Relajado y maduro. Muy maduro. Así se ve hoy Nicolás Massú. El tenista nacional que llevara a lo más alto del podio olímpico a Chile en dos oportunidades, hoy disfruta del momento que vive como capitán del equipo chileno en Copa Davis. Es que a pesar de la derrota sufrida hace pocas semanas frente a la escuadra argentina por el paso al repechaje del Grupo Mundial (cayó 3-2 en el último punto), Massú está tranquilo, más no feliz. "Los tuvimos", repite una y otra vez durante la entrevista realizada cuando solo habían pasado cuatro días desde el desenlace. "Nadie daba un peso por nosotros, y si hubiésemos perdido 5-0 habría sido un resultado lógico según los papeles. Pero la lógica en la Davis no opera y eso es lo entretenido", recalca Massú, mientras termina un pequeño vaso de café en las canchas de su academia, ubicada en el complejo deportivo de Iván Zamorano.
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1996. Nicolás Massú[/caption]
Han pasado más de 20 años desde que Massú debutara como jugador en Copa Davis con solo 16 años frente a Canadá y para él es como si fuera ayer. "Durante toda mi carrera, la Davis fue mi prioridad absoluta, siempre me lo tomé a pecho, desde que debuté hasta mis últimos partidos como jugador. Cuando ganaba era una felicidad inmensa y cuando perdía, una tremenda tristeza. Hoy, como capitán, es lo mismo y me encantó el ambiente que se vivió en Chile frente a Argentina, que se haya vuelto a transmitir por televisión abierta, a escuchar en la radio. La gente se prendió de nuevo con el tenis y eso por supuesto que es una satisfacción tremenda que me pone muy feliz", agrega quien fuera hasta 2012 el chileno más joven en debutar en este torneo.
» Del retiro a la capitanía
En agosto de 2013 anunció su retiro de las canchas. Era una idea que le daba vueltas por la cabeza, pero, más que no hacerle frente, quería hacerlo en grande, en un court central de algún torneo importante, como Roland Garros o Wimbledon. "Era mi idea, no quería irme sin despedirme como correspondía. Creo que por el nombre que tenía me lo merecía".
Pero las lesiones no lo dejaban tranquilo. Con esa misma garra que enfrentaba los partidos más duros de su carrera se paró una, dos y tres veces..., partía con ranking miserable, jugaba torneos que estaban lejos de ser los que hubiese querido y no daba su brazo a torcer. Hasta que puso punto final.
"Nadie está preparado ciento por ciento para el retiro, sabes que será difícil y quizás por eso yo aproveché al máximo mi estadía en el circuito, lo disfruté siempre, a pesar de las lesiones y de que los resultados no fueran siempre lo que uno quería o esperaba".
El anuncio de que vendrían Rafael Nadal, Novak Djokovic y David Nalbandian -en ese momento uno y dos del mundo, respectivamente, y el argentino había sido tercero del ATP- para una exhibición a Santiago, apresuró la decisión. Era el escenario perfecto para despedirse. "Si lo hubiese querido no me habría resultado. Eran los mejores exponentes del momento, era un sueño retirarse así, en mi país, frente a mi público. Tomé la decisión".
Nicolás Massú recuerda ese momento y se emociona. No de lágrimas, sino de pasión. Una pasión que solo se puede ver reflejada en quienes mojan la camiseta con sangre, con dolor, pero a la vez con un amor inmenso. Inigualable. Con un coraje que solamente se ve en los héroes. Y vaya que lo fue.
Solo un par de meses pasaron de su anuncio cuando le propusieron ser capitán del equipo chileno. No lo dudó ni un segundo y aceptó feliz, orgulloso, sin importar las condiciones, ni con el equipo que se encontraría en ese momento.
No tuviste tiempo para digerir tu salida, para desintoxicarte del tenis y ya estabas de nuevo en una cancha...
"Es que yo no necesitaba alejarme. Mi decisión no era porque estuviera agotado del tenis o aburrido. Puede ser que haya estado un poco cansado, pero tenía relación más con las lesiones y el que no podía tener mi nivel al hecho de querer retirarme, porque estaba hastiado. Por el contrario. Yo amo el tenis, es mi vida y mi pasión. Siempre supe que seguiría ligado de una u otra forma. ¿Cómo? Era la gran pregunta, que se respondió rápidamente.
¿Te sentías preparado para ser capitán?
"Tengo la energía y la vigencia que se necesitan. Soy un fanático, por lo que igual voy a los torneos y sé lo que está pasando en el circuito. Creo que si no era frente a Barbados (febrero 2014) iba a ser igual después, y creo que fue el momento correcto. Muchos de los rivales con los que aún nos toca en los sorteos alcancé a jugar y esa es una ventaja. Sé cómo se mueven, cómo juegan, cómo enfrentan los partidos y el cansancio".
¿Cómo fue tu primera experiencia como capitán?
