La noche del 16 de diciembre de 1993, MTV emitió el “Unplugged in New York” de Nirvana, un directo que la banda había grabado en los estudios de Sony Music un mes antes. En él, los demonios internos que Kurt Cobain solía manifestar a través de explosiones de rabia sobre el escenario se dejaron ver más frágiles e íntimos a través de lo acústico. Para cuando el disco salió a la venta -en noviembre del año siguiente-, la prematura e inesperada muerte del líder y vocalista de la banda, solo cinco meses antes, ya lo había elevado a ícono de la cultura popular.
Dentro de las imágenes más recordadas de esa mítica presentación, en medio de aquel set de velas negras, lirios blancos y un gran candelabro de cristal, está Cobain tocando con su guitarra temas como “About a Girl”, “Come As You Are” o la versión del clásico de David Bowie “The Man Who Sold The World”.
Esa guitarra, precisamente, hoy convoca estas líneas, pues aquella Martin D-18E electroacústica de 1959, que el músico compró en una tienda de segunda mano poco antes de la grabación del disco y que modificó para poder tocarla como zurdo, fue rematada el sábado pasado por la casa de subastas Julien’s Auctions, en nada menos seis millones de dólares, convirtiéndose así en la guitarra subastada más cara de la historia.
La casa de remate subrayó en un comunicado que la cifra supone un “nuevo récord mundial para una guitarra”. Y es que hasta ahora, la guitarra más cara era una Fender Stratocaster usada por David Gilmour, de Pink Floyd, vendida por 4 millones de dólares en 2019 en una subasta para obras de caridad.
El comprador de la Martin D-18E de Cobain es el magnate australiano Peter Freedman, quien planea salir de gira con la guitarra del líder de Nirvana y recabar fondos para grupos de apoyo a los artistas.
» El curioso caso
La relación del líder de la banda de Seattle con sus guitarras era bastante problemática. Su preferencia por modelos añosos y baratos, junto con su particular forma de tocar esas seis cuerdas y terminar rompiendo con ellas arriba del escenario, marcó -sin duda- parte del lenguaje musical del considerado por muchos rey del grunge.
Cuando Kurt Cobain cumplió 14 años, su tío Chuck le regaló su primera guitarra, una japonesa de segunda mano, que como él era zurdo, tocaba al revés haciendo que sus melodías no sonaran del todo limpias.
Varios años más tarde, Earnie Balley, técnico de guitarras de Nirvana, revelaría al sitio Reverb.com una de las cosas más curiosas que le vio hacer a Cobain durante una grabación.
Al llegar al estudio, el músico conectó ocho pedales de efectos, pero no los encendió, lo que producía un sonido extraño. Entonces, Bailey le sugirió que retirase los pedales que no estaba usando, pero éste le respondió: “Quiero que suene así, quiero que suene mal”.
Hay acuerdo en que Cobain no era un buen guitarrista. “Estaba lejos de serlo, pero era un guitarrista bastante práctico, que sabía tocar muy a la usanza del punk. Tocaba lo que sabía tocar y lo hacía muy bien, con un volumen muy alto y una overdrive muy alta. Los acoples y las pifias, por su lado, eran parte de lo que representaban como banda, de lo que representaba el grunge, iba todo de la mano. Dejarlo ser era parte de Nirvana, principalmente de esta banda, porque otras del mismo género eran muy pulcras, con un gran sonido en vivo. Nirvana era una banda mucho más punk en ese sentido”, cuenta Rainiero Guerrero, director de Radio Futuro.
Para Claudio Cordero, guitarrista chileno y artista de Ibanez Guitars, Ghs Strings y DV Mark, la principal herramienta de Kurt Cobain como compositor era el contraste. “Pasaba, por ejemplo, de una sección de guitarra limpia, directamente, a una de coros intensos y distorsionada por completo, como es el caso de “Smell Like Teen Spirit” o “Heart-Shaped Box”. Cree, además, que “la suciedad era una actitud consecuente con el sonido de la banda, el cual parecía basarse en una contrarrespuesta a la sobreproducción de los años 80, en donde el sonido refinado de bandas como Def Leppard o Warrant lideraban el mercado, así como también a la cultura de los “guitar hero”, en la cual predominaban los virtuosos de la guitarra y que estaba sobreexplotada a principios de los 90″.
