Hace cuatro años, Rolls-Royce anunció que daría vida a su modelo eléctrico más pequeño, sin embargo, no estaría destinado a las calles, sino que a un hospital en Inglaterra, donde serviría de transporte para niños que debían desplazarse hacia sus operaciones. La idea era entregarle un momento de diversión a los más pequeños en esos complejos momentos preoperatorios.

Hoy ese Rolls-Royce SRH entró a mantención, tras completar más de 2.000 viajes y 100 mil metros recorridos en el St Richard’s Hospital de Chichester.

“Construir el Rolls-Royce SRH para St Richard’s Hospital fue tremendamente satisfactorio para todos los involucrados. El hecho de que se haya utilizado tan ampliamente y haya contribuido de manera tan positiva a las experiencias de tantos niños lo hace aún más gratificante. Fue maravilloso verlo en la casa de Rolls-Royce y tener la oportunidad de devolverlo a su magnífico estado original”, indicó el Jefe de Relaciones Corporativas de Rolls-Royce Motor Cars, Andrew Ball

Como es tradición en la marca, cada automóvil se fabrica a mano en la casa de Rolls-Royce. Pero este modelo, parte de los proyectos Bespoke, tiene un lugar especial en la fuerza laboral de 2.000 personas, quienes lo vieron regresar al Centro Global de Excelencia en Fabricación de Lujo de la compañía.

El Rolls-Royce SRH pertenece al St Richard’s Hospital en Chichester, donde los pacientes más jóvenes de la unidad de cirugía ambulatoria pediátrica lo utilizan para conducir al quirófano cuando llega el momento de su operación, en lugar de