A mediados de 2020 Maserati se vistió de gala para introducir un nuevo modelo. Esa vez no se trataba de uno más de sus tradicionales deportivos -ni tampoco de un nuevo SUV que viniera a hacerle compañía al Levante- sino que la fiesta era para darle la bienvenida a un motor. Pero no uno cualquiera: el nuevo Nettuno, el bloque biturbo de seis cilindros en V a 90º que marca el retorno de la compañía a la producción de sus propios propulsores después de dos décadas. El proyecto que tomó el nombre del dios romano de los mares había comenzado en 2015.
Ensamblado a mano en el nuevo centro Engine Lab de Módena, incluso la decisión de fabricar ahí el Nettuno tiene una razón histórica. Maserati detalla que en la década del 30, cuando se movió de Bolonia a Módena, fue este mismo lugar en la calle Ciro Menotti el que albergó su complejo de ensamble y prueba de motores. “Cuando construimos esta planta, encontramos el lugar exacto que sirvió de apoyo para el dinamómetro que testeaba los viejos bloques Maserati. Entonces dijimos ‘Ok, no hay un lugar más propicio para seguir adelante con la historia de Maserati’”, relatan en la firma del Tridente.
Con una meta clara
Dos meses después de presentado el Nettuno 3.0 litros, Maserati reveló el deportivo MC20, el biplaza de tracción trasera que calza en el chasis este generoso corazón de 630 caballos y que viene como una reinterpretación actual del recordado Maserati MC12 con el gigantesco motor V12 de 6.0 litros.
Y aunque el Nettuno es justamente la mitad en tamaño que aquel naturalmente aspirado y de origen Ferrari que impulsó al MC12, igualmente la pregunta estaba sobre la mesa: ¿Es aquella cifra -los 630 Hp- una cuestión al azar?
“Fue impuesta como el objetivo por múltiples razones”, cuenta Matteo Valentini, ingeniero jefe del desarrollo del Nettuno. “La primera, déjame decir, es por respetar el legado del MC12. Ese auto tuvo un motor V12 pero con la misma potencia que hoy eroga el Nettuno, entonces empezamos por establecer aquella misma cifra de entrega. Por supuesto que la tarea era ahora ponerlo en práctica en un motor en la era del downsizing, solo con seis cilindros, porque tenemos también que cumplir con varias otras metas”, agrega, como dando a entender que hoy por hoy las motorizaciones deben lidiar con temas impositivos y con normativas de emisiones muy exigentes, principalmente en Europa.
Valentini cuenta que se habló mucho en el equipo respecto de cómo lograr el objetivo. “Discutimos cuál era la mejor manera de alcanzar los 630 caballos de poder específico y en un principio éramos más tradicionalistas. Evaluamos después la necesidad de un turbo o un mismo turbo más grande y de algún tipo de electrificación en orden a reducir la brecha del turbo lag típica cuando ocupas una asistencia de más tamaño”.
¿Y cuál fue el resultado de esas discusiones?
“Al final decidimos que queríamos marcar claramente el espíritu sport en el comienzo de una nueva era de trabajo y eso, déjame decir, estaba ligado a un motor de combustión interna semi convencional. Así, nos saltamos la posibilidad de la electrificación porque consideramos que añade complejidad”.
Aquellos turbos a los que Valentini hace referencia, están diseñados en el Engine Lab y soportan temperaturas por sobre los 1.000 ºC. Están hecho para resistir tal nivel de estrés que su ensamblado al resto del motor requiere una apernadura en secuencia determinada por manual y que es supervisada por un sistema de cámaras.
Asimismo, la gran innovación es una tecnología heredada directamente de la Fórmula 1, consistente en una precámara de combustión que se sitúa entre la bujía central y la cámara de combustión tradicional; también se cuenta con una inyección doble de combustible a una presión máxima de 350 bares. Finalmente, hay una bujía lateral tradicional que actúa de forma suplementaria como soporte para garantizar una combustión constante cuando el motor está funcionando a un nivel que no necesita la precámara.
Cada motor Nettuno debe sortear 40 minutos de pruebas a máxima exigencia previo a ser despachado. Antes es armado con más de 300 piezas y en seis fases (cada una a cargo de un operario) que toman 25 horas divididas en tres días laborales.
Todo está muy bien estudiado porque este el regreso de Maserati al arte de hacer motores, un triunfal retorno cuya guinda la pone una increíble razón de 210 caballos por litro de desplazamiento. Como dijo un viejo entendido en motores, así hasta los citycars serían deportivos... MT