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El próximo 16 y 17 de enero Chile albergará la inauguración de la séptima temporada de la Fórmula E. Con una inédita doble fecha, el Santiago e-Prix dará inicio a una nueva era de la competencia de autos eléctricos, ahora vestido con el elegante traje de Campeonato Mundial de la Federación Internacional de Automovilismo, alcanzando el mismo estatus que la Fórmula 1, el Rally Mundial (WRC), el Campeonato de Resistenia (WEC) y el Rallycross (WRX).
Pasaron seis años desde que la Fórmula E empezó esta idea loca de crear un evento con autos movidos por energía limpia, un certamen que permitiera darle relevancia al cuidado del medioambiente. Y en un contexto donde el sonido del motor es pilar fundamental para los más puristas, la aparición de estos silentes monoplazas generaba grandes dudas.
Pero el tiempo le ha dado la razón a Alejandro Agag y a Alberto Longo, los grandes precursores de esta iniciativa, puesto que no solo atrajo a casi todos los grandes fabricantes a la Fórmula E, sino que, además, ya se anuncian una serie de competencias movidas por energía eléctrica.
La primera en asomar fue la Extreme E, prima hermana de la Fórmula E, que será protagonizada por todoterrenos recargables en zonas amenazadas por el cambio climático y donde incluso el gran campeón de la F1, el británico Lewis Hamilton, confirmó su participación con un equipo de su propiedad. Pero no es la única, de hecho, en las últimas semanas se han anunciado carreras de scooters y yates, a lo que se agregan autos de rally que también adoptarán la energía eléctrica como el “combustible” que dé vida a la emoción.
» Mar y tierra
La Fórmula E es la matriz de todos los cambios en el motorsport relacionados con la electromovilidad. Esa afirmación se ratifica al ver que en las nuevas competencias también están participando pilotos o ejecutivos de la carrera de autos eléctricos.
Los scooters, por ejemplo, desde 2021 tendrán su primer campeonato. Se trata del proyecto Electric Scooter Championship (eSC), el que está empujado por el empresario Hrag Sarkissian, el expiloto de F1 Alex Wurz, y por el piloto de Fórmula E, el brasileño Lucas Di Grassi.
La competición se desarrollará en circuitos urbanos, para cumplir con el objetivo de acercar la energía eléctrica a las personas. Eso sí, todavía no se entregan los detalles del calendario o los equipos participantes, y solo se adelantó desde la organización que se realizará en “lugares urbanos especialmente diseñados en algunas de las ciudades más cosmopolitas y progresistas del mundo”.
La adrenalina estará garantizada con vehículos que superarán los 100 km/h y con deportistas que llegarán desde diversos mundos, hablándose por ahora de skaters, ciclistas, surfistas y motociclistas. Según Di Grassi, existe un margen considerable para irrumpir dentro del espacio de la movilidad eléctrica. “A medida que crece la discusión sobre la micromovilidad, el eSC está perfectamente ubicado para amplificar los beneficios de soluciones de transporte limpias y sostenibles de nuestra vida cotidiana”, dijo el corredor, quien fuese campeón de la Fórmula E en la tercera temporada.
Respecto de los objetivos que se plantean con esta competencia, el brasileño señaló que “como piloto apuesto por una competición que, además de promover la sostenibilidad, tenga toda la emoción e intensidad de las carreras de automovilismo con las que todos crecimos, pero con unos costes que la hagan accesible y atractiva para todos. Este es el siguiente paso que debemos dar, y es el comienzo de un viaje realmente emocionante”.
Si la carrera de scooters eléctricos será llamativa, otra competencia que buscará marcar un precedente y llevar la revolución eléctrica al mar es la UIM E1 World Electric Powerboat Series, el primer campeonato mundial de lanchas eléctricas.
Presentado en el Monaco Yacht Club, nació de la idea del español Alejandro Agag, el mismo fundador de la Fórmula E y la Extreme E, quien estará apoyado por Rodi Basso, exdirector de deportes de motor en McLaren, y de Raffaele Chiulli, presidente de la Unión Internacional de Motonáutica (UIM).
“Los océanos, lagos y ríos del mundo están bajo una enorme presión medioambiental y la UIM E1 World Electric Powerboat Series liderará el camino en la electrificación de la movilidad en el agua para las generaciones futuras”, indicó Agag en la presentación del proyecto, agregando que “creemos que esta serie atraerá no sólo al público deportivo y a los entusiastas de la navegación y la tecnología de todo el mundo, sino también a los conservacionistas de los océanos que se preocupan por el futuro de nuestro planeta”.
Respecto de los alcances que puede tener la competencia, el español dijo que “en este momento, el uso de la energía eléctrica en el agua está todavía en una etapa embrionaria. Mi ambición es que la E1 Series acelere la adopción de las embarcaciones eléctricas, demuestre lo apasionantes que pueden ser y promueva soluciones eléctricas y movilidad de agua limpia para los viajes marítimos en todo el mundo”.
En el mismo sentido, Rodi Basso precisó que “durante 20 años de competición en el mundo del motor siempre he soñado con utilizar el deporte motor para demostrar y ganar visibilidad en torno a una tecnología y luego construir soluciones con ella en otros campos. Con este campeonato vamos a acelerar la adopción de la tecnología eléctrica en la industria marina, aportando los enormes avances tecnológicos y la experiencia de las carreras de autos. Vamos a producir un espectáculo deportivo emocionante y excitante que atraerá a millones de aficionados en todo el mundo”.
En cuanto a los yates que se utilizarán y las capacidades, se adelantó que, tal como ocurrió con la Fórmula E, se apuesta por un concepto innovador y muy vanguardista.
Las lanchas de competición serán de alto rendimiento e impulsadas totalmente por propulsión eléctrica. Denominadas RaceBird, estas embarcaciones se caracterizarán por una estructura muy ligera e incorporarán tecnología de hidrodeslizadores. Se manejarán por un solo piloto, quienes llegarán a velocidades de hasta 60 nudos (111 km/h).
» Ken Block a escena
Las competencias más tradicionales de automovilismo también miran con interés el desarrollo de la electromovilidad.
La última apuesta en aparecer se llama Super Charge. Se trata de una carrera que mezcla lo que ofrece la Fórmula E con la Extreme E, ya que será protagonizada por SUV eléctricos, pero en circuitos urbanos.
Según informaron los organizadores, cada fecha prueba tendrá 15 carreras en una pista de superficie mixta que contará además con un salto, una vuelta comodín y un obstáculo de agua. La idea es contar con ocho equipos, todos compartiendo un vehículo que tendrá una batería de 40 kWh para alimentar dos motores eléctricos que generan de 500 kW (680 Hp), potencia que permitirá pasar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos.
Otra idea es el Projekt E, serie que se disputa en paralelo con el World Rallycross. Tuvo su estreno este año en Suecia, con victoria de Ken Block al mando de un Ford Fiesta ERX especialmente adaptado, y luego fue el turno de instalarse en lo más alto del podio a Cyril Raymond, quien se estrenó con una victoria con un Citroën C3 ERX en Letonia. Eso sí, el liderato de la tabla está dominado por la británica Natalie Barratt, la última mujer que compitió en el WRC en 2002.
Los vehículos que dan vida a esta prueba están basados en reconocidos modelos de rally, los que son desarrollados por la empresa STARD -socio técnico de Projekt E- en los talleres que posee la firma austríaca en Viena, donde se instala el kit de movilidad eléctrica conocido como REVolution.
Las características de este paquete eléctrico es que disponen de tres motores, que en conjunto entregan una potencia máxima de 613 caballos (450 kW), con un par máximo que supera los mil Nm, asociados a una transmisión de dos velocidades que están instaladas en ambos ejes. Tal como los WRC, disponen de tracción integral y logran una aceleración de 0 a 100 km/ h en 1,8 segundos, con una velocidad máxima de 240 km/h.
La idea de esta categoría es que Projekt E sea el hábitat donde se potencien los productos de STARD, pero no restringen su uso a la serie paralela al WRX, debido a la versatilidad que entrega esta tecnología.
En cuanto a los valores de estos vehículos, tanto el Ford Fiesta ERX como el Citroën C3 ERX se venden a 374 mil euros, aunque también la firma sueca ofrece una variante más económica (194 mil euros) para instalar en otros vehículos.
Para Michael Sakowicz, CEO de STARD, el panorama es alentador si es que se logra unificar criterios y apostar en conjunto por el avance hacia la electromovilidad.
“El plan es dar un primer paso y explorar las grandes posibilidades para los motores eléctricos en Rallycross. Por supuesto, esto solo tiene sentido cuando se realiza en estrecha consideración de todo el entorno WRX”, precisó Sakowicz, corroborando que la opción de avanzar hacia una mayor integración de las energías limpias va a depender siempre del trabajo conjunto, tal como la Fórmula E, categoría que empezó esta revolución eléctrica en las calles y que ahora saltará a caminos y mares. MT