Hoy se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer, instancia que aprovechamos para destacar el aporte de ellas en diferentes ámbitos, incluido el automotriz. Y es que si bien este mundo ha estado históricamente ligado a los hombres, hay varias mujeres que han contribuido a la industria con sus inventos.
Actualmente, nadie podría desconocer, por ejemplo, el aporte de mujeres como Bertha Benz, la primera persona en la historia que realizó un viaje de larga distancia en automóvil cuando la gente nacía y moría en un radio promedio de 20 km y cuando muy pocos se hubieran atrevido.
Bertha Benz
Cuando Karl Benz creó el patent-motorwagen, nadie se interesó mucho en la idea hasta que en 1888 su esposa Bertha tomó a sus dos hijos y se los llevó en el que hoy es uno de los viajes en auto más famosos e importantes de la historia.
La osada mujer viajó más de 100 kilómetros entre Mannheim y Pforzheim, debiendo hacer múltiples reparaciones a esta especie de carruaje sin caballos. Tanto así, que se dice que inventó la primera pastilla de freno, hecha de cuero, porque el sistema de madera hecho para detener el vehículo falló durante la expedición.
Más de 130 años después, Mercedes-Benz creó un cortometraje para ilustrar esta increíble hazaña.
Margaret Wilcox
Otra pionera de la industria es Margaret Wilcox. Esta mujer nacida en 1839 fue una de las primeras ingenieras de la historia y gracias a sus avances recibió la patente como creadora del primer sistema de calefacción. El día que quedaría en la historia sería el 28 de noviembre de 1893, cuando patentó el primer sistema de calefacción para automóviles.
Un invento que hasta hoy sigue el mismo patrón: tomar el aire caliente del motor y llevarlo a la cabina, permitiendo que las personas no pasen frío y que, además, sirve para desempañar el vidrio cuando la temperatura exterior es muy baja.
¿Alguien se imagina hoy un auto sin calefacción?
Dorothy Elizabeth Levitt
La británica pertenecía al mundo del automóvil. En 1911 logró el mayor registro de velocidad femenino al alcanzar 146,25 km/h, pero su gran aporte estuvo en otro sentido.
Periodista y escritora, es responsable del libro “La mujer y el auto”, donde entregaba consejos a las mujeres para manejar. Uno de esos datos fue que llevaran un pequeño espejo de mano y que lo instalarán en un lugar donde pudiesen ver hacia atrás. Nació así el espejo retrovisor, accesorio fundamental hasta nuestros días.
Mary Anderson y Charlotte Bridgwood
¿Te imaginas conduciendo un auto bajo una lluvia torrencial y sin poder utilizar el limpiaparabrisas? Parecería algo muy riesgoso. Este invento también nació de la mente de dos mujeres.
En 1903 Mary Anderson hizo un viaje en auto en Nueva York. Debido a los nevazones, tuvo que detenerse varias veces para limpiar el parabrisas. Inspirada en aquella experiencia, dio vida al primer brazo con hoja de goma que podía ser activado desde el interior.
Una década más tarde, Charlotte Bridgwood lo actualizó y lo hizo operable electrónicamente.
Florence Lawrence
La primera señal alerta de que se debe soltar el acelerador en carretera es cuando los autos de adelante frenan. Y eso es fácil de determinar porque se encienden las luces rojas traseras (o se hacen más brillantes durante la noche). ¿Adivinas quién tuvo esta idea?
En 1913, Florence Lawrence inventó un dispositivo llamado Auto Signaling Arm. Cuando se pisaba el freno, el brazo se levantaba, indicando una detención. Así, cualquiera que viniera detrás estaba alerta de que también debía o detenerse por completo o al menos disminuir la velocidad.
June Robertson McCarroll
La seguridad en las ciudades y carreteras de todo el mundo tiende (o así debería ser) a incrementarse. Pero hasta hace 100 años la realidad era muy diferente. Más allá de que evidentemente los caminos pavimentados o adoquinados eran minoría, lo grave es que no había separación entre un carril y otro en caminos de un carril por sentido.
En 1917, June Robertson McCarroll hizo un viaje en su Ford T a California. “De repente me encontré cara a cara con un camión. No tardé un segundo en elegir entre una berma con arena a la derecha o el camión de 10 toneladas a mi izquierda. Entonces tuve la idea de una línea blanca pintada en el medio de la carretera, como una medida de seguridad”.
La mujer lanzó una campaña mediante una carta y llegó hasta la Junta de Supervisores del Condado de Riverside. No conforme, pintó ella misma una franja blanca de un kilómetro y medio en la que actual Autopista 99. Su esfuerzo se vio recompensado cuando la Comisión Estatal de Carreteras votó para aprobar las franjas centrales y su idea se convirtió en ley en 1924. El estado de California fue el primero en aplicarla, luego el resto del país y de ahí al mundo.
Katharine Blodgett
Nacida en 1898 en Nueva York, Katharine Blodgett obtuvo los grados de ingeniera y científica en el Bryn Mawr College. Luego fue Master en la Universidad de Chicago y en 1926 se convirtió en la primera mujer en recibir un doctorado en Física de la Universidad de Cambridge.
En 1938 desarrolló un jabón líquido que permitía 99% del paso de luz en un vidrio. Su innovación de cristal no reflectante permitió posteriormente desarrollar esta misma tecnología, pero de forma duradera.
Hedy Lamarr
Es cierto que los autos más antiguos no traen pantallas de infoentretención en el tablero. ¿Pero has visto cuántas personas han cambiado sus viejas radios por una más moderna y con Bluetooth?
Esta señal que permite conectar el teléfono con el audio del vehículo también lo creó una mujer. Fue Hedy Lamarr quien en los años 40 inventó un dispositivo que impedía que los barcos enemigos interrumpieran las señales de guía de los torpedos. El dispositivo tomaría las señales de los torpedos y las haría saltar de una frecuencia a otra, haciendo casi imposible que un enemigo localizara el mensaje.
Es esta tecnología de “salto de frecuencia” la que se encuentra en las funciones de Bluetooth que permiten hablar por teléfono con las manos libres o transmitir la música favorita.
Stephanie Kwolek
Química polaco-estadounidense. En 1965 fue la responsable de la primera síntesis de poliparafenileno tereftalamida ¿qué es eso? Un producto que se convertiría en la fibra sintética conocida como Kevlar. Aunque no se pensó para la industria automotriz -se ocupaba en chalecos antibalas- gracias a su alta resistencia y menor peso se comenzó a ocupar en neumáticos y, posteriormente, en piezas de carrocería para autos deportivos.