Uno de los vehículos más esperados del último tiempo era el Peugeot 208. Demasiada historia sobre sus hombros, una herencia de éxitos con la familia 200 y, por si fuese poco, el aval de haber sido elegido Auto del Año en Europa.
Un palmarés más que considerable para un modelo que fue emblema de los compactos en Chile. Eso sí, en esta generación es tan grande el salto que da a nivel de tecnologías y seguridad que se aparta del público tradicional que hubiese puesto su mirada en un 208, especialmente en las versiones superiores, donde los precios bordean los 17 millones de pesos -como nuestra unidad de prueba-, una cifra realmente alta para un hatchback del segmento B, aunque considerando todo lo que han subido de precio los vehículos tampoco es tan extraño de ver.
Lo que sí tenemos que concederle al nuevo 208 es que su importante alza de precio se sustenta en una evolución real. No se trata de un par de nuevas luces led, o simple maquillaje exterior. Hay un avance en el producto completo, en el equipamiento de seguridad, en la puesta a punto del vehículo y en la sensación que genera al volante, lo que sin duda le permite ilusionarse con ir a pelear contra compactos de entrada de segmentos premium.
Todo parte con la renovación estética. Hay una imagen más moderna, un frontal más amplio y con un corte más agresivo a nivel vertical, sumado a los nuevos grupos ópticos principales que son un poco más pequeños y que simulan las garras de un león, todo esto acompañado de estilizadas y largas luces día que recuerdan el colmillo del felino.
En la zaga las variaciones también son notorias. Un pequeño alerón ciérrala caída del techo y los grupos ópticos se modifican por completo, dejando ahora una franja oscura que une de forma horizontal las luces, sector donde ahora se incorpora el nombre de la marca. Para muchos un pequeño guiño al 205.
En el interior vemos un gran avance en cuanto a la materialidad y la calidad de las terminaciones, más aún en nuestra versión Premier Pack que se presentó para el lanzamiento del modelo. Junto a ese habitáculo mejorado encontramos asientos muy cómodos, buena visibilidad, un trabajo de los elementos orientados hacia el conductor y una posición de manejo baja. Eso sí, la regulación de los asientos es solo manual, lo mismo que la cortinilla que tapa el techo panorámico.
En las plazas traseras, el espacio no es muy amplio para tres personas, quedan mucho mejor solo dos adultos (quizás con un niño al centro), más todavía por los centímetros que se quitan del piso por el túnel central. Pero no olvidar que estamos en un modelo compacto del segmento B, por lo que tampoco se puede esperar mayor comodidad.
Lo que sí genera un salto cualitativo es la presencia del 3D i-cockpit. Esta solución que ofrece Peugeot, donde el tablero se ve sobre el volante, funciona perfecto y además en este caso cuenta con tecnología 3D, haciendo más simple la lectura de la información.
Un tremendo punto se anota la marca con esta tecnología, la cual además es personalizable y con gráficos de altísima calidad, superando a lo que se ofrece en el segmento y a varios que tienen precios cercanos a los $ 25 millones.
Por si fuese poco, sobre el panel central cuenta con una pantalla touch de 10″ enlazable con Apple CarPlay y Android Auto, navegador incorporado (otro punto positivo cuando varios ya se desligan de ese elemento) y cargador inalámbrico para el celular, lo que hace aún más sencilla la usabilidad.
Para dar vueltas y vueltas
El nuevo Peugeot 208 se ve muy lindo. También es bastante cómodo y muy tecnológico, pero eso solo sería un ligero atenuante si es que al momento de movernos por la ciudad nos encontrásemos un vehículo que no es coherente con tanto avance.
Pero los pergaminos de esta segunda generación de 208 (el modelo debutó en 2012) nos permitían alimentar confianza, la que no se vio defraudada en ningún momento. Es más, hubo muchos instantes en que nos sorprendimos más de lo esperado por su buen andar.
Todo parte con esta plataforma CMP, que es más rígida, pero también más ligera que la del modelo saliente, lo que permite una solvencia mayor sobre el asfalto.
Nuestra unidad era un 1.5 BlueHDi Premiere Pack, con un bloque turbodiésel que desarrolla 100 Hp y 250 Nm, unido a una caja manual de seis velocidades.
Este motor nos permite desenvolvernos no solo con enorme soltura, sino que ser uno de los más ágiles en la ciudad. La eficiencia y la elasticidad de este probado motor diésel es inmediata, evitando incluso el lag que se encuentra en anteriores motores petroleros. En este caso la respuesta es prácticamente instantánea y luego progresivamente nos va entregando la potencia que vamos exigiendo.
En verdad, con pocos automóviles hemos conseguido esa sensación de agilidad, lo que se complementó con la dirección. En este caso, es suficientemente directa como para responder a los menores requerimientos, y a pesar de tener asistencia, nos entrega gran tacto para saber lo que va pasando al piso.
Todo esto aumenta la seguridad que vamos experimentando al volante, puesto que cada reacción genera respuesta inmediata y sabemos que las riendas las tenemos siempre nosotros, lo que provoca un mayor placer al manejar y no dan ganas de dejarlo, más aún con ese volante pequeño y achatado en los extremos, además de los pasos de marcha rápidos y de corto recorrido que entregan una sensación extra de deportividad.
La suspensión también aporta al buen confort de marcha. No se trata de un vehículo con amortiguación esponjosa ni nada por el estilo, tiene un concepto mucho más europeo en ese punto (de hecho, llega desde Eslovaquia), pero tampoco se va al extremo de ofrecer dureza. Es un buen punto medio, que permite un andar firme, pero que de todas maneras traspasa imperfecciones del camino al habitáculo. En ese sentido, un Citroën se siente mucho más suave en esas condiciones.
Pero esto es parte de la esencia de Peugeot. Una marca que apunta a un manejo más divertido, que entrega buenas sensaciones, que es capaz tanto de salir con rapidez entre los autos de la ciudad, como ofrecer estabilidad y aplomo en carretera, todo esto sumado a un gran rendimiento en el consumo de combustible, aunque en nuestro caso fue algo menor a lo que certifica de homologación (homologa en promedio 29,1 km/l).
El equipamiento de seguridad es otro aspecto que no puede obviarse. Si bien las versiones de entrada tienen cuatro airbags, nuestra prueba disponía de seis bolsas de aire, a lo que agregaba una serie de dispositivos que iban desde la cámara y sensor trasero, frenos ABS, controles de estabilidad y de tracción, además de asistentes a la conducción como mantenimiento de carril, lectura de letreros y alerta de fatiga del conductor, entre otros.
En conclusión, un hatchback perfecto para el día a día, que nos hace sentir muy bien al volante, que tiene toda la tecnología exigible hoy, que nos traspasa enorme seguridad por su puesta a punto como por la serie de ayudas a la conducción y que además logró renovarse su estética para instalarse cara a cara con sus rivales.
Ficha Técnica | Peugeot 208 Premier Pack BlueHDI100 |
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Motor: | 1.5 turbo Blue HDI |
Potencia: | 100 Hp |
Torque: | 250 Nm |
Caja: | MT 6 vel. |
Largo x ancho x alto: | 4.055 mm x 1.745 mm x 1.430 mm |
Airbags | 6 |
Maletero | 300 litros |
Pantalla: | 10″ |
Consumo homologado: | 29,1 km/l mixto |
Procedencia: | Eslovaquia |
Precio: | $ 16.790.000 (Precio promo: $ 16.190.000) |