“Quiero ser piloto de Fórmula 1, de Fórmula E, ser campeón del mundo”. Miles de personas deben tener ese sueño. Sentarse en la butaca de un monoplaza, en una de las grandes competencias del mundo. Para la gran mayoría no pasa de una ilusión, una fantasía. Para Nicolás Pino se convirtió en su objetivo de vida.

Pese a que recién tiene 15 años, nos basta hablar con él por unos minutos para darnos cuenta de que parece mayor. Ante una consulta, se toma su tiempo, esboza una idea, medita las palabras, piensa lo que dice antes de soltar las respuestas. Y no es difícil entender eso, mientras sus pares cursan los primeros años de educación media, este joven santiaguino desde hace tres años viaja solo por el mundo a diversas competencias.

Ahora vive en el norte de Londres, en la casa de unos amigos de su padre, mientras es parte del equipo Double R Racing y corre en la Fórmula 4 Británica, uno de los mayores semilleros del automovilismo.

La distancia y la soledad no le incomodan. Su rutina en Inglaterra le gusta. Se encarga de sus compras en el supermercado, cocina sus propios alimentos, entrena cada mañana, trabaja en el simulador, ve carreras de años anteriores para conocer los circuitos en los que correrá y el resto del tiempo lo divide entre los estudios para dar exámenes libres y paseos por la capital inglesa.

Dice que le gusta dar vueltas por el distrito de Greenwich, junto al río Támesis. También ver las antiguas construcciones en el centro y entrar a los museos. Pero en ese mundo de opciones, expresa que su foco no es otro que avanzar en su carrera deportiva.

No ha sido sencillo ese tema. Sabe que está en desventaja frente a otros pilotos que tienen financiado el año (y los que vienen). Y que él debe salir a buscar esos dineros, inventarse la esperanza de llegar a las series grandes.

Junto a su padre, decidieron salirse del camino estructurado de buscar auspiciadores y apostaron por crear la empresa NP78 para que, mediante un crowfunding (una especie de fondo de inversión), se recolecten los recursos necesarios para ir subiendo en la pirámide del automovilismo. El número 78 de esta empresa, el mismo que trata de ocupar en sus autos, dice haberlo escogido cuando vio correr a Ayrton Senna. El brasileño, su ídolo, tenía el 77 y Nico quiere seguirle los pasos.

Para cumplir ese anhelo se levantó este crowfunding. No se trata de “pasar la gorra”, como se dice coloquialmente. Busca que los inversionistas al apostar por Nico Pino pasen a formar parte del proyecto como socios y propietarios de una parte de la empresa.

Lamentablemente, la respuesta sobre esta forma alternativa de conseguir financimiento -y que tiene como objetivo reunir 400 millones en 2020- no ha sido la esperada, por lo que decidieron centrar la fuerza en Europa.

“En Inglaterra todo se mueve distinto. Hay mucho apoyo, si miran las transmisiones o fotos verán que soy el único piloto de la parrilla de la F4 británica que no tiene un main sponsor. Yo siempre he querido tener a chilenos conmigo en este viaje, pero no ha sido así. Eso llama la atención a todos allá, incluso a los pilotos latinos que tienen mucho apoyo. Se han acercado personas relacionadas a empresas y al automovilismo inglés. Son muy fanáticos y buena onda. Creen en los jóvenes y en el futuro, por eso lo hacen”, dice el piloto, quien está consciente de que esta situación puede poner en riesgo su futuro.

Pero esas mismas dificultades, que han sepultado carreras de otros chilenos en Europa y Estados Unidos, no lo hacen dudar. “El tiempo y la caja es lo que complica los proyectos. Yo debo seguir adelante, es más difícil, pero no me echaré a morir por eso. Mi equipo y yo creemos en el proyecto y, por lo tanto, volcaremos todo el esfuerzo en acelerar la inversión y ahora con las empresas y marcas en Inglaterra. Este nuevo foco o urgencia es una manera de hacernos cargo del complejo escenario que viven los deportistas chilenos que buscan recursos en el país. Mi proyecto sigue en pie y lo cumpliré como sea”, dice Pino.

¿Te asusta que este proyecto no se concrete?

Confío en que saldrá adelante, no tengo dudas. Lo único que me asusta es tener algún tipo de lesión que me impida seguir con mi vida normal.

A pesar de la confianza que exhibe el piloto, los días pasan y los inversionistas todavía no aparecen. Incluso, el propio Nico se atrevió a escribirle a Leonardo Farkas vía twitter. Era la 1.20 am del 14 de septiembre en Londres cuando el joven apostó a la generosidad del multimillonario desde su cuenta @nicopino_piloto:

» A fuego lento

Nico Pino vive para el automovilismo. Disfruta cada minuto en la F4 Británica, compitiendo en circuitos célebres como Donington Park, Thruxton y Silverstone. No esconde esa meta a nadie que se lo pregunte. Pero no es lo único.

Dice que le fascinan los animales poderosos, como los tiburones, debido a que han sobrevivido extinciones masivas. El espacio también le atrae y reconoce que le encantaría poder viajar a Marte, por lo extrema que sería esa experiencia.

Más en la Tierra, reconoce que la carne es su debilidad. “Me gusta hacer asados. Podría hacer uno todos los días. Cuando era chico aprendí con mi papá, pero después seguí cocinando solo y aprendiendo en la casa de mi abuela, hasta que después terminé siendo el chef de la casa. Esto me ayudó a ser más autónomo, a poder ir al supermercado y elegir bien la comida, saber qué cosas son más saludables”.

