Más allá de sus orígenes militares, Jeep nació para la aventura, con un espíritu inconfundiblemente off-road. Con esta premisa en mente, nos aventuramos con los chicos de Jeep por tierras neozelandesas al volante de su última creación: la nueva Gladiator, que manejamos por Queenstown y sus alrededores, sin duda, uno de los mejores destinos para mostrar sus credenciales, pues se le conoce como la capital mundial del turismo aventura.

Y esto fue, precisamente, lo que hicimos en una ruta que no solo estuvo a la altura del lugar, sino que superó las expectativas de un verdadero jeepeo, gracias a una lluvia que no nos dio tregua. A una carretera asfaltada de curvas y pendientes le siguieron luego barro, agua, piedras y rocas a campo traviesa.

Así demostró de qué está hecha la Jeep Gladiator, la primera camioneta del especialista en 4x4 en casi tres décadas, que atraído por el próspero segmento de las pick-ups medianas -con un alza del 20% a nivel mundial durante los últimos tres años-, regresa a este nicho con una apuesta digna de sus antecesoras.

Y es que por desconocido que resulte, Jeep anota varias camionetas en su historia, incluso, desde su propia génesis. La Jeep Pick-up fue el primer intento de Willys-Overland Motors para diversificar su gama, compuesta hasta entonces únicamente por el CJ-2A, la versión civil del modelo que se hizo famoso durante la Segunda Guerra Mundial.

Hasta los 90, Jeep mantuvo en su catálogo distintos exponentes en el segmento, capaces de transportar grandes cargas, pero también con excelentes aptitudes off-road. De hecho, la Gladiator revive el nombre que llevó la pick-up de Jeep con más años en producción (1963-1987).

A la Gladiator original le sucedió la Scrambler, basada en el CJ-8, pero con una distancia entre ejes más larga. Equipaba caja de transferencia y bloqueo de diferencial delantero manual para activar la tracción a las cuatro ruedas.

La última que inscribió en la lista -antes de que hoy decidiera volver- fue la Comanche, producida entre 1986 y 1992, y recordada por su diseño deportivo, así como también por su desempeño tanto en el asfalto como fuera de él.

Fue la carta de Jeep en un momento de auge del segmento, donde anotaba claras ventajas off-road respecto de la competencia. Algo similar a lo que pasa actualmente, con una oferta y demanda que ya no ve a las camionetas como meras bestias de trabajo, sino más bien como vehículos muy capaces y en línea con un estilo de vida outdoor. A ese blanco le apunta Jeep, con un producto 100% original.

Sello de agua

Como la camioneta con mayores aptitudes 4x4 del mundo, así presentó Jeep a la nueva Gladiator, y para probarlo no se anduvo con chicas como ya contamos.

Jeep Gladiator

Antes de ponernos al volante, eso sí, reparamos primero en su gran parecido con el Wrangler, del cual toma varios elementos estéticos, como la característica parrilla de siete ranuras, los faros redondos y unos parachoques igual de robustos que sus pasos de ruedas. También dispone de un parabrisas abatible, así como de puertas y techo extraíbles. De ahí que Jeep afirme que se trata de la única pick-up convertible del mercado.

Construida sobre la plataforma del Wrangler Unlimited (cuatro puertas) y con cinco metros y medio de largo, la Gladiator se inscribe en el segmento de la camionetas medianas, donde se encuentran modelos como la Volkswagen Amarok, Ford Ranger y Chevrolet Colorado. En tanto, que por concepto y precio, también se acerca a las Full Size Pick-Up como la Ford F-150, Ram 1500 y Chevrolet Silverado.

Su pick-up ofrece mil litros de volumen y 726 kilos de capacidad de carga, pudiendo remolcar hasta 3,5 toneladas. Excelentes cifras para el trabajo, más allá de que su perfil de clientes, probablemente, la use para cargar motos, bicicletas e ir de camping. Es perfecta para ello.

La Jeep Gladiator llegará a Chile entre mayo y junio próximos en dos versiones: Sport (de entrada) y Rubicon (la más extrema), ambas con un motor Pentastar V6 de 3.6 litros con 285 Hp y 353 Nm de torque, el cual -gestionado por una caja automática de ocho velocidades- se siente muy bien cuando se acelera, con una respuesta bastante inmediata, que escala mucho en el rango de vueltas hasta las 5.000 rpm.

Por supuesto, es un motor que gasta, pero aun así es equilibrado. En carretera, a velocidades de entre 70 y 100 km/h, nos dio buenos 9,5 km/l. Ahora bien, cuando lo manejamos off-road, el rendimiento se elevó bastante, anotando 5 km/l.

Lo mejor de la Gladiator es la suspensión, con la que ofrece una calidad de marcha superior a cualquier otra pick-up y muy similar a un SUV. Al ser ambas multilink de cinco brazos, va mucho más agarrada al suelo, lo que se traduce en menos movimientos laterales y rebotes. Lo peor, por otro lado, es la dirección, lenta de reacciones y muy poco conectada con el volante, lo que obliga a ir corrigiendo. Nada grave de todas maneras, solo cuestión de costumbre.

Para el final dejamos sus excepcionales atributos off-road, con unos ángulos de ataque, ventral y salida de 40,7° (43,4º en el Rubicon), 18,4º (20,3º) y 25º, respectivamente, lo que sumado a un despeje del suelo de 253 mm (283 mm) y una capacidad de vadeo de 762 mm, hizo que cualquier obstáculo, por muy duro, grande o profundo que se viera no representara mayor conflicto a la hora de avanzar.

Capacidades que se exacerban en el Rubicon con bloqueos para los diferenciales delantero y trasero, una barra estabilizadora desconectable, amortiguadores Fox y ejes de alto desempeño Dana 44. Para que no quede duda de que se trata de un producto 100% Jeep.

Ficha Jeep Gladiator

Motor: V6 3.6 litros

Potencia: 285 Hp

Torque: 353 Nm

Cap. de vadeo: 762 mm

Transmisión: AT 8 vel.

Largo: 5.539 mm

Largo pick-up: 1.500 mm

Tracción: 4x4

De 4x4 natural a 4x4 electrificado

Hoy, los fabricantes no solo esperan los grandes salones de autos para anunciar sus novedades. Sin ir más lejos, en la reciente edición del Consumer Electronic Show (CES) de Las Vegas, Jeep descubrió la insignia que llevarán sus futuros modelos con algún tipo de asistencia eléctrica, a los cuales se les apellidará "4xe".

Y es que el plan del constructor americano es electrificar su portafolio de aquí a 2022, ya sea a través de híbridos, híbridos suaves (mild hybrid), híbridos enchufables o bien, eléctricos. "Nuestros vehículos serán capaces, divertidos de manejar, silenciosos y refinados... Proporcionarán una aceleración rápida, manteniendo consumos moderados con cero o bajas emisiones", afirmó Christian Meunier, presidente mundial de Jeep, explicando que estas variantes garantizarán una mejor experiencia dentro y fuera del camino, gracias al mayor poderío que se puede obtener de un propulsor eléctrico.

Los primeros en aparecer serán las versiones plug-in del Renegade y Compass, que equiparán un motor de combustión interna (1.3 turbo de 180 Hp) para mover las ruedas delanteras y otro eléctrico que accionará las ruedas posteriores. Para ambos modelos, su autonomía en modo eléctrico rondará los 50 km, logrando una velocidad punta de 130 km/h con el motor térmico apagado. Se presentarán a fines de este año.

Luego será el turno del Wrangler, el cual dispondrá de un sistema de hibridación distinta, que centrará su prioridad en una notable rebaja de emisiones, aunque sin penalizar sus cualidades todoterreno

La electrificación completa, en tanto, la iniciará en 2021 el Jeep Grand Commander, un SUV de siete plazas que, probablemente, solo llegará al mercado chino. En Europa, su espacio lo ocupará el Jeep Wagoneer, que se ofrecerá con una motorización híbrida enchufable.