Mucho se habla de que los sedanes están en retirada. Que las preferencias de los usuarios apuntan a otros segmentos. Que los SUV se llevan las miradas. Todo eso puede ser cierto, sin embargo, algunos modelos de tres cuerpos escapan a esa tendencia global, se atreven a evolucionar y se instalan con argumentos sólidos como una alternativa más que interesante. Es la impresión que nos dejó el Peugeot 508. La nueva generación del sedán de la marca gala, que debutó hace unas semanas en nuestro país (ver nota lanzamiento) escapa a todos los prejuicios de conservadurismo con un diseño moderno, atractivo, donde destaca el agresivo frontal, los estilizados grupos ópticos led que asemejan los colmillos de un felino y detalles como las puertas sin marco.
En el interior, llama la atención el salto en la calidad de los materiales respecto de la generación anterior, más cercano a lo que se encuentra en las marcas alemanas, con elegantes aplicaciones en madera y uso de cuero Alcántara en los asientos, por nombrar algunos. Y aunque la comodidad es un factor que destaca en este modelo, especialmente en los asientos delanteros que entregan muy buena sujeción, lo cierto es que el acceso a las plazas traseras puede ser más complejo, debido a la caída pronunciada del techo hacia el pilar C. Esta prioridad que se le da al diseño deriva en que haya menos altura para la cabeza y que personas altas no tengan la misma comodidad.
Otro punto importante, que aumenta el placer de viaje pasa por la tecnología en seguridad y de infoentretención, con una pantalla touch en el panel central, que además tiene una serie de botones tipo piano para acceder de manera más simple a los distintos tipos de información. Y como ya es un sello en los nuevos modelos de Peugeot, el tablero digital que la marca denomina i-Cockpit, que permite visualizar sobre el volante los datos de manejo. Lo bueno es que es absolutamente personalizable según lo que vamos requiriendo (velocímetro, navegador, tacómetro, etc), ajustando todo desde un mando en el volante. Seguro y simple.
Peugeot 508 con potencia y agilidad
Nuestra unidad de prueba del Peugeot 508 GT tiene un motor turboalimentado de 1.6 litros, que entrega 225 caballos de fuerza, asociado a una caja automática de ocho velocidades. Si ya la potencia es más que suficiente para moverse con facilidad en ciudad y autopistas, lo interesante es el torque.
En este caso, el par asciende a 300 Nm desde 1.900 rpm, lo que significa que encontramos desde muy abajo en las revoluciones la fuerza necesaria para salir con agilidad, con un dinamismo bastante mayor que el que se encuentra usualmente en un sedán.
El trabajo con la caja automática de ocho velocidades -que se puede utilizar de manera mecánica con levas tras el volante- también aporta a esta sensación de manejo más agresiva, con pasos de marcha rápidos y casi imperceptibles. Ahora, si se puede ajustar algo, eso sería la reacción que tiene tras una desaceleración, puesto que no es todo lo explosivo que nos gustaría cuando debemos enganchar para sobrepasar con rapidez a otro vehículo.
Salvo ese pequeño detalle, este 508 mejora en todo el resto. Es más confortable, con una dirección muy precisa y una suspensión que copia bien los baches, que entrega una sensación de aplomo al piso y que permite entrar y salir con seguridad en curvas, pero sin esa excesiva rigidez que en ocasiones se traspasa a los ocupantes. Además, recibió un gran trabajo de aislación, lo que mejora aún más la experiencia de viaje.
En conclusión, una apuesta atrevida de Peugeot para un segmento que ha cedido terreno, pero que con modelos audaces, como este 508, puede seguir siendo una alternativa más que atractiva para quienes buscan diseño, calidad, placer de conducción y alto equipamiento.
Ficha técnica Peugeot 508 GT
» Motor: 1.6 Puretech » Potencia: 225 Hp » Torque: 300 Nm » Caja:: AT 8 vel. » Largo: 4.750 mm » Consumo mixto: 15,3 km/l » Maletero: 487 l. » Precio: $ 26.990.000.