Vivimos en la era de los ciberataques, a los cuales los autos -cada día más tecnológicos y conectados- no están exentos, abriendo las puertas así a formas de robo nunca antes vistas y con sorprendente facilidad.

Ya lo veíamos hace un tiempo a través de un reto viral en TikTok, que enseñaba lo sencillo que era robarse un Hyundai o un Kia en Estados Unidos, valiéndose únicamente de un USB. Entonces los “Kia Boyz”, causaron un gran dolor de cabeza para el grupo automotor coreano.

Hoy es Kris Bryant, estrella de los Colorado Rockie, a quien los piratas informáticos le han perpetrado un delito de estas características. Resulta que el jugador de béisbol es natural de Las Vegas, por lo que a menudo se desplaza a la ciudad del pecado cuando tiene unos días libres. Y ha sido en una de esas idas y venidas, donde se ha producido el episodio que hoy te contamos.

Pues bien, para trasladar su Lamborghini Huracan, Bryant contrató a una empresa de trasporte para enviarlo a Las Vegas, mientras él hacía el viaje por su cuenta en avión. Una gestión que parecía simple, pero que se convirtió en una pesadilla cuando el superdeportivo nunca llegó a su destino.

El 2 de octubre, el Departamento de Policía de Cherry Hills Village, Colorado, recibió un reporte sobre la desaparición del vehículo, lo que dio inicio a una investigación de varios frentes. El caso rápidamente se fue complicando, y los investigadores pronto descubrieron que el transportista de Bryant había sido víctima de un «correo electrónico comercial comprometido».

Al final, detrás de toda esta historia estaban un grupo de ladrones que habían conseguido acceder a los computadores de la empresa encargada del transporte para saber en todo momento qué se enviaba y a dónde.

¿Cómo lo hicieron? Enviándole a la compañía un correo electrónico con un virus. Alguien abrió el correo en un ordenador de la oficina y entonces el virus infectó el sistema. Y los hackers no sólo podían tener acceso a la información de todos los envíos, sino que también podían modificarlos.

Cuando vieron que se había contratado el envío de un Lamborghini Huracan a Las Vegas, decidieron modificar la dirección de entrega para que el éste no llegara a su propietario, sino que a ellos.

Tras repasar las imágenes de las cámaras de tráfico, los autoridades pudieron reconstruir la ruta real del camión de transporte. Unos días después, consiguieron localizar el Lamborghini y se lo devolvieron a su legítimo dueño.