Lo que parecía ser un viernes 2 de febrero tranquilo y caluroso en la Región de Valparaíso, se transformó en un infierno cuando un foco de incendio que inicio cerca de Casablanca, fue avanzando hasta llegar a la comuna de Viña del Mar, donde terminó provocando la tragedia forestal más mortífera de la que se tenga recuerdo en nuestro país.
Una de las postales más duras para comprender la magnitud de la catástrofe en Viña del Mar y sus alrededores fueron las tomas aéreas que daban cuenta no solo de los daños en las zonas boscosas, sino también en las zonas urbanas, con restos de casas y autos totalmente calcinados en lugares donde antes existían barrios llenos de movimiento. Y es que fueron tantas las personas que en la desesperación de escapar provocaron colapsos de tránsito, que finalmente optaron por abandonar sus vehículos, los cuales fueron alcanzados posteriormente por el fuego.
Es por esto que en este artículo intentaremos orientar sobre cuál es el proceso para dar una segunda vida al acero presente en estas carrocerías, el cual implica una serie de pasos importantes para evitar que dichos desechos terminen en un vertedero ilegal. Sin embargo, antes de abordar el proceso de reciclaje en sí, es crucial resolver ciertos aspectos administrativos y legales, especialmente si el vehículo mantenía un crédito o seguro vigente al momento del siniestro.
Así que primero que todo, es importante saber si cubre el seguro. Respecto de ello, si el automóvil está asegurado, se debe contactar a la compañía de seguros para determinar si la póliza cubre el incidente específico del incendio. Ojo con esto, ya que cada póliza ofrece una cobertura específica, por lo que es vital tener claridad de qué cosas cubre y qué cosas no cubre el seguro.
En caso de que sí esté cubierto, la compañía de seguros podría encargarse de parte o la totalidad del proceso asociado con el reciclaje de la carrocería, ya que el dueño y la entidad de seguros pactan dar de baja el vehículo asegurado. Aquí también puede negociarse que la aseguradora no retire la carrocería desde el lugar del incidente, para poder ser incluido en un programa de retiro colectivo con el resto de vehículos afectados.
En caso de que el automóvil tenga una prenda producto de un crédito, es necesario gestionar su liberación con la entidad financiera correspondiente. Esto implica que el propietario del vehículo debe negociar con la institución financiera para obtener la autorización necesaria para proceder con el reciclaje de la carrocería.
De hecho, ese es el mayor motivo por el cual muchos de estos vehículos no pueden reciclarse de forma inmediata, ya que si no hay seguros comprometidos y no se ha declarado estado de catástrofe en la zona del incendio, el propietario afectado generalmente deberá continuar pagando las cuotas restantes, sin posibilidad de negociar.
¿En qué consiste el reciclaje?
Una vez resueltos los aspectos legales y administrativos, se puede proceder con el proceso de reciclaje de la carrocería del automóvil incendiado.
Felipe López Díaz, Ingeniero Civil Mecánico comenta que “El fuego afecta significativamente las propiedades mecánicas y químicas del acero presente en la carrocería. El calor del fuego acelera la oxidación del metal, lo que conlleva a la pérdida de sus propiedades estructurales.
Después del incendio, el metal continúa oxidándose gradualmente con el solo hecho de estar en contacto con el oxígeno ambiental. Sin embargo, aún es posible recuperar y reciclar el metal mediante el proceso de fundición. Durante la fundición, los compuestos contaminantes, como el óxido y los sulfatos, son eliminados en forma de escoria del horno siderúrgico.
El resultado de este proceso es el Arrabio, que consiste en el acero reciclado junto con otros materiales. Aproximadamente el 70% del acero utilizado originalmente en la carrocería del automóvil puede ser reutilizado después de la fundición, mientras que el resto se convierte en escoria”.
Por lo tanto, es posible lograr que parte de los resultados de tragedias como la de los recientes incendios en la 5ta región no terminen en un vertedero acentuando los daños medioambientales, sino que es posible que puedan tener una segunda vida para volver a empezar.