Lo expuso en 2019 cuando lanzó su primer auto 100% eléctrico (el SUV XC40 Recharge) y lo repitió en 2022, pero ahora con una bajada de nivel regional al lanzar el Volvo C40, su primer automóvil que solo se ofrece con motorización eléctrica: el problema medioambiental era algo real y palpable, y Volvo tomaría cartas en el asunto para convertirse en un actor de vanguardia a la hora de cambiar las lógicas de cómo se había entendido históricamente el mercado de los automóviles.
Como dando cuenta de aquel liderazgo, en Ciudad de México el fabricante escandinavo sacó brillo a sus grandes resultados conseguidos el año pasado en Latinoamérica, una región históricamente retrasada en cuanto a la adopción de tecnologías innovadoras -y por ende más costosas- pero que de todos modos ha anotado números azules. De alguna forma la marca de Gotemburgo ha sabido tocar la tecla: en Colombia vendió sobre mil vehículos, el 30% de ellos electrificados; en Brasil y Uruguay solo pone unidades Recharge (en el gigante sudamericano matriculó más de 8 mil unidades); en tanto que en Chile dio un mordisco a la mitad de la torta de los vehículos electrificados del segmento premium (52,2%). “Fue sin duda el mejor año en la historia para América Latina. Estamos muy fuerte y eso seguirá siendo así”, decía Abdallah Madi, jefe de Producto de Volvo Cars para la región.
¿Y a qué se debe ese fulminante éxito? Hay varios factores, dice Tarcísio Triviño, Managin Director de Volvo Cars Latinoamérica. El primero tiene que ver con que la marca pasó en pocos años de ser una entry premium, con modelos como el recordado hatchback V40 -que se llevaba buena parte de las ventas- a una con productos más sofisticados y de mayor precio, incluso. Y la fórmula ha dado frutos. “En este crecimiento rápido tiene mucho que ver la manera en que han trabajado nuestros representantes en los diferentes países. Ellos se han esforzado por traspasar un mensaje de ecología que la gente ha sabido comprender”, cuenta.
En el caso particular de Chile, la realidad es aún más destacada, puesto que a diferencia de lo que ocurre en Colombia y Brasil (los feudos más fuertes de la marca nórdica) en nuestro país no existe ningún tipo de incentivo a la compra de vehículos amigables con el entorno: quien compra un auto de bajas lo hace por una convicción total, sacrificando una buena porción de presupuesto. “En Chile vamos a ser también 100% eléctricos, antes incluso de lo que la gente puede pensar”, adelanta el ejecutivo brasileño.
Volvo C40: crossover Recharge con sello sueco
Por eso Volvo Cars -que se propuso vender únicamente vehículos eléctricos a 2030- sigue afinando su puntería, no solo fortaleciendo el portafolio sino enviando señales de que sus pasos son sin retorno. El Volvo C40 es la profundización de filosofía verde, y es que este crossover montado sobre la arquitectura CMA -la misma del mencionado XC40 Recharge- y exhibido globalmente hace un año aplica más torque a la tuerca de la conciencia responsable con el medio ambiente.
El Volvo C40, que a partir de ahora también desembarca en la región y que dirá presente en mayo en Chile, se presenta como el primer vehículo que elimina por completo materiales tan recurrentes en el segmento, como el cuero natural, para presentar una concepción nacida de la conciencia del reciclaje. Así, los paneles de las puertas, el tablero o los forros o mullidos de los asientos vienen de los desechos inorgánicos que el propio ser humano ha ido generando por décadas. Son hechos y no meras declaraciones.
El diseño también es un elemento central en el C40. Sus líneas estuvieron a cargo del ingeniero Robin Page, quien tuvo como misión plasmar en los detalles la esencia de un producto genuinamente sueco. Así, el familiar de caída coupé lleva por ejemplo un gran techo solar fijo que permite una gran luminosidad interior y que está inspirado en las casas escandinavas que reciben muy pocas horas de luz durante el invierno y que, por el mismo motivo, tienen grandes ventanales para aprovechar al máximo la claridad natural.
El tablero también es un guiño a la herencia escandinava. Aquí, el Volvo C40 cuenta con un tablero con gráficas retroiluminadas que toma como base la topografía del Parque Nacional de Abisko, una reserva al norte de Suecia, situada a 200 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Considerado como uno de los últimos grandes paisajes vírgenes de Europa, se dice que Abisko es uno de los mejores lugares para observar las auroras boreales gracias a la ausencia de contaminación lumínica y a los vientos fuertes que soplan las nubes.
El forro interior de las puertas puede ordenarse opcionalmente en tono Fjord Blue (fiordo azul), una nueva tonalidad inspirada en los característicos accidentes geográficos de las cosas nórdicas. Asimismo, esta tonalidad a medio camino entre el azul y el celeste, se agrega de manera exclusiva a la paleta de colores de carrocería del Volvo C40.
Por fuera, el crossover ensamblado en la planta de Ghent, en Bélgica, lleva elementos muy propios del lenguaje de diseño de Volvo, tales como los característicos faros LED con el martillo de Thor y las luces traseras de diseño vertical, y otros muy innovadores como la citada caída deportiva del techo, que está acompañada de un doble spoiler (por encima y por debajo de la luneta), que incide en un ajustado coeficiente aerodinámico del modelo, apenas del 0,26 Cx.
A doble corazón
Desde un primer momento, el Volvo C40 Recharge que estará en concesionarios nacionales será el denominado corte P8 AWD. Corresponde al modelo dotado de dos motores eléctricos de 150 kW (uno en cada eje), que entregan el equivalente a una potencia combinada de 408 Hp. Por su parte, el torque disponible llega a los 660 Nm, que se encuentran desde el ralentí (si es que pudiera llamársele así a un vehículo eléctrico en detención).
Gracias a estos números y a su naturaleza de All Wheel Drive, el Volvo C40 -que mide 4,43 metros- alcanza los 100 km/h en apenas 4,7 segundos y está limitado a los 180 km/h de velocidad punta. El conjunto motriz toma la energía desde un pack de baterías de 78 kWh de capacidad, que va ubicado en el centro del chasis y que permite un rango máximo de autonomía de 440 kilómetros. Conectado a un cargador rápido, la pila se llena hasta el 80% en cerca de 40 minutos.
En su esfuerzo por ser más eficiente, el modelo cuenta con la función One Pedal, que permite la recuperación de carga a partir de la energía cinética, y con llantas que abren menos paso del viento y que, por tanto, son más eficientes (esto solo es posible en autos eléctricos, cuyos frenos requieren de menor refrigeración que en automóviles con motor a combustión).
A la hora de conducirlo, el Volvo C40 Recharge se siente en todo momento como un vehículo muy seguro, que brinda confort y muchas emociones a quien lo conduce. Esto último se explica por su naturaleza eléctrica, que ofrece reacciones contundentes en cualquier contexto, incluso en pendientes negativas y a más de 3.000 msnm, como ocurre en los alrededores de Ciudad de México. Menos oxígeno, menor presión atmosférica y al Volvo C40 Recharge, qué...
Estas buenas sensaciones, dadas también por una dirección de dureza variable y de tono más sport, se conjuga con un sistema de infoentretención de primera. Como otros modelos de la gama Recharge, el integrante más joven y radical de Volvo Cars está asistido por el sistema Google Assistant, con pantalla de disposición vertical, que permite un uso por voz casi como si se tratará de un teléfono móvil. La música y los diálogos entre el conductor y este asistente inteligente se reparte al habitáculo mediante un sistema de audio de alta fidelidad firmado por Harman Kardon.
Así, conviviendo con él por varios kilómetros, manejándolo en terrenos difíciles para otros, resulta difícil que alguien no se convenza de los beneficios que puede representar la electromovilidad. Al final es un hecho: hasta los más reacios con la nueva movilidad silenciosa y amigable con el medio ambiente terminan el día con una gran sonrisa...
El Volvo C40 Recharge P8 AWD estará en Chile a partir de mayo, por un precio aproximado de US$ 80 mil.