Hace un par de meses te contamos que la Unión Europea fijó el año 2035 como fecha límite para poner fin a los autos a combustión. A partir de entonces, los fabricantes solo podrán hacer vehículos equipados con baterías, ya sean eléctricos puros o de pila de combustible.
Al respecto, República Checa dice no estar de acuerdo con esta normativa. “No podemos imponer lo que los fanáticos verdes idearon en el Parlamento Europeo”, afirmó el primer ministro checo, Andrej Babis, en declaraciones recogidas por Autonews Europe.
“No aceptaremos la prohibición de vender vehículos que funcionan con combustibles fósiles”, agregó.
Este tema será una prioridad para los intereses checos cuando asuman la presidencia rotatoria de la Unión Europea, algo que sucederá en la segunda mitad de 2022.
Si bien el país apoyará la expansión de la infraestructura de carga para autos eléctricos, advirtió que no financiará su producción.
En la actualidad, la industria automotriz representa casi una tercera parte de la economía checa. Este país es el hogar de Skoda, una de las marcas de autos que componen el Grupo Volkswagen, pero allí también se encuentran fábricas de otros fabricantes tan relevantes como son Hyundai y Toyota.
La negativa de República Checa se une a las conversaciones que mantiene Italia con la Unión Europea para proteger a los fabricantes de superdeportivos (Ferrari y Lamborghini) de la eliminación total de motores térmicos. Veremos en qué termina todo.