En abril pasado la española Seat presentó en Europa los facelifts para sus dos modelos del segmento B: el tradicional Ibiza y el SUV Arona. A poco de que debuten en Chile, la marca aprovecha la coyuntura para sumar a los dos el moderno motor 1.0 litros de tres cilindros, que desarrolla 110 caballos y que está pareado a una caja automática DSG (doble embrague) de siete relaciones. Ambos -el Arona 1.0 TSI y el Ibiza 1.0 TSI- recibieron timbre de homologación hace pocas semanas.
Tal como ocurre desde el regreso de Seat a Chile en 2019, el Ibiza y el Arona seguirán ofreciéndose de todos modos con motores 1.6 litros aspirado para las versiones de acceso (AT6 para el Arona y AT6 o MT5 para el Ibiza). Respecto de la nueva motorización turboalimentada, en efecto desarrolla los mismos 110 Hp del bloque 1.6, pero crece 45 Nm en torque -el 1.6 logra 155 Nm y el 1.0 TSI, 200 Nm-. Otra diferencia es que ese máximo caudal se consigue a 3.800 rpm, y se mantiene apenas por 200 giros, en el caso del 1.600 cc; en contraposición del propulsor turbo que muestra toda su fuerza a 2.000 rpm y la mantiene hasta las 3.000 rpm, donde recién la curva comienza a caer.
En lo visual, y al menos para Europa, tanto el hatchback más vendido como el SUV más popular de Seat sumaron faros 100% LED, nuevas llantas de 17″ o 18″ y el nombre del modelo en manuscrito en el centro del portalón.
Puertas adentro, se innovó con tableros más blandos al tacto y de pantallas más grandes (8.25″ en versiones de acceso y 9.2″ en variantes tope) que están ubicadas en posiciones más elevadas. En cualquier caso, el sistema cuenta con enlazamiento remoto a Apple CarPlay y Android Auto y reconocimiento natural por voz, que se activa con la frase ‘Hola, hola’.