Nissan Navara Pro-4X: ahora recargada y con atributos para llevar la batuta
La casa nipona propone un nuevo trato con una inédita versión más poderosa y hecha para las aventuras. Además, por primera vez la Nissan Navara incluye una completa batería de asistencias a la conducción, como marcando la pauta de hacia dónde debe girar el competitivo segmento de las pick-up medianas. ¿Tiene puntos bajos?
La Nissan Navara 2021 es una especie de dualidad. Por un lado, la flamante pick-up mediana de la casa japonesa es solo un facelift respecto de la camioneta que se conoció hasta hace poco con el nombre ‘NP300 Navara’, pero es a la vez la primera de su dinastía que nace bajo el renovado enfoque que impuso Makoto Uchida. El CEO de Nissan se propuso alejar a la marca de los objetivos de vender grandes volúmenes -transando muchas veces aspectos clave como la seguridad (aló, ¿V16?)- y en cambio apunta a convertirla en una firma deseada y atractiva. ¿Se notan esos brochazos en la última Navara?
Sincerando posturas, el propio arribo de la versión Pro-4X ya es como una declaración de principios. Se trata de una variante tope de línea de características específicas a niveles visual, de ingeniería y también de asistencias a la conducción, que incorpora a la Navara en esa arena más sofisticada a la que han girado aún pocas medianas. Y eso que, como se dijo, sigue afirmada sobre la misma base de su predecesora NP300…
La más off-road
Todo, por supuesto, entra por la vista: la Navara Pro-4X deja en claro su enfoque más salvaje con detalles naranjos presentes en el logo Nissan del frontal, en los costados de una defensa por debajo del parachoque, en los cuatro pasos de rueda y en las tapitas centrales de las llantas de seis radios dobles. Pese a que todos son acabados más bien pequeños, crean un alto contraste al estar insertos siempre en superficies negras. Las pisaderas laterales son también de tinte dark.
Otra innovación está dada por una parrilla V-Motion más imponente, donde destaca el grabado ‘N A V A R A’ en el bisel del borde del capó, que cierra por encima el conjunto de la toma de aire principal. Asimismo, las luces delanteras son LED, con un diseño en C en el caso de la circulación diurna, mientras que los grupos principales disponen de cuatro proyectores para alternar automáticamente entre las iluminaciones de bajas y altas. En el último tramo del costado van logotipos Pro-4X, mientras que en la zaga otra vez se encuentra en relieve y extendida por todo el ancho del portalón la leyenda ‘N A V A R A’.
Pie en la pisadera y a subir. En el interior, lo primero que salta a la vista son las butacas delanteras. Se trata de asientos en cuero negro con hilos blancos y que llevan un vistoso bordado transversal ‘Pro-4X’ en los respaldos. Aquí se percibe estar en una top line.
El volante esta vez va en línea con el diseño visto en los últimos modelos de Nissan, como el sedán Sentra, ganador en Chile de los premios Mejor Auto y Mejor de Los Mejores. De esta manera, se trata de una circunferencia de cuatro radios, forrada en cuero, con un centro esférico otra vez con el logo inserto en naranjo.
Ampliando la vista. Si bien el tablero se nota firme y cede el protagonismo a una pantalla central táctil de 8″ con perillas de buena factura, está completamente concebido en materiales duros. No hay cueros, ni gomas, ni alfombrillas que lo suavicen al tacto, un ítem donde esta Navara Pro-4X, en atención a su posición en el portafolio (y su valor), podría poner algo más de cuidado. Lo que parece imperdonable, es que el volante no tenga ajuste de profundidad; y es que así se hace difícil hallar una posición cómoda para conducciones de largo aliento. La butaca de ajuste manual tampoco facilita las cosas, y no es por el simple hecho de no ser eléctrica, sino porque no baja lo suficiente.
En la consola central hay tres botones ‘ciegos’ por detrás de la palanca de cambios (que es forrada en piel) como si sirvieran para controlar funciones que esta versión no ofrece. El apoyabrazos -sobre una caja guardaobjetos con cargador interno- no es deslizable y entonces quien quiera conducir en modo semimanual, irá con el codo en el aire.
El mencionado display central es táctil, pero igualmente obedece a las funciones más sencillas mediante ocho botones y dos perillas. Incluso una de las teclas permite elegir entre modos día, noche o automático para controlar el brillo y los colores. Se agradecen varias cosas: primero, que es muy intuitiva. Luego, que al poner la reversa la pantalla divide vista entre la cámara trasera fijada en el portalón y una recreación de 360º que resulta muy útil para estacionar en espacios reducidos y poco iluminados como los subterráneos. Es compatible mediante cable con Android y iPhone. El sistema de audio de seis parlantes es muy fidedigno, asomando como otro de los puntos altos.
En la segunda fila el espacio para los ocupantes está en sintonía con lo que ofrecen el resto de las generalistas en el segmento de las pick-up medianas. Hay que destacar que la Nissan Navara Pro-4X tiene salidas de aire traseras, un apoyabrazos central con dos posavasos y una conexión USB. Pueden viajar cómodos cuatro adultos y un niño (en la plaza central). Los paneles de las cuatro puertas están bien acolchados para descansar los brazos.
La zona de carga está cubierta por una capa espreada y se dispone de dos rieles laterales dentro de los que se mueven y aprietan dos ganchos por costado. Así, resulta rápido y sencillo amarrar, por ejemplo, cajas poco voluminosas. Se diseñó una pisadera en el medio del parachoque para facilitar el chequeo de la carga (sin abrir el portalón), pero se carece de algún sistema que aliviane la apertura de la tapa, que puede venirse de golpe.
