería “muy probable” o “probable” comprar un auto híbrido. Esto por la tranquilidad de la autonomía y por el hecho de poder manejar los tiempos de manera sencilla (a diferencia de lo que pasa con las estaciones de carga), además que también generan menos emisiones contaminantes.
Como se ve, la industria automotriz vive un momento de encrucijada. Por una parte están los miles de millones de dólares invertidos en el desarrollo de autos eléctricos, pero las ventas no crecen de la forma esperada.
“Los primeros usuarios que querían un vehículo eléctrico ya lo tienen”, comentó Greg Brannon, Director de Investigación Automotriz de AAA, agregando que “el grupo restante de personas que aún no ha adoptado los vehículos eléctricos considera la practicidad, el costo, la conveniencia y la experiencia de propiedad, y para algunos, esos son obstáculos lo suficientemente grandes como para impedirles dar el salto a ser completamente eléctricos”.
“La decisión de dar el salto a la electricidad totalmente eléctrica puede resultar abrumadora para muchos consumidores, y una opción híbrida puede ser la forma de cerrar esta brecha”, continuó Brannon, precisando que “la demanda de los consumidores determinará en última instancia el futuro, y mi predicción es que tendremos una combinación de vehículos eléctricos, híbridos y vehículos de combustión interna en los concesionarios y en las carreteras de Estados Unidos durante muchas décadas más”.
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