La situación financiera no anda nada de bien al interior del Grupo Renault. Como te adelantamos estos días, el conglomerado francés negocia un millonario préstamo con el gobierno de su país para salvarse de una casi segura desaparición y, en paralelo, hoy informa del despido de 15 mil empleados. Por si ello fuera poco, las noticias son también tristes para los nostálgicos de la marca Alpine, puesto que se ha confirmado el cese de producción del A110, el deportivo compacto que había renacido como un viejo orgullo nacional y que en 2019 empató al en el primer lugar al Jaguar I-Pace en la elección del Auto del Año en Europa. Nada de eso parece que se traspasará al campo del motorsport, puesto que Renault seguirá en Fórmula 1, disipando los rumores que hablaban de su retiro.
La información publicada por la agencia Reuters, cita a Clotilde Delbos, consejera delegada provisional de la firma del rombo, quien sostuvo que “confirmamos que tenemos la intención de permanecer en la Fórmula 1. Aquí estamos y aquí nos quedamos". Delbos agregó que “con las nuevas regulaciones y los términos de inversión, tenemos menos gastos que algunos de nuestros competidores que ponen un montón de dinero”. La F1 ha señalado que para la siguiente temporada reducirá los costos con un tope presupuestario de US$ 145 millones. Si bien algunos equipos gastan hoy más que ese tope futuro, también recuperan por conceptos de acuerdos comerciales.
En búsqueda de un nuevo piloto...
De mantenerse la decisión de Renault F1, los ejecutivos tendrán que ponerse a la tarea de buscar un nuevo piloto tras la partida de Daniel Ricciardo. El australiano firmó con McLaren a partir de 2021, después de que la escudería inglesa confirmara el alejamiento de Carlos Sainz, quien, a su vez, llega a Ferrari. Entre los nombres que se barajan están los del alemán Sebastian Vettel o el español Fernando Alonso, tetracampeón y bicampeón de F1 (precisamente con Renault), respectivamente.
Con más de cuatro décadas, Renault es uno de los actores tradicionales en Fórmula 1 no solo como equipo -en cuyo caso sus autos se han distinguido por el color amarillo- sino además como suministrador de motores a diversas otras estructuras. En 1977 los franceses introdujeron por primera vez un motor turbo en el Gran Circo, momento en que otros apodaron al monoplaza RS01 como la ‘tetera amarilla’, por sus habituales sobrecalentamientos. Décadas después, los motores turbo son la norma.