Tras cinco años de desarrollo y una larga serie de rumores y declaraciones se presentó oficialmente el Mercedes-AMG One, el auto de calle con algo más que el alma de Fórmula 1.
El proyecto que parecía una utopía en un comienzo, ya que la idea era tener el auto de Lewis Hamilton para desplazarte en la ciudad, tendrá una producción limitada a 275 unidades, cada una con un precio de 2,27 millones de euros.
¿Qué se paga con esa brutalidad de dinero? Básicamente es el sueño de todo amante de los autos, ya que literalmente se puso un monoplaza de la F1 en la vía pública, pero con los ajustes en seguridad que le permite circular sin problemas con la ley.
Para empezar, el modelo está construido sobre un monocasco de fibra de carbono y se mueve por un V6 turbo de 1.6 litros (derivado del mismo del equipo Mercedes-AMG de la F1), que genera 574 Hp y es capaz de girar hasta a 11.000 revoluciones. Incluso, se aprecia que el corte en rojo está a 10 mil rpm.
A ese bloque se suman un par de motores eléctricos en el eje delantero que generan 326 Hp y otros motores eléctricos en el eje trasero, con potencias de 163 y 122 Hp. En total, el Mercedes-AMG One eroga 1.063 Hp y pesa apenas 1,650 kg.
En prestaciones, las cifras obviamente son brutales. Según informó la marca, va de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos; de 0 a 200 km/h en 7 segundos y de 0 a 300 km/h en 15,6 segundos, con una velocidad máxima de 352 km/h.
Pero no todo es potencia y motorización F1. El ambiente que rodea a los ocupantes también parece sacado del monoplaza, con una posición de manejo que intenta emular a los pilotos, con un asiento fijo al monocasco, pero con volante y pedales ajustables.
El volante deja atrás su estilo tradicional de los autos de calle y es similar al del modelo de carrera, de hecho, tiene un botón para activar el DRS y uno que lleva la transmisión de manera automática a la marcha ideal para aprovechar el par del motor.
En cuanto a la experiencia de manejo, el nuevo Mercedes-AMG One tendrá la opción de manejarse exclusivamente en modo eléctrico, además de modos Race, Track, Individual y Race+. Esta última es la configuración más extrema y donde más se acerca a la F1.
Al cambiar los modos de manejo se ajustará la suspensión, el alerón variará su apertura y el mencionado botón DRS permitirá reducir la carga aerodinámica.
Eso sí, aunque el vehículo se pensó como un F1 de calle, hay elementos que no se podían obviar para entregar una mejor experiencia. Para eso, cuenta con el sistema MBUX, además de un cuadro de instrumentos digital y una pantalla en centro del tablero para el sistema multimedia. Y como en la mayoría de los Mercedes, se puede interactuar con el vehículo mediante el comando vocal “Hey, Mercedes”.
En conclusión, se trata de una verdadera maravilla de la tecnología, la misma que su máximo ejecutivo decía que debían haber estado borrachos para aprobarlo. Entonces, ¡no queda nada más que brindar a la salud de este Mercedes-AMG One!