A conducir
El manejo de la Nissan Navara es algo que en la misma marca, resaltan, se ha trabajado. En su presentación global a fines de 2020 se dijo que se había hecho un upgrade en la aislación del ruido del motor hacia la cabina y, en paralelo, la camioneta ganó un nuevo seteo de suspensión heredado de la desaparecida Mercedes-Benz Clase X, que era su hermana (la Renault Alaskan también lo es).
Así, conscientes igualmente de que la inclusión del motor 2.3 biturbo significó incrementos de 30 caballos y de 50 Nm de torque respecto de la antigua NP300 Navara más alta (188 frente a 158 Hp y 450 vs 400 Nm), comenzó el paseo.
En carretera las sensaciones son particulares. Resulta que al acelerar a ritmo tranquilo, el motor y la caja parecen congeniar; algo que cambia cuando se le pide imprimir más vértigo. Por ejemplo, cuando se apura a la salida de un peaje la caja parece desentenderse por un momento de su función y el tacómetro, amparado en aquella tardanza, empina la aguja incluso por sobre las 3.600 rpm antes de pasar de marchas. Da para pensar si aquellos botones faltantes no eran de algún modo más deportivo que hiciera más responsiva la performance de la transmisión. Tendría mucho sentido.
Ya en velocidad constante sobre 1.500 rpm las respuestas mejoran de manera satisfactoria. Los 120 km/h se alcanzan con 2.100 giros por minuto y el motor da certeza de que todavía tiene mucho más por entregar. Particularmente, me gusta ver cómo se comporta un vehículo subiendo tramos largos de ascenso como Las Chilcas, en la Ruta 5 Norte, y allí la verdad el motor no deja dudas: muestra su mejor cara y empuja sin tener que recurrir a la caja.
Además, es cierto que la suspensión está muy bien calibrada y la carrocería no rebota en lo más mínimo -aun sin peso en el pick up- y, por el contrario, se siente un comportamiento muy aplomado. Aquí no hace falta poner peso muerto como acostumbraban en el campo y hace 10 años los dueños de camionetas.
En el manejo más off-road, la Navara también sale bien parada. Lo primero que hay que decir es que Nissan le puso a la Pro-4X llantas de 17″, de forma que si bien son más chicas que las 18 pulgadas que ofrece la Navara LE, la jugada no interfiere en el diámetro total de la rueda (llanta + neumático) porque está pensado en permitir un perfil más propio de gomas todoterreno. La tracción se selecciona en la parte baja del tablero mediante una perilla que permite moverse entre 4x2, 4x4 High y 4x4 Low. Además, la Navara Pro-4X tiene el botón para bloqueo de diferencial trasero para que ni en las condiciones más demandantes escasee la tracción…
Seguridad como (casi) no hay en el segmento
Donde esta Nissan Navara sin duda saca ventajas respecto de su competencia más acérrima (se subentiende, la Mitsubishi L200 y la Toyota Hilux), es en materia de asistencias a la conducción. Es que la marca japonesa la dotó de la batería Nissan Intelligent Mobility. Así, apenas alguna rueda se pone sobre una línea continua o discontinua (sin señalizar previamente), la Navara lo detecta como un error y lo hace saber de inmediato mediante una alerta sonora y audible por todos en el habitáculo. Al no haber respuesta humana a la advertencia, entonces la pick-up toma cartas en el asunto mediante la intervención.
Esta serie de ayudas se compone también de asistente de luces altas, de alertas de punto ciego y de tráfico cruzado trasero. A lo que se agrega la alerta de colisión frontal con frenado de emergencia autónomo, elementos que no probamos esta vez en la carretera (no encontramos candidatos) pero que sí están ahí listos y dispuestos para evitar lo que de otro modo puede, eventualmente, terminar en un accidente grave. De todos modos, funciones como el detector de salida de carril pueden desactivarse fácilmente mediante el cluster, utilizando las teclas del volante.
En suma, tal como ya hizo Nissan con sus sedanes, esta Navara Pro-4X también es una materialización de un ascenso de categoría. La marca ahora lo hace con atributos como un look elegante y afinado, un motor más generoso (antes no se ofrecía en Chile), una suspensión muy bien trabajada y una seguridad de estándar europeo. Ahora que se pliegue el resto…
Ficha técnica | Nissan Navara Pro-4X: |
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Motor: | 2.3 litros biturbo / cuatro cilindros |
Potencia: | 188 caballos |
Torque: | 450 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm |
Caja: | AT7 |
Tracción: | 4x2/4x4/4x4L (con bloqueo de diferencial trasero) |
Largo: | 5.253 mm |
Ancho: | 1.857 mm |
Alto: | 1.850 mm |
Distancia entre ejes: | 3.150 mm |
Distancia libre al suelo: | 227 mm |
Carga máxima: | 1.125 kilos |
Pantalla: | tactil de 8″ |
Neumáticos: | 255/65R17 |
Procedencia: | México |
Precio: | $ 36.800.000 IVA Incl. |
A favor | En contra |
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El arribo del motor más radical y la inclusión del sistema Nissan Intelligente Mobility. Si bien la Navara no es la primera de las medianas en sumar asistencias a la conducción (fue la Ford Ranger), al menos es la primera entre las que pelean siempre arriba. | La caja que no ayuda lo suficiente a un motor que debe llevarse doble labor. Resulta incómodo que el volante no tenga ajuste telescópico. |
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