El próximo lunes se emiten los últimos capítulos de la serie The Last Dance, documental que narra la última temporada de Michael Jordan con los chicago Bulls. El trabajo producido por ESPN no solo revivió la época dorada del oriundo de Brooklyn, sino que además ratificó el magnetismo que provoca en los espectadores, quienes lo siguen idolatrando como en sus mejores días.
Pero el basquetbolista, quien es actualmente el deportista más millonario del mundo (US$ 2.100 millones según la revista Forbes), también deslumbró fuera de la cancha cuando estaba al volante, ya que es un reconocido amante de los autos deportivos.
En la serie se le pudo ver con distintos Corvette, aunque no son los únicos que pasaron por el seis veces campeón de la NBA.
Eso sí, General Motors (fabricante del Corvette) fue una de las primeras marcas que apostó por el mítico 23 de los Bulls, por lo mismo, se mantuvo junto a ellos durante muchos años. Y nada de subirse a manejar algún Chrysler o Ford.
Pero los gustos de Jordan quedaron de manifiesto desde que deslumbraba en la Universidad de Carolina del Norte, desde donde saltaría a Chicago. Ahí se le veía, con apenas 20 años, en un Mercedes-Benz 300 SL, un precioso descapotable de patente UNC-23. El número era relevante para Jordan y fue un símbolo del exitoso paso universitario que se coronó con el título que ganaron con un doble suyo cuando faltaban 14 segundos para el final del juego con Georgetown en el Superdomo de Nueva Orleans.
Luego vino el acuerdo con GM en 1984. Y como se veía en The Last Dance, por sus manos se vio un Corvette C4 negro en el que llegó al primer entrenamiento. Después estaba con otro Corvette, uno de color rojo, también con uno de color dorado con patente Jump 23.
La siguiente generación de Corvette también fue a parar a las manos de Jordan. El C5 tenía un motor V8 de 5,7 litros llegó a tener hasta 410 caballos de potencia.
De la casa americana, otros modelos con los que se le asoció fueron el Chevrolet Blazer y el Cadillac XLR. Para Cadillac fue tan importante que Jordan tuviese su auto que el mismísimo presidente de la compañía se lo fue a entregar.
Y si quedaban dudas de la fidelidad con GM, esto se volvió a corroborar cuando le compró Pontiac a cada uno de sus hermanos.
La pasión europea
No soloa autos americanos disfrutó Michael Jordan. De hecho, una de sus debilidades siempre fueron los Ferrari. Uno de los más recordados fue el Ferrari Testarossa y un Ferarri 512 TR negro de patente M-AIR-J (Michael Air Jordan). Fue la primera evolución del Testarrosa, una edición de la que se construyeron 2.261 unidades y que contaba con un V12 de 4.9 litros y 428 Hp. Se le vio manejándolo cuando llegó a enfrentar a los Knicks por las semifinales de la Conferencia Este de la NBA.
Otro modelos del Cavallino con el que contó MJ fue un 599 GTB Fiorano de color plata (se fabricaron 599 unidades y uno fue para MJ) que se movía por un V12 de 6 litros con 670 Hp, el mismo motor del Ferrari Enzo.
Por si fuese poco, también tuvo un Ferrari 550 Maranello con motor V12 de 5,5 litros y 460 Hp.
Mercedes-Benz también sedujo al basquetbolista, aunque la preferencia se iba hacia la división AMG. Así, tuvo un CL65 AMG (612 Hp) y un SL55 AMG (493 Hp). Eso sí, uno de los más espectaculares fue, sin duda, el SLR 722 McLaren, una edición especial que se lanzó en 2004 y que tenia un motor que desarrollaba 650 caballos de fuerza. De esta familia SLR se produjeron apenas 1700 unidades y una de ellas le perteneció a MJ, pero dice la leyenda que lo manejó en una sola ocasión y que lo compró para obtener ganancias económicas.
Porsche tampoco podía estar ausente en la vida de Jordan. Entre los más llamativos estaba el 911 Turbo, pero no uno “tradicional”, sino que una versión denominada Slant Nose, que se caracterizaba por grupos ópticos que se escondían en la carrocería y que estaba inspirado en el 935 de carreras. Se movía por 3,3 litros de casi 300 CV con el que podía pasar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos. Lo adquirió después de ganar su tercer anillo con los Bulls. De la casa alemana también tuvo un GT2 R5 y un GT3 RS 4.0.
¿Y fuera de Alemania? Una historia simpática es la que tuvo con Aston Martin. Jordan conoció DB7 Volante cuando filmaba un comercial junto a Charlie Sheen. Quedó tan encantado con el deportivo británico que lo adquirió cuando se retiró definitivamente en 2003, tras su paso por los Washington Wizards.