"Fue más rápido de lo esperado, pero un gran desafío. Tomé un equipo joven, con poca experiencia. Traté de empezar desde cero con ellos y aportarles en lo que más podía a cada uno.
Ellos me vieron jugar, sabían cómo lo hacía y cómo me tomaba la Davis. Creo que eso fue bueno, porque lo tienen fresco en la memoria".
¿Qué sentiste en esos primeros partidos?
"Me costó controlar la idea de que no podía entrar a jugar. Me pasó varias veces que me habría metido a la cancha feliz.
Massú reconoce que él siempre quiso ser tenista profesional, que esa era la carrera que quería seguir y luchó para conseguirla. Y cuando habla de tenis transmite esa misma pasión que se le veía en la cancha. Es una enciclopedia. Se acuerda de resultados, parciales, jugadas, jugadores, etc. Soy mateo.
¿En serio eres mateo?
"Sí, soy súper mateo. Leo mucho, me gusta saber todo lo que está pasando y estoy al día con todo y todos. Lo hago con gusto, pero más ahora, porque es mi pega. Veo y reviso videos de jugadores y contrincantes, ya sean los próximos o los que podrían ser. Sé y me los conozco a todos", confiesa con una actitud casi obsesiva, pero que siente que es la forma para poder ayudar a sus dirigidos.
"Yo los tengo con suerte una semana antes de los partidos. Es cierto, estoy en contacto con ellos, pero no es lo mismo. Para eso estoy, para entregarles las herramientas para que puedan enfrentar mejor cada uno de los partidos, sea quién sea".
Con 20 años en Copa Davis, tuvo un desfile de jefes de equipo, y sin dar nombres "para que no se me quede ninguno en el tintero", dice que de todos aprendió algo y que trata de rescatar lo mejor de cada uno de ellos para inculcarlo a sus jugadores.
¿Cuál es tu estilo como capitán?
"Aguerrido. Acá nada es imposible y hay que luchar hasta el final".
¿Cómo has evolucionado como entrenador estos años?
"Creo que todos hemos crecido en estos cinco años, tanto yo como los jugadores. Y todavía hay espacio para más. Uno nunca deja de aprender".
¿Cuál ves que es la ventaja de haber sido jugador y hoy capitanear al equipo?
"Que tengo claro cuál es el mensaje que quieren recibir cuando están en la cancha, cuando me miran, cuando están en una pelota difícil o en un momento complejo. Sé darles los tiempo y les trato de dar lo que yo esperaba de mi entrenador cuando estaba en la cancha".
» El renacer
Para muchos, los partidos que se vivieron en San Juan, Argentina, marcan un antes y un después en la era de Massú como capitán del equipo nacional. Y él lo sabe. No esconde su alegría de ver cómo se vivieron los partidos en Chile y su satisfacción por lo logrado.
¿Cuál es el análisis que haces del equipo post Copa Davis?
"Ellos vienen en alza y eso hay que aprovecharlo. Estuvimos ahí -hace el gesto con sus manos indicando la estrechez- de ganarles, pero no se pudo. Ahora hay que mirar hacia adelante. Ya tengo mi mente puesta en febrero".
Y eso es tal cual. A dos días de la derrota fue el sorteo para los equipos que deberán jugar en septiembre. Chile está libre, pero no por eso Massú deja de estar atento a lo que pasaba.
Vio en directo en la madrugada a través de internet el sorteo e hizo un análisis exhaustivo de todas las probabilidades y combinaciones que podrían suceder esa fecha y de con quién podría tocarles el próximo año. Esa información la envió temprano a sus jugadores y al resto del equipo. "Estoy atento. Muy atento a todo", señala.
Mientras tanto, y a la espera de eso, Massú sabe que tendrá mucho "tiempo libre". Llega temprano a su academia y trata de estar el mayor tiempo posible en ella, pues sabe lo importante que es para los niños -y los padres- su presencia en terreno. Pero también quiere ver si se repite su experiencia del año pasado, cuando entrenó a la estadounidense Christina McHale (45º) por tres meses para el circuito. "Fue una buena experiencia que duró lo que estaba planificado. Ella necesitaba más tiempo y yo no se lo podía dar, porque tengo compromisos que me lo impedían", explica, dejando en claro que esa es otra faceta que quiere explorar en algún momento.
A medida que la conversación transcurre, el "Nico" se suelta más. Esa timidez característica que tenía hasta hace algunos años como jugador cuando daba entrevistas desaparece para dar paso a esta faceta madura, pero solo a ratos pausada. El tema lo apasiona, vive y respira por el tenis y quiere ser el mejor en lo que hace. Y para eso pone todo el corazón.
Se podría pensar que con dos medallas olímpicas y lo que obtuviste como tenista profesional tienes todas tus metas logradas.
¿Cuál es tu sueño ahora?
"Mi sueño es ser campeón de la Copa Davis como entrenador. Para eso trabajo". MT