Toyota ha suspendido temporalmente la entrega de motores diésel a nivel mundial debido a la detección de irregularidades en el proceso de certificación de emisiones. La compañía japonesa admitió el uso de un software diferente en la central electrónica (ECU) durante la certificación de emisiones de los motores afectados, en comparación con los modelos que llegan a manos de los clientes.
Los motores afectados son los 1GD, 2GD y F33A, utilizados en varios modelos, incluyendo a la popular Hilux, su hermana SUV Fortuner, el furgón Hiace o incluso a los Land Cruiser Prado, Land Cruiser 300 y modelos de Lexus, llegando incluso a afectar a motores de algunos camiones de Hino. Estos modelos, comercializados desde el año 2017 en adelante, fueron vendidos en mercados de Japón, Asia, Medio Oriente, Europa y África.
La situación ha llevado a la suspensión temporal de la entrega de motores fabricados en Japón a las plantas de Toyota en todo el mundo, a la espera de una investigación interna que se encuentra en curso. Aunque algunos de los modelos afectados a este llamado a revisión se comercializan en Chile, aún no existe información sobre las unidades vendidas en nuestro país.
Este caso de irregularidades en las emisiones de motores diésel ha sido nombrado “Dieselgate”, recordando al escándalo protagonizado por el grupo Volkswagen hace casi nueve años, donde se descubrió que casi 10 millones de vehículos con motores diésel habían sido comercializados con una modificación similar de software, emitiendo en la vía pública hasta 40 veces más partículas contaminantes de la permitidas por las regulaciones internacionales, pero bajando las emisiones cuando detectaban que estaban siendo sometidos a pruebas de certificación. Toyota asegura que, a pesar de las irregularidades, los motores no representan un riesgo para los usuarios, quienes pueden seguir utilizándolos mientras dure la investigación.
La compañía emitió un comunicado de prensa detallando las irregularidades y las medidas tomadas. En esta declaración se manifiesta que Toyota Industries Corporation (TICO), encargada del desarrollo de los motores diésel, además ha informado a Toyota sobre irregularidades en las certificaciones de emisiones de motores para montacargas y maquinaria de construcción.
En el comunicado, Toyota reconoce que esta es la cuarta vez que detectan irregularidades internas en este tipo de auditorías, siendo las anteriores en agosto de 2022, abril de 2023 y diciembre de 2023. Siendo el caso de Daihatsu y la omisión de problemas en sus pruebas de seguridad el más grave hasta la fecha.
Por su parte, Toyota ha iniciado un proceso de explicaciones detalladas a las autoridades, comprometiéndose a tomar medidas para recuperar la confianza de los clientes.
En este incidente, a diferencia del “Dieselgate” de Volkswagen, la detección de las irregularidades provino de una investigación interna en lugar de una investigación externa.