Los japoneses de Honda no la tienen fácil cuando les llega el momento de introducir mejoras en un producto tan redondo como la CB500F. En estas mismas páginas y hace unos tres años nos explayamos sobre el modelo de aquel entonces y que, a su vez, ya venía pegando desde 2013.
Y hoy, con certeros ajustes y novedades mediante, su propósito sigue apuntando a convertirse en una reina de la ciudad, gracias a una estética robusta, pero al desnudo. De ahí su carátula de naked pero, a la vez, y acá viene la gracia, tremendamente sencilla y amistosa de manejar, dominar, conducir por los espacios estrechos de la urbe.
Mirar su línea de sucesión es comprender que el rediseño optó por líneas radicales, que hurgan hasta armar una pócima compuesta por lo audaz y lo industrial, en un juego de sastrería motociclística de vanguardia. Lo prueban sus piezas puntiagudas, el faro delantero led de actitud penetrante o los protectores laterales que realzan la fotografía exhibicionista de su motor y mecánica. Y ojo, que esta vez toda su luminaria es full led. En esta edición, me parece una muy acertada evolución la nueva pantalla de instrumentos LCD, donde destacan indicadores de la marcha engranada y otro de conducción eficiente.
El énfasis del ajuste de su sistema de inyección está puesto en obtener la mejor respuesta en la zona baja de las revoluciones a nivel de su motor bicilíndrico de 471 centímetros cúbicos, que de acuerdo con informaciones de Honda Motor, fue revisado para entregar un 4% más de potencia y par entre 3.000 y 7.000 rpm, gracias a modificaciones en la admisión, el escape y la distribución (ahora tiene 47 Hp para impulsar una estructura de 190 kilos).
En su caso, y por su uso, Honda trabaja la respuesta de su propulsor para que entregue lo mejor desde los rangos menos revolucionados. O sea, está siempre con uno, incluso con los distraídos que se quedan en una cuarta o quinta marcha y casi sin impulso.
Los usuarios que vengan de cilindradas bajas, como 125, 200 y hasta 300 cc, no podrán creer el amistoso panorama que les depara la CB500F, gracias a su ergonomía, facilidad del uso del embrague. Es una "500" mucho más a la mano de lo que se piensa.
Bueno, pero por muy gobernadora de la ciudad que sea, declare y lo cumpla, la carretera también le es terreno propicio. Claro, no contempla protecciones contra el viento, pero es tal su comodidad, que pensar en un viaje largo a velocidades de 100, 110 km/h es posible. Si queremos estirar la velocidad, su motor posee una respuesta segura e ideal para emprender un rebase a alta velocidad, seguro, y luego retomar el tranco crucero (ojo, que a 120 km/h el viento tampoco molesta en demasía). La suspensión, horquilla telescópica adelante y basculante prolink atrás, está enfocada en la comodidad y durante nuestros días de andarla no apuntamos quejas. Seguro que brazos más expertos que demanden mayores límites a la moto pedirán algo más de precisión en el trabajo delantero.
Recuerdo una frenada consistente a unos 85 km/h, sobre pavimento seco, que me dio muy buenos datos sobre su eficacia y el control que uno tiene sobre la moto. El sistema se apoya en un disco delantero ondulado de 320 mm con una pinza de freno de dos pistones, y un disco trasero de 240 mm y pinza monopistón. El ABS para las dos ruedas es de dos canales.
Ojo, que su orientación es absolutamente asfáltica. Ahora, por trechos sin pavimentar podremos ir, aunque con mucho recaudo y evitarlos si acaso la adherencia o accidentabilidad del relieve es importante.
¿Y el consumo? Dos apuntes: muy bien la capacidad del estanque de 17,1 litros, lo que unido a su orientación eficiente me puede entregar una autonomía cercana a los 450 kilómetros. Claro, si abusamos de la velocidad y los cambios bruscos, esta cifra experimentará un lógico detrimento.
Honda CB500F
» Motor: 471 cc
» Transmisión: MT 6 vel.
» Potencia: 47 Hp a 8.500 rpm
» Par motor: 43 Nm a 6.500 rpm
» Altura asiento: 785 mm
» Peso: 190 kilos
» Largo: 2.080 mm
» Neum. Delantero: 120/70 R17
» Neum. Trasero: 160/60 R17
» Estanque: 17,1 litros (93 octanos)
» Precio: $ 5.990.000