BMW
La compañía alemana BMW toma su nombre de la abreviación de Bayerische Motoren Werke (Fábrica de Motores de Baviera, en español) y eso es un hecho bastante sabido por los amantes del mundo motor. Pero lo que permanece en un segundo plano es el significado del histórico logo. Incluso, existe una confusión de larga data que BMW ha salido a aclarar.
Pese a que muchos piensan que el logotipo representa el cielo de Baviera visto a través de una hélice de avión, lo cierto es que la firma dice que el sello nace simplemente del "blanco y el azul, que son los colores del estado de Baviera, en Alemania, la cuna de BMW”. Entonces, ¿dónde encontró sustento la otra teoría?
“El mito de la hélice surgió años después: en un anuncio de 1929 aparecía el logotipo de BMW sobreimpreso en la hélice de un avión que BMW construía. La interpretación iba muy bien con la imagen pública de la joven empresa, ya que ahondaba en sus raíces y su experiencia en la construcción de motores para aviones”, detalla la centenaria y orgullosamente bávara BMW.
Chevrolet
¿Cuál podría ser la ligazón entre un corbatín y un fabricante de automóviles? Es una interrogante difícil de descifrar, tanto así que hasta hoy el misterio rodea a un ícono que desde 1913 ha adornado el frontal de 215 millones de autos.
Una de las teorías dice que el corbatín de Chevrolet fue establecido por el cofundador William C. Durant luego de un viaje a París, donde vio esta figura en el papel mural del hotel.
En 1929, Margery Durant sostuvo en el libro 'Mi Padre' que todo surgió durante una cena, cuando el ingeniero habría dibujado el actual logo justo al terminar su sopa y antes de que recibiera el plato de fondo. Sin embargo, fue su propia mamá -y esposa del socio de Louis Chevrolet- quien la rebatió, señalando que la idea se basó en un anuncio de un diario de Virginia. Durant habría exclamado: “Esto estaría perfecto como emblema de Chevrolet”.
Esta última versión es la más aceptada, puesto que historiadores encontraron la publicidad de la compañía carbonífera Southern Compressed del 12 de noviembre de 1911, donde se ve un símbolo muy similar al corbatín de Chevrolet.
Citroën
El doble chevrón que André Citroën decidió estampar en sus vehículos poco tiene que ver con el espíritu y valores afrancesados de la firma nacida hace 101 años en París.
En 1900, el ingeniero que dos décadas más tarde debutaría en el sector motor visitó a unos familiares en Polonia. Allí se maravilló con un sistema de engranajes de ruedas dentadas empleado en la producción de harina que, a diferencia de lo conocido en Francia, llevaba una sucesión de ‘V’ que se traducía en mayor superficie de contacto y, por ende, en menor desgaste. Esta cadena creaba la ilusión óptica de una espiga. De regreso a su país, Citroën replicó la idea en acero y dio vida a un enorme imperio conocido desde siempre por estos dos ángulos. En el tiempo, estos solo han sido redondeados.
Ford
La compañía del óvalo azul no siempre tuvo un óvalo. Así, tal cual. Si bien la marca de Michigan -revolucionaria con la adopción de la cadena de montaje en 1903- ha conservado la firma caligráfica de su fundador Henry Ford como sello distintivo, por años se trató de un simple manuscrito.
El huevo que encierra a ‘Ford’ no se conoció hasta cuatro años más tarde, cuando los autos del impulsor del fordismo llegaron al Reino Unido. Allí, los empresarios importadores Perry, Thornton y Schreiber decidieron destacar la fiabilidad de la entonces desconocida Ford, agregando esta mínima modificación. En 1927 saldría de fábrica el primer auto Ford con el emblema del óvalo azul. En 2003, el sello se modernizó con trazos más suaves y estirados.
Mercedes-Benz
La responsable del primer automóvil de la historia (1886) también tiene una buena anécdota para contar. Reconocida como la marca de la flecha de plata, su emblema responde a la fusión de logos de las compañías Daimler Motorengesellschaft y Benz, que dan nacimiento a Mercedes-Benz. Mientras la primera aportó el citado diseño de las tres puntas, Benz hizo lo propio con ramilletes de laureles que rodearon la estrella.
