El mundo de la industria automotriz se ha convertido en un pozo de grandes ideas para producciones cinematográficas y de servicios por streaming, de hecho, actualmente se están grabando las biopic de Enzo Ferrari y Ferrucio Lamborghini. Y entre los estrenos importantes de las últimas semanas, Netflix lanzó el documental “Fugitivo: El curioso caso de Carlos Ghosn”, sobre el ex máximo ejecutivo de Nissan-Renault que llegó a la cárcel por abuso de poder y malversación de fondos.
El trabajo audiovisual de Carlos Ghosn aborda su vida desde que llegó a Renault y cómo escaló hasta el puesto más alto de la compañía, exitoso proceso que se vio trunco cuando en 2018 se inició un proceso en su contra en Japón, lo que motivó su escape en una caja, convirtiéndose en prófugo de la justicia.
El documental, dirigido por la británica Lucy Blakstad (ganadora de dos premios Emmy y un BAFTA) se centra en el personaje que cambió el rumbo de Renault y Nissan, tras un paso como director ejecutivo de Michelin en Norteamérica.
En una extensión de 95 minutos y con la voz de una secretaria ficticia como hilo conductor, se presenta a varios de los antiguos colaboradores de Ghosn, incluyendo a Louis Schweitzer, CEO de Renault de 1992 al 2005; además, varios personajes están representadas por un actor que explica los hechos.
Según precisaron desde la producción del documental de Netflix, a Crlos Ghosn se le invitó a aparecer, pero el hombre de 68 años se negó a participar, lo que se entiende ya que Ghosn es técnicamente un fugitivo internacional.
Una historia de película
El 19 de noviembre de 2018, Carlos Ghosn regresaba a Japón de un viaje de negocios en Beirut. En el país nipón, Ghosn era una celebridad, famoso por salvar de la quiebra a Nissan y por darle un auge a Renault.
Pero en su ingreso al aeropuerto Haneda de Tokio, fue llevado por funcionarios policiales al control de pasaportes por un supuesto problema con su visa. Pero la verdad es que fue escoltado a una habitación donde se le acusó de fraude y evasión fiscal. Fue arrestado y llevado al Centro de Detención Kosuge, donde estuvo cuatro meses.
Sin grandes avances en la investigación, Ghosn recupera su libertad en marzo de 2019 tras pagar una fianza de US$ 9 millones. El proceso parecía bien, pero antes de salir nuevamente fue arrestado, ahora por otros cargos.
Para tener su libertad, Ghosn debió pagar una nueva fianza, ahora de US$ 4,5 millones, eso sí, se le permitió salir con la exigencia de no comunicarse ni ver a su esposa, salvo por internet en Navidad.
La investigación contra Carlos Ghosn siguió adelante, e incluso se amplió a esposa Carole y sus hijos.
Aburrido de los problemas con la justicia, el ex ejecutivo automotor toma una decisión drástica: escapar de Japón para no permitir que se siga ensuciando su nombre.
Así, el 29 de diciembre de 2019, Carlos Ghosn se dirige a un hotel y se reúne con dos personas que se cree serían exmiembros de las Fuerzas Especiales de EE.UU., con quienes iría de Tokio a Oska en un tren bala. Eso sí, para no ser reconocido, ocupa un sombrero y una mascarilla.
En Oska el grupo de tres fue a un hotel, pero salieron dos hombres, quienes iban cargando maletas con formas de caja para instrumentos musicales, en una de las cuales iba escondido Carlos Ghosn. Se dirigieron al aeropuerto, pasaron los controles y avanzaron a un jet privado.
Así Ghosn dejó Japón rumbo a Turquía, donde cambiaron de avión para volar a Beirut, Líbano, donde ingresó legalmente usando su pasaporte francés y tarjeta de identidad libanesa.
El gran escape había resultado un éxito y su historia no demoraría en llegar a la pantalla. ¿Qué tal el resultado? Eso siempre será subjetivo (si es bueno o malo), pero para tener una referencia, el sitio IMDB le dio un 6,5 de un máximo de 10 puntos.