A diferencia de los intérpretes de aquellos tiempos, al momento de tocar los solos buscaba la sorpresa por sobre la técnica. “Sus solos, por lo general, eran líneas melódicas que ya venían siendo cantadas. En “Smell Like Teen Spirit”, por ejemplo, el solo es la misma frase que se viene cantando”, cuenta Rainiero, confirmando que “Cobain sabía perfectamente sus limitaciones como cantante e instrumentista. Así como también sabía bien que era muy bueno en sus letras y puesta en escena y eso fue lo que explotó”.
“About a Girl”
Desde sus inicios con Nirvana, el líder de la agrupación de Seattle mostró su preferencia por las guitarras baratas, utilizaba las Univox Hi- Flier, entre otras. “Puedo pagarlas. Soy zurdo y no es muy fácil encontrar guitarras zurdas de alta calidad a precios razonables”, declaró Cobain en una entrevista a la revista Guitar World el año 1992.
Su modelo favorito era la Fender Mustang, de la cual en la misma ocasión el artista opinó: “Son baratas y totalmente ineficientes, suenan como basura y son muy pequeñas. Tampoco se afinan, y cuando quieres aumentar la acción de las cuerdas en el diapasón, debes aflojar todas las cuerdas y retirar el puente (…). Quien haya inventado esa guitarra fue un idiota”.
Según cuenta Cordero, debido al éxito comercial de Nirvana, Fender lanzó en 1994 un modelo signature llamada “Jag-Stang”, diseñada por Cobain como fusión de los modelos Jaguar y Mustang, y que fue usada en el tour europeo de “In Utero””.
El gusto del autor de “Come as you are” por guitarras económicas se justificaba, además, en la creencia de una postura punk o antipose y, también, cómo no, en el hábito del cantante de destruir sus guitarras en escena.
“Kurt Cobain era extremo en cuanto al sonido y también en cuanto al trato, la guitarra siempre terminaba contra un parlante en sus conciertos. No fue el primero que rompió guitarra; Pete Townshend, de The Who, fue el primero que lo hizo, luego vinieron Jimi Hendrix y muchos más. De ahí que desde hace mucho antes habíamos aprendido que era una forma de expresarse. Para Cobain, que era un chico muy introvertido, que tenía problemas para mostrarse al mundo, la guitarra lo ayudó a dar a conocer su pensamiento, sus canciones y también sus quejas... Su relación con ella fue bastante cercana, directa y cómplice en general”, finaliza Rainiero. MT
» Odiado por sus fans, amado por la crítica
El Unplugged in New York (1º de noviembre de 1994) de Nirvana fue muy criticado por miles de seguidores, que no le perdonaron al grupo el sacrilegio de tocar “desenchufado”, menos aun en los estudios de MTV. Eran unos “vendidos”. En tanto, fue aclamado por la crítica especializada como prueba de que la banda podía trascender del sonido grunge a los que estaban comúnmente asociados, resaltando especialmente en los “íntimos” y “menos ruidosos” arreglos, que permitieron que las excelentes habilidades como escritor de canciones de Kurt brillaran en todo el concierto. El álbum abrió su primera semana en el número 1 del Billboard 200 y las ventas alcanzan los 20 millones de copias.
“Probablemente, es el más popular y exitoso de los shows MTV Unplugged. Se transformó en el soundtrack de vida para muchos de la generación X. Asimismo, fue muy impactante al tratarse de una publicación póstuma y precedido por el inmenso éxito que registró Nirvana con “Nevermind” e “In Utero”, abriendo mercado al rock alternativo”, afirma Cordero.