A inicios de este año Volkswagen anunció el cese de producción del Volkswagen e-Golf, la versión 100% eléctrica del best seller europeo, una movida muy natural ante la irrupción del Volkswagen ID.3 que conquista en Alemania, en Escandinavia y los Países Bajos. Dicho y hecho, porque este miércoles el complejo de Dresden ensambló el último de los Volkswagen e-Golf, el número 145.561.

El Volkswagen e-Golf se ensamblaba en la citada factoría de Dresden y en Wolfsburgo, la casa matriz de VW. La primera fábrica ahora se dedicará a la producción precisamente del ID.3 a partir de enero. Otros modelos ensamblados en Dresden son el sedán premium Volkswagen Phaeton y el Bentley Flying Spur.

Volkswagen ID.3, el sucesor.

La unidad del e-Golf que cierra esta historia iniciada en 2015, corresponde a una pintada en tono Uranogrey. El Volkswagen Golf eléctrico dispone de 134 Hp y un rango de autonomía de apenas 200 km, cifras muy por debajo del moderno VW ID.3 que ofrece 201 caballos y un rango de hasta 550 km.

En mayo, Jürgen Stackmann, representante de ventas y marketing de VW, dejó entrever que “probablemente el Golf no conviva” a futuro con la familia ID de eléctricos de la compañía. Esta era la primera declaración respecto de que el Golf podría comenzar una paulatina despedida en desmedro del incipiente VW ID.3.