Esta historia podría parecer simpática, pero no lo es para el jefe de una empresa de transportes de Chicago ni tampoco para quien hoy es acusado, que tendrá que enfrentar cargos por destrozar a propósito un Ferrari GTC4 Lusso, un deportivo que, cuando debutó en Chile en 2017, lo hizo con un precio de US$ 420 mil.
¿Pero qué podría pasar por la mente de alguien que se propone tamaña irracionalidad? De acuerdo con lo que reporta CarsCoops los hechos habrían ocurrido en Chicago cuando un trabajador fue desvinculado tras haber sido contratado hace apenas cuatro días. La empresa estimó que el chofer no era lo suficientemente estable para el trabajo (y parece que le dieron la razón).
Según lo que explicó una fuente anónima al interior de la empresa, quien no quiso revelar su identidad puesto que ahora el tema seguirá cauce legal, “el chofer se enfureció porque no le fue asignado un camión 2020. Solo consiguió uno 2019 con 50 mil km y él estimó que no era suficiente para él", se explica. La compañía, entonces, decidió despedirlo pero de forma civilizada, “no hubo discusión ni palabras de odio entre medio y eso fue visto por varios testigos”, detalla la fuente. Pese a que el hombre pidió permanecer en la empresa, el jefe no tomó en cuenta su exposición. Según el mismo testigo, “él entonces preguntó si ese era su auto. ‘Ahora vas a ver lo que te pasa por joderme’", habría dicho.
Lo que vino después fue la comisión del hecho que hoy convirtió a chatarra el deportivo de motor V12 atmosférico de 6.3 litros que era capaz de producir 690 Hp. “Corrió a un camión, que no era el suyo, se subió y cuando el jefe trató de pararlo, lo golpeó con la puerta y casi lo bota debajo del mismo camión. Aceleró como un loco varias veces contra el auto hasta que quedó montado sobre él”, finalizó el relato.
Este trabajador que no alcanzó a durar una semana, pero que seguro será muy recordado, fue detenido por oficiales del Departamento de Policía de Chicago y ahora su panorama es oscuro pues tendrá que responder por sus acciones.