Bien dice el refrán que “en todos lados se cuecen habas”, y así queda claro con uno de los últimos consejos viales elaborados por la Dirección General de Tráfico de España, donde se detalla el riesgo que representan los conductores que circulan por el carril izquierdo en vías rápidas (o el central en autopistas de tres carriles).

Según el organismo, quienes caen en esta mala práctica obstaculizan el paso a aquellos conductores que quieren usar esa vía para sobrepasar a otros vehículos que viajan más lentos y, por otra parte, obligan a quienes van más rápido que ellos por la derecha a realizar dos cambios de carril para adelantarlos correctamente (en el entendido que el sobrepaso por la derecha está prohibido).

Según datos oficiales de ese país, el 14% de los usuarios “sufre” del síndrome del carril izquierdo. Es decir, se mueven por la pista de ese lado aunque no estén haciendo ninguna maniobra de adelantamiento, como se establece en la normativa española.

En el caso específico de Chile, la Ley de Tránsito 18.290 especifica que por regla general el adelantamiento es una “maniobra efectuada por el costado izquierdo del eje de la calzada, mediante la cual un vehículo se sitúa delante de otro u otros que le antecedían”, lo evidentemente es más aplicable a rutas de una vía por sentido.

Yendo al caso de las autopistas de doble vía, la misma ley establece lo siguiente: “En una calzada de doble tránsito que esté demarcada en tres pistas, los vehículos no podrán ser conducidos por la pista central, salvo cuando alcancen y adelanten a otro vehículo, cuando vayan a virar a la izquierda o cuando la pista central esté destinada exclusivamente al tránsito en el mismo sentido en que el vehículo avanza y esté así señalizado”.

Desde 2018 descansa en el Senado una modificación a la Ley de Tránsito que pretende penalizar como falta grave la conducción por el carril izquierdo sin que se esté efectuando un adelantamiento. De llegar a puerto esta moción parlamentaria, la conducta sería causal del pago de una infracción que va entre las 0,5 y 1 UTM, vale decir, entre $ 25 y $ 50 mil.