Martes 22 de agosto, 08:05 de la mañana, justo cuando comenzaba el último frente de mal tiempo en Santiago. Un auto parado en una conocida avenida de la comuna de Las Condes debido a que una rama de un árbol cayó encima de él. Los ocupantes, un adulto y una joven ilesos por fortuna, sentados en la cuneta viendo cómo en fracciones de segundo su auto estaba destruido.

Martes 22 de agosto, durante la mañana en varias ciudades de Chile. Más de una persona vio cómo ríos desbordados se llevaban sus vehículos particulares o de trabajo, sin nada qué hacer para detener la fuerza de la naturaleza.

Martes 22 de agosto por la tarde, en varias calles y pasos niveles anegados se ve cómo algunos automovilistas intentan pasar por ellos, algunos con fortuna y otros, sin tanta, quedan pegados o, simplemente, “navegando”.

Con el sistema frontal en retirada y con los terrenos más secos, es el momento de hacer el análisis de las consecuencias que dejaron las lluvias. Si bien, por supuesto, siempre lo más importante es lo humano, y la prioridad es ayudar con lo cosas de primera necesidad, también es importante saber lo que ocurrirá con algunos bienes, como por ejemplo, los vehículos, que también sufrieron con este temporal que afecto a la zona centro y sur del país.

Para quienes tienen asegurado su auto, dentro de las distintas coberturas disponibles en los seguros existe el punto “Riesgos de la Naturaleza”, que aplica a sismos, granizo y también otros desastres naturales que podrían dejar a nuestros vehículos con serios daños o, simplemente, inutilizables.

Los fenómenos naturales específicos que cubren la mayoría de los seguros automotrices son: granizo, erupciones volcánicas, salida de mar no sísmica, inundaciones y avalanchas o deslizamientos de tierras. A ellos, algunas empresas también ofrecen pólizas en tormenta de nieve, huracanes o ciclones, fenómenos muy poco habituales en nuestro país.

¿Qué hago si un desastre malogró mi auto? Ya sabemos que la mayoría cubre daños provocados directa o indirectamente por fenómenos naturales, y para activarlo su funcionamiento es, en general, similar a un siniestro provocado por un accidente de tránsito: se hace la denuncia, se evalúan los daños y se indemniza acorde a la presupuestado en la póliza. Y es ahí dónde aparecen la confusión.

Hay tres aspectos y parámetros principales que toman las aseguradoras en caso de “Desastre de la naturaleza”:

1. Imprevisto. El fenómeno natural se dio de manera inesperada, sin tiempo de reaccionar.

2. Inevitable. El vehículo no pudo ser protegido de ninguna forma del fenómeno natural.

3. Consecuencia directa/indirecta. El vehículo sufrió daños como consecuencia directa (granizo quebró los vidrios) o indirecta (aluvión provocó derrumbe que sepultó el auto) del fenómeno.

Teniendo esto en cuenta nace otra duda, Pérdida total vs. Desastres Naturales y la diferencia en la cobertura y los beneficios. Si bien son complementarios y ambas podrían aplicase para arreglos o reembolsos, es importante entender que hay una diferencia.

La cobertura de Pérdida Total brinda protección ante cualquier tipo de causal, incluidos los desastres naturales, pero siempre sobre cierto monto, pactado con anterioridad y que depende de la póliza adquirida. Es decir, se fija en el costo de reparación y cubren todo tipo de daños que supere cierto porcentaje del vehículo.

Por otra parte, la cobertura por desastres naturales es una protección frente a una causal específica independientemente del monto del daño ocasionado, ya sea un daño leve o la pérdida total del vehículo.

Así entonces, la esperanza de recuperar algo de lo dañado, siempre estará y el monto dependerá de la póliza que tenga.

Todo lo anterior es en caso de los fenómenos naturales, ahora bien, ¿qué pasa si me cae una rama encima del auto? Bueno, en este caso los seguros aplican, en general, como un siniestro común y silvestre y no necesariamente tiene relación con los fenómenos naturales.

Lo que más se recomienda, al final, es revisar bien la letra chica y la cobertura con la que cuenta su vehículo. Si bien es cierto que este tipo de hechos no son frecuentes, pagar mensualmente podría ser, literalmente, un seguro para sus finanzas el día que lo necesite.