Desde hace ya varios años que la Mitsubishi L200 se ha convertido en el modelo más vendido de la marca en el país, y no solo eso, también en la reina del segmento de las camionetas. Es que sus capacidades y fiabilidad han hecho que se gane un lugar en el corazón de los amantes de las pick-ups.
Por eso la renovación de la quinta generación de la Mitsubishi L200 debía reafirmar los argumentos que le han dado fama mundial a su nombre, y vaya que los cambios sí le sientan bien.
Lo primero que se puede apreciar de este nuevo estilo es su look, mucho más moderno y robusto, con un capó 40 mm más alto y un frontal con mayor presencia, donde las luces se separan en distintos niveles (los neblineros están 700 mm más arriba), lo que ayuda a una mejor visualización y a reducir los costos de reparación. Los parachoques también fueron rediseñados, y ahora son más anchos y envolventes, para proteger al vehículo en caso de impacto.
Las superficies acristaladas reducen su tamaño, dándole un look más deportivo, pero sin afectar la visibilidad, que desde el interior es bastante buena en todos los ángulos (ver más en Las 10 claves de la nueva L200).
Nuestra prueba de la Mitsubishi L200 incluyó algunos días con lluvia y mucho frío, lo que nos permitió conocer las capacidades más específicas por las que este modelo es preferido, por ejemplo, en las forestales.
El barro y las grandes acumulaciones de agua no hacen merma en su andar, ya que con sus 200 mm de despeje al suelo, esta camioneta se mueve con soltura en cualquier terreno, sin afectar su rodaje cómodo, y es que la suspensión está adaptada para minimizar los rebotes cuando se circula sin carga, con una sensación más parecida a la de un SUV.
A pesar de que personalmente sentí la dirección un poco pesada en algunos momentos (por ejemplo al maniobrar mucho tiempo en un estacionamiento pequeño), cabe destacar su radio de giro de 5,9 metros, bastante acotado para sus 5.275 mm de largo, lo que permite hacer giros en U o acomodarse en espacios estrechos de manera mucho más sencilla.
Si bien esta renovación mantiene el motor turbodiésel 2.4 de 178 Hp y 430 Nm, el gran cambio está en la transmisión automática de seis marchas de nuestra unidad de prueba, la que permite sacar el mejor rendimiento posible al modelo, independiente de sus 1.840 kilos de peso, que a veces podrían jugar en contra en el consumo.
Los pasos de marcha ahora son casi imperceptibles, y la programación se encarga de mantener las revoluciones en el punto óptimo entre rendimiento y buena entrega de torque, con aceleraciones en carretera que no tienen nada que envidiarle a un vehículo de menores dimensiones.
La caja de transferencia de la tracción total se maneja a través de un mando circular donde se puede seleccionar fácilmente el 2H, 4H, 4HLC o 4LLC, dependiendo de las condiciones del camino.
Con una evolución que resalta los mejores puntos de la L200, Mitsubishi de seguro tiene un producto que podrá mantenerse entre los más vendidos, aunque sí se hace necesaria una mejora en el sistema de infoentretenimiento, todavía no tan evolucionado como otros del segmento, además de dar la posibilidad de mayor cantidad de seguridad en las variantes de entrada.
A favor
Su buena maniobrabilidad en espacios pequeños, comodidad interior y ajuste de suspensión confortable. Buena capacidad de carga de hasta 1.000 kilos.
En contra
El sistema de infoentretenimiento se sigue sintiendo un poco complicado de utilizar y no es compatible con Android Auto. El equipamiento de seguridad se reserva solo a las versiones full.
Ficha técnica Mitsubishi L200 Dakar HP AT
- Motor: 2.4 turbodiésel
- Potencia: 178 Hp
- Torque: 430 Nm
- Caja: AT 6 vel.
- Tracción: 4x4
- Despeje al suelo: 200 mm
- Radio de giro: 5,9 m
- Precio: $ 22.990.000 + IVA.