Las altas temperaturas están a la vuelta de la esquina, un periodo particular de al menos tres meses en que el uso de los sistemas de aire acondicionado y climatización del auto están a la orden del día. Pero, ¿te ha pasado que echas a andar el aire frío y percibes un olor desagradable en el habitáculo? Es señal inequívoca de que necesitas poner atención.
En cualquier vehículo, el aire se distribuye por la cabina a través de los ductos de ventilación, que son alimentados por tuberías o mangueras interconectadas, que traen este aire desde el compresor del aire acondicionado (que funciona con una correa del motor dentro del capó). Muchas veces, producto de la humedad y el desuso, estos conductos van acumulando moho y hongos en el interior, produciéndose este desagradable olor.
Lo primero que habrá que chequear es el filtro de cabina (llamado también filtro de polen). Todos los vehículos llevan uno y su ubicación está indicada en el manual del usuario. Lugares habituales donde va puede ser dentro del capó, debajo de la guantera o en algún punto bajo el tablero. Este elemento es desechable, de manera que si al sacarlo se encuentra lleno de pelusas, hojas y otros elementos, basta con comprar un filtro de reemplazo y volver a instalarlo. Se recomienda aspirar el ducto antes de instalar el nuevo filtro (si el filtro no es reemplazado a tiempo -cada 15 mil o 20 mil km- se sobrecarga el compresor, acortando su vida útil).
Luego, llega el proceso del chequeo. Hay que volver a echar a andar la ventilación para ver si el olor persiste. Si el mal olor continúa, entonces queda probar con algún spray. Hay dos cosas por hacer: la primera, que utilices un producto desinfectante común (Lysol, Lysoform, etc.) rociando directamente por la toma de aire ubicada entre el capó y el parabrisas, generalmente cargado hacia el lado del copiloto. Es importante que esto se haga con el aire acondicionado funcionando a máxima capacidad y sin la recirculación activada, es decir, que el aire que ingrese a la cabina sea del exterior.
Si esto tampoco termina con los problemas, puedes probar con un líquido anti moho, que también venden en tiendas de artículos para el hogar. Finalmente, si nada de lo antes descrito resulta exitoso, intenta con los sprays especialmente pensados para este fin. Se trata de un envase que dejas abierto dentro del vehículo, con el aire en recirculación y funcionado otra vez al máximo. Así, este líquido en suspensión recorrerá los ductos eliminando bacterias y hongos que puedan quedar aún con vida dentro del sistema.