Habrás visto autos con stickers pegados en el portalón que dicen cosas como ‘si se cruza un perrito, freno de golpe’. ¿Sería correcto reaccionar así? El Real Automóvil Club de España (RACE) en colaboración con su homólogo alemán ADAC, realizaron un test que simula el atropello de un animal de 40 kilos. El destrozo del vehículo se soluciona con un arreglo no menos costoso, pero todo podría resultar incluso fatal si la reacción ante la situación a la que todos estamos expuestos, no es la adecuada.
Según estadísticas de este organismo español, un 2018 se produjeron 599 accidentes por atropello de animales en vías interurbanas. Esto representó un 25% de incremento respecto de 2015, cuando se registraban solo 407 casos. En total, casi mil personas resultaron heridas, 58 internadas en hospitales y hubo 10 fallecidos.
El informe reciente de RACE consideró a un universo de 1.000 conductores. Un 88% de ellos dice que se se ha topado con un animal en la vía en una o más ocasiones y de ese total (o sea, 880 personas) un 57% reconoce que la situación le ha revestido riesgo en mayor o menor medida. De ese grupo que sí se ha visto en apuros, un 73% dice que ha frenado bruscamente, el 50% reconoce haber dado un volantazo (un giro brusco del volante, sin pisar el freno), un 24% asegura haber invadido el carril contrario y un 4%, haberse salido derechamente de la vía (en esta caso a la berma o más allá de ella).
Cómo reaccionar
¿Existe una fórmula para aplicar en caso de presentarse esta peligrosa situación? El Real Automóvil Club de España dice que la manera correcta es frenar para llegar a impactar a la menor velocidad posible y mantenerse en el carril sin hacer movimientos bruscos, sin olvidar que el fin primordial es minimizar los eventuales daños humanos. Dar un volantazo (maniobrar bruscamente) para intentar esquivar al animal puede conllevar consecuencisa mucho peores, “ya que existe la posibilidad de invadir el carril contrario y sufrir un accidente frontal contra otro vehículo que viene en dirección opuesta, o bien sufrir una salida de vía y poder impactar contra objetos rígidos al margen de la carretera, como el choque contra un árbol”, detalla RACE.
Como siempre, eso sí, la mejor manera de prevenir consecuencias de un accidente, es evitando la misma situación. En ese sentido, RACE valora las ayudas tecnológicas de los autos modernos (no se refiere al vetusto sistema de frenos ABS, que se hará recién obligatorio en 2020 en Chile como requisito de homologación, ni tampoco al control de estabilidad) como el frenado de emergencia autónomo o luces de visión nocturna mejorada.
Así, los dos principales aliados son la ampliación de la distancia de seguridad y la reducción de velocidad. Yendo a 80 km/h, explica RACE, se dispone de tiempo suficiente para detenerse cuando el animal se avista a 60 metros de distancia. En cambio, si la velocidad es de 100 km/h, sencillamente no hay manera de evitar el atropello. Lo más decidor es que en este último caso, la velocidad del impacto será de 61,1 km/h en el mejor de los panoramas.
En cualquier caso, si las condiciones son ideales para una maniobra de esquiva, lo primero siempre será pisar el pedal de freno y luego mover el volante. La alteración de ese orden, altera el resultado y lo único que se conseguirá es la pérdida del control del vehículo, tal como te mostramos hace unos meses con un experimento del Real Automóvil Club de Cataluña.
Ahora, también es cierto que el frenazo brusco expone a una colisión trasera. Por ello, la recomendación última es conducir atento a las condiciones del tránsito. Siempre debemos ser conscientes de lo que circula detrás de nosotros. Para eso son los espejos. Asimismo, en la medida que antes se advierta el riesgo delante, más tiempo hay para evitar el impacto.