¿Pero qué simboliza? La flecha interior fue obra de Gottlieb Daimler, quien quiso poner en relieve la fuerza de sus motores tanto en tierra, en mar, como en el aire. Así, desde la década del 20 -cuando ambas empresas se aliaron para sobrevivir a una dura crisis económica- la estrella plateada ha brillado en las competencias motorsport y también lo hace hoy en millones de autos, buses y camiones alrededor del mundo.
Mitsubishi
El emblema de los tres diamantes encarna un fenómeno único en la industria automotriz. Más allá de ser el sello japonés más antiguo del sector, ya que surgió en 1910, el símbolo de la firma fundada por Yataro Isawaki se ha mantenido sin adaptación alguna desde su génesis.
Los tres diamantes, contenidos en los vocablos ‘mitsu’ (tres) e ‘ishi’ (diamantes), fueron tomados de la línea genealógica de Isawaki. El escudo de esta familia de samuráis consistía en tres hojas de roble, algo que fue traspasado a la compañía con un elemento aún más valioso: el diamante. Este símbolo de la marca fundada en 1870 representa hoy a Mitsubishi Bank, Mitsubishi Corporation y Mitsubishi Heavy Industries, divisiones que conforman uno de los holdings más poderosos de Asia.
Peugeot
La Francia de mediados del S. XIX era gobernada por Napoleón III y en su base social pocos eran los que sabían leer y escribir. Por ello, Peugeot -en ese entonces en la siderurgia- le encargó al orfebre Justin Blazer el diseño de un logo que representara la dureza de sus herramientas. ¿El resultado? Un león sobre una flecha que sería inscrito por Émile Peugeot en 1858.
Este león ha sufrido más de 10 evoluciones, pasando por figuras tridimensionales macrocefálicas, hasta otras más estilizadas del rey de la selva dando rugidos y arañazos. El actual logotipo data de 2010 y lleva mínimas actualizaciones respecto del de 1997. Después de todo, ¿quién dudaría de la bravura del león?
RAM
Ram es de muy reciente data si se la considera un actor independiente. Se emancipó de Dodge recién en 2010 para seguir un camino solitario como especialista en camionetas y vehículos de trabajo.
No obstante, su pasado da cuenta de una larguísima trayectoria, y el carnero (ram, en inglés) adornó los capós de vehículos Dodge Brothers desde 1932. Fue obra del escultor Avard T. Fairbanks, a quien se le dio carta blanca para crear. “Sugerí que fuera un león, un tigre o un jaguar. Finalmente di vida a un carnero. Cuando los ingenieros leyeron que era el amo y señor de los cerros y no temía a ningún otro animal, ni siquiera a los más salvajes, se pusieron muy entusiastas”, relataría el artista.
El emblema Ram evolucionó de un rumiante de cuerpo completo a solo una cabeza, aunque sus enormes cachos para embestir no se alteraron.
Renault
Renault continúa con la costumbre de las marcas galas de llevar por nombre el apellido de quienes le dieron vida. Así, la compañía del rombo -iniciada por los hermanos Louis, Fernand y Marcel- fue conocida desde 1898 como Renault Frères (Renault Hermanos), aunque no llevó el actual ícono, sino dos ‘R’ opuestas y entrelazadas sobre un medallón de estilo Art Nouveau.
El primer logo que tuvo un auto Renault tampoco hizo referencia al mineral. Debutó en 1923 y consistió en una simple parrilla redonda con el ‘Renault’ en el centro. Dos años más tarde, en 1925, apareció el diamante que evolucionaría hasta nuestros días y que perdería las líneas horizontales en 1972.
Junto con el rombo, Renault siempre resaltó su origen, haciéndose llamar por décadas ‘el automóvil de Francia’.
Škoda
Otra historia particular es la de Škoda. Es que esta firma con sede en la región de Bohemia se inscribe como el quinto fabricante de autos más longevo -por detrás de Daimler, Opel, Peugeot y Tatra-, siendo incluso anterior a la formación de Checoslovaquia en 1918.
En 1905, y después de iniciarse en las motocicletas (como Laurin & Klement, por sus dos fundadores), la marca, hoy reconocida como 100% checa, lanzó su primer automóvil llamado Type A. Dieciocho años después, con ventas repartidas por toda Europa, inscribió una flecha alada con versiones de tres y cinco plumas en la Oficina de Innovación y Registro de Pilsen.
El diseño fue obra de Tomas Maglic y se dice que la flecha responde a una señal de mirada hacia el futuro. En 2023 el emblema cumplirá un siglo y Škoda rozará los 130 años. MT