Esa autonomía y perseverancia van mostrando a la persona detrás del piloto, carácter que se fue construyendo y moldeando desde su primer encuentro con el automovilismo.

“El acercamiento de Nicolás a los autos fue de suerte. A nosotros, como familia, nos gustan los autos, pero no éramos fanáticos. Y de casualidad, para un 18 de septiembre, estábamos aburridos y fuimos a comprar carne a un supermercado en Estación Central. Ahí cerca había un karting en el subterráneo y fuimos a dar una vuelta. Él se subió, pero el auto le quedaba grande. Yo lo estaba mirando cuando lo veo chocar y salir del auto. Estaba enojado, dijo que el auto no frenaba ni aceleraba y pidió dar otra vuelta. Eso fue en 2012 y desde ahí nunca más se bajó del auto”, recuerda su padre, Manuel Pino.

A partir de entonces, todo giró en torno a los autos. El mismo Nico reconoce que “cuando chico, iba a la casa de mi abuela, donde tenía muchas pistas de Hot Wheels. Construía circuitos por toda la casa, dejaba con pegamento por todos lados. Así surge un poco el tema de que me gusten tanto los autos”.

El karting en Chile fue el primer paso. Producto del desconocimiento del rubro, los primeros días fueron muy amateur, pero iban evidenciando la pasión que comenzaba a crecer en el pequeño Nicolás.

“Cuando empezó a correr en karting, se levantaba todos los días muy temprano. En invierno salíamos a las seis de la mañana para ir hasta Lampa a entrenar. La idea era siempre llegar a las siete AM para practicar antes de que llegara la gente. Yo tampoco podía ayudarle mucho, no tenía idea de mecánica, de hecho, la primera vez que fuimos, íbamos con mi hermano y mi señora, con el auto metido arriba del Jeep y en una botella de Coca-Cola hicimos una mezcla que pasamos a comprar a 10 de julio. Fue todo muy artesanal al comienzo, así empezó a practicar, y aunque no tenía un auto bueno, igual hacía cosas de niños más grandes y se tiraba a fondo”, rememora el progenitor.

Luego vino la idea de salir. Fue a medirse en Argentina, luego en Estados Unidos y posteriormente a Europa. Destacó en diversas categorías, incluso fue seleccionado por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para ser parte del CIK AcademyTrohpy, categoría que selecciona a las promesas del automovilismo. Pino, a los 12 años, fue el primer chileno en entrar a esa competencia.

Pero para avanzar en el automovilismo no solo ha debido cumplir en la pista. Es más, el propio joven reconoce que un 80% de la carrera se hace fuera del asfalto, en reuniones y conversaciones.

En este punto no le gusta dejar escapar ningún aspecto. Es metódico y detallista. Es que, a diferencia de otros niños, a Nico siempre le atrajo el mundo de los negocios. Se devoraba libros de personajes como Steve Jobs, se interesa por lo que hace Elon Musk y, por lo mismo, es quien lidera el proceso de financiamiento y presenta a posibles inversionistas su proyecto.

“Le gustan los negocios, andar mirando oportunidades. Eso viene desde los 12 años, cuando me acompañaba a mi empresa, una aceleradora de negocios con emprendimientos tecnológicos. Lo llevaba a la oficina en el verano, ahí participaba de un programa con varios niños, a los que les enseñábamos de emprendimientos y cómo armar y defender sus proyectos”, recuerda Manuel Pino.

Nico Pino (CHL) - Argenti British F4

Hoy, el presente lo tiene en la F4 Británica, una de las categorías escuela más importantes del mundo. Por lo pronto, tras seis fechas, le ha costado adaptarse, aunque dice estar conforme y que va cumpliendo con el objetivo de terminar las carreras y ganar experiencia.

Esa capacidad de sobreponerse a obstáculos, con un carácter que para algunos puede ser distante o frío, según su padre tiene su origen en días complejos que vivió Nico Pino cuando sus padres se divorciaron.

“Él tenía cuatro años cuando nos separamos con su mamá. Antes de eso era bien pegote, muy cercano, pero la separación quizás le fue forjando parte del carácter algo arisco que tiene. Hoy eso es parte de su personalidad y lo mezcló con lo competitivo y obsesivo que es. Quizás puede dar una imagen más ruda, o que es un poco agrandado, pero por dentro es muy servicial, la gente que lo conoce lo sabe, esa es su manera de demostrar cercanía y afecto”, dice Manuel Pino.

Pero donde no escatima afecto es con Martín (14 años), uno de sus cinco hermanos, quien nació con una enfermedad genética que “pese a su edad, refleja la mentalidad de un niño de seis años”, dice el padre.

Al hablar de su hermano, Nico abre un poco esa coraza. “Mi hermano nació con una enfermedad, pero es un amor, es muy cariñoso. Le gusta ser muy cercano, es muy gracioso, también es muy pillo, si quiere algo lo va a conseguir. Yo soy muy cercano con él, me llama todas las semanas y me acompaña siempre cuando estoy en Chile. Es uno de los que me motivan en la vida”.

Es la persona detrás del quinceañero, quien sueña con compartir una grilla con Max Verstappen o Charles Leclerq en la F1 o con Maximilian Günther o Nick de Vryes en la Fórmula E. Si lo consigue, el tiempo lo dirá, aunque este joven que conoció el karting de casualidad dice que por determinación y planificación no se va a quedar. MT

Nico Pino (CHL) - Argenti British F4