Quién era Tesla y por qué la marca de autos eléctricos más famosa del mundo se llama así
La compañía de Elon Musk es el apellido del hombre que lo cambió todo y gracias a quien hoy en día tenemos electricidad.
Hoy en día cualquiera que oiga el nombre Tesla, lo atribuirá a la marca de autos eléctricos de Elon Musk. Ahora bien, la pregunta es: ¿por qué este visionario empresario bautizó así a su hoy mundialmente famosa firma de vehículos a baterías?
Pues bien, es el apellido del considerado por muchos como el mejor inventor del siglo XX. Un hombre que dedicó su vida a resolver los misterios de la electricidad y a idear la manera de lograr que este fenómeno hiciera más fácil la vida de las personas.
Nacido en 1856 en la actual Croacia, por entonces perteneciente al Imperio austrohúngaro, Nikola Tesla destacó desde muy pequeño por su memoria e inteligencia. Estudió primero en Graz (Austria) y luego en Praga (República Checa), antes de comenzar a trabajar como ingeniero jefe para la compañía telefónica de Budapest (Hungría) instalando la primera red de comunicación en el país.
Posteriormente, se mudó a París (Francia) contratado por la empresa Edison Continental Company, propiedad del ya famoso inventor estadounidense. En 1884 emigró a Estados Unidos, a Nueva York, donde acudió directamente a las oficinas del hombre que influiría definitivamente en su vida: Thomas Alva Edison.
A él iba dirigida una carta de recomendación de Charles Batchelor, su último jefe en Europa, que rezaba: “Conozco a dos grandes hombres, usted es uno de ellos. El otro es el joven portador de esta carta”.
Tras leer la misiva, Edison lo contrató ese mismo día. Pero su relación distó mucho de ser buena.
La guerra de las corrientes
Entre Tesla y Edison existieron diferencias irreconciliables, las cuales fueron acrecentándose con el paso del tiempo. Una guerra entre ambos genios de la ingeniería. Y es que mientras Tesla apostaba por la corriente eléctrica alterna como fuente de energía, Edison defendía a ultranza la corriente continua, menos eficaz a la hora de transportarla a mayor distancia.
Si bien la idea de Tesla era mejor -la usamos hasta hoy en día-, necesitaba a Edison para ponerla en práctica. Edison defendió su propia teoría a toda costa y de ninguna manera iba a permitir que un joven extranjero que acababa de llegar a la ciudad le arrebatase la fama e hiciese peligrar su imperio. Tesla se topó entonces con una salvaje campaña de difamación.
Tras ello, en 1886, Nikola fundó su propia compañía, la Tesla Electric Light & Manufacturing, la cual tampoco tuvo mucho recorrido al surgir desacuerdos con los nuevos inversores, que también eran más proclives a explotar la red de corriente continua.
Luego de perder todos sus ahorros, Tesla se encontró arruinado y sin trabajo mientras veía como sus socios se aprovechaban económicamente de sus ya muy numerosos inventos.
Un nuevo comienzo
En 1888, el gran empresario George Westinghouse compró todas las patentes del inventor por un millón de dólares y le contrató para desarrollar por fin su sistema de producción de corriente alterna y competir directamente con el de corriente continua propugnado por Edison.
Tesla ganó la partida y en 1893 la empresa Westinghouse fue requerida por el Gobierno estadounidense para establecer una red eléctrica que cubriera el extenso territorio con la tecnología que había defendido con tanta clarividencia.
Mientras tanto, la mente de Tesla no descansaba y en 1890 inventó la bobina que lleva su nombre y que sirve para elevar la tensión de la corriente cuando se necesita. Es el llamado transformador que equipan hoy en día muchos electrodomésticos y ordenadores. Además, Tesla desarrollaría la bombilla de iluminación moderna y que también se impuso en su día a la fabricada por Edison, inferior en su rendimiento.
700 patentes mundiales
La genialidad de Tesla no se limitó a esos grandes logros. En 1896 desarrolló un sistema de generación de energía que aprovechaba la fuerza hidráulica de las cataratas del Niágara. Ese mismo año registró la patente del primer sistema de radio, adelantándose por poco a Marconi y generando una disputa que se prolongó durante décadas.
Otras asombrosas aportaciones de este incansable inventor fueron un barco teledirigido por ondas de radio o el gran descubrimiento de las ondas estacionarias, que demostró cómo se podía transportar la energía eléctrica a través de la corteza terrestre o por las capas altas de la atmósfera.
En total, Nikola Tesla registraría a lo largo de su vida 40 patentes en Estados Unidos y otras 700 en todo el mundo. En 1928 registró su último invento: la patente perfeccionada de un vehículo volador de despegue vertical.
Nikola Tesla murió solo el 7 de enero de 1943, en una habitación de hotel en Nueva York, a la edad de 86 años, de un infarto de miocardio. A su funeral asistieron más de 2.000 personas que lloraron la pérdida de un auténtico genio.
Una vez enterrado, el FBI, que lo vigilaba de cerca, requisó misteriosamente toda la documentación sobre sus inventos. Y aunque el extenso material sería poco a poco desclasificado, el misterio persiste sobre el verdadero alcance de su contenido.
En honor a Nikola Tesla
“La ciencia no es más que perversión en sí misma a menos que tenga como objetivo último mejorar la humanidad”. Estas palabras resumen la visión de Nikola Tesla, un hombre de figura enigmática, y un controvertido y comprometido visionario e inventor que se adelantó a su tiempo.
Tras conocer su vida, pensamiento y obra, no es difícil entender por qué Elon Musk llamó así a su compañía, sobre todo considerando además su carácter de pionera en la producción en serie de vehículos propulsados puramente por electricidad. Mejor nombre, no podía llevar.
Aunque la compañía se fundó en el año 2003, en California, no fue hasta 2009 que Musk lanzó su primer automóvil, el Tesla Roadster, un descapotable biplaza con carrocería de Lotus y propulsión 100% eléctrica. Fue el primer auto en usar baterías de ión de litio, las cuales permitían una autonomía de hasta 300 km, además de otras prestaciones como ponerse de 0 a 100 en tan sólo cuatro segundos.
En apenas dos años se vendieron más de 2.000 unidades del Roadster y eso que su precio superaba los 100.000 dólares. Así la firma americana comenzó a hacerse oír, aunando la deportividad y la eficiencia en un sólo vehículo.
Hoy el catálogo de Tesla está compuesto por los Model S, 3, X e Y, con los que se inscribe como la marca de autos eléctricos más vendida del mundo. En 2022, logró comercializar más de 1.3 millones de vehículos, cifra que representó un importante aumento del 40% en comparación con 2021.
Además de su negocio de vehículos eléctricos, Tesla también se ha expandido a otros sectores, incluyendo la energía solar y el almacenamiento de energía.
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