Recién pasó Navidad, es cierto, pero viene el Día de San Valentín, por lo que esta tienda podría interesarte si es que tu novio o novia es fanática de los autos. Se trata de Crash Jewerly, una empresa con sede en Los Ángeles, Estados Unidos, que se dedica a crear joyas y accesorios procedentes del metal de autos de lujo que han sufrido algún accidente o percance.
En su página web, se pueden encontrar piezas con precios a partir de US$48 (unos $ 33 mil) para hombres y mujeres y de una veintena de marcas de autos (también está Harley Davidson). Así en su catálogo, hay aros, pulseras, brazaletes, gemelos y colgantes hechos a partir, por ejemplo, del capó de un Aston Martin Rapide S, o bien, del panel lateral de un Ferrari 360 Challenge Stradale o la puerta de un Bentley Continental GT.
Ofrecen desde sencillos brazaletes a otros adornados con diamantes (con el metal de un Aston Martin) o pendientes de zafiro rosa a partir de la chapa de un Ferrari. Algunos están perfectamente pulidos y otros conservan los rasguños del auto de procedencia.
Taller y joyería
Crash Jewerly fue fundada en 2013 por Christi Schimpke. Entonces la diseñadora decidió trasladar su estudio creativo al taller de reparaciones de su marido, que trabajaba exclusivamente con marcas de lujo como Mercedes-Benz, BMW, Audi, Bentley, Porsche, Rolls-Royce o Maserati.
Schimpke se dio cuenta de la cantidad de material al que tenía acceso y que acabaría como chatarra. Fue ahí que pensó que en vez de desechar las partes “inservibles” de un auto tras un accidente o golpe, ella junto a su equipo podían elaborar piezas de joyería.
Para poder trabajar los materiales, desarrollaron técnicas manuales que les permitieron manipular acero y aluminio, pero conservando la pintura original del automóvil.