El complejo momento de los salones de automóviles sufrió uno de sus golpes más duros. El emblemático Mundial del Automóvil de París, la muestra automotriz más antigua del mundo y que en esta ocasión celebraba 120 años de vida, abrió sus puertas con medio centenar de estrenos mundiales. Eso sí, tal cifra no fue suficiente para evitar la sensación de apagón de la muestra en la Ciudad Luz, provocada por la ausencia de marcas como Volkswagen, Ford, Nissan, Mitsubishi, Mazda y el grupo FCA, entre otros, fabricantes que han decidido apostar por otros autoshows o por eventos propios que no demanden la enorme inversión que requiere estar en los principales salones del mundo.

Para apreciar esa percepción grisácea sobre el Salón de París bastaba mirar a nuestro alrededor, donde nos cruzábamos con enormes stands que no alcanzaban a cubrir con vehículos ni un cuarto del espacio. U otros que repetían modelos sin acomplejarse, solo variando el color de la carrocería. Ni siquiera David Beckham presentando a la marca vietnamita VinFast logró elevar al máximo la temperatura.

París

Pero el evento que nació por iniciativa del L'Automobile Club de France en el Jardín de las Tullerías, para luego saltar al Gran Palais y posteriormente, por orden del mismísimo Charles de Gaulle, instalarse en la Expo Porte de Versailles, no es primera vez que atraviesa períodos de crisis y debe resistir embates dolorosos, como sucedió los años de la Gran Depresión, de las guerras mundiales o de la crisis del petróleo. Hoy, el escenario más complejo lo ofrece el Brexit, debido a las implicaciones que acarrearía el que no se llegase a acuerdo entre el bloque europeo con el Reino Unido, lo que provocaría una merma considerable para los fabricantes, por el alza en los costos de producción y por correlación menores ventas.

En cada una de esas ocasiones, París supo sortear la transición amparado en modelos que fuesen provocadores y vanguardistas, pero a la vez cercanos y experimentables en el día a día. Es también la misma lógica que aplica hoy y con la que espera recibir a más de un millón de visitantes hasta que cierre sus puertas, el 14 de octubre.

» Fuerza local

Los grandes protagonistas de la fiesta parisina, los que no perdieron la fuerza ni las ganas por mostrarle a mundo sus avances, fueron las marcas francesas del grupo PSA (Opel no asistió) quienes volcaron su apuesta hacia las tecnologías más amigables con el medioambiente. Peugeot, por ejemplo, avanzó con apuestas claras gracias a la presentación de su nueva generación de motorizaciones plug-In hybrid a gasolina, las cuales se convertirán en parte de la gama de 3008 y 508 desde el próximo año, con la posibilidad de enviar la fuerza al eje delantero o a las cuatro ruedas (Hybrid4), y con potencias entre 225 y 300 Hp. Según adelantaron ejecutivos de la marca, Chile podría ser de los primeros países de la región en contar con estos modelos, debido a que el portafolio que vende es igual al que se vende en Europa.

Citroën, por su parte, exhibió el Citroën C5 Aircross SUV Hybrid Concept, modelo que adelanta el primer PHEV de la marca de los chevrones y que asomará en el mercado a partir de 2020, abriendo la aventura "verde" de la compañía, que aspira a tener el 80% de su gama con al menos una opción eléctrica para 2023, y el 100% para 2025.

DS Automobiles también expuso sus cartas amigables con el medioambiente al estrenar el DS 3 Crossback E-Tense, un vehículo 100% eléctrico que empezará su venta a partir de 2019, ofreciendo más de 300 km según el nuevo ciclo WLTP de homologación.

En cuanto a otros orígenes, lo más llamativo llegó desde Alemania, donde Mercedes-Benz destapó la versión de producción del EQC, un SUV eléctrico que entrega 300 kW y 450 km de autonomía, mientras Audi dio a conocer oficialmente el e-Tron, un SUV que se mueve por dos motores eléctricos y que le permite pasar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos, con una velocidad máxima de 200 km/h.