Para nadie es un misterio que el fútbol se ha convertido en una industria muy jugosa. Y como tal, los futbolistas de primera línea están amarrados muchas veces a una serie de cláusulas que podrían resultar hasta irrisorias para el resto de la sociedad: multas internas a las tarjetas amarillas o rojas, descuentos de sueldo por subir de peso, prohibición de andar en moto en días libres (por el riesgo que conlleva) o incluso la imposición de movilizarse en determinado auto. Ahora Kingsley Coman, delantero del Bayern Múnich, hace noticia precisamente por saltarse esta última regla. El francés llegó a entrenar a bordo de un Mercedes-Benz Clase G y el club lo multó con € 50 mil ($ 43,2 millones).

Coman estacionando fuera del complejo deportivo.

El motivo radica en que Audi es el sponsor oficial de los alemanes, de manera que por contrato la plantilla debe llegar a las actividades del club a bordo de un vehículo de esa marca que, además, es facilitado gratuitamente. Lo que es más, Audi incluso es accionista del club.

La conducta de Coman es reiterativa, puesto que el año pasado ya había asistido a un entrenamiento a bordo de un McLaren, pero aquella vez se excusó diciendo que su Audi tenía un espejo roto.

Esta vez las autoridades del Gigante de Baviera no fueron tan compresivas con el joven y francés, y este fue impedido de ingresar en su Mercedes-Benz, viéndose obligado a buscar un estacionamiento a las afueras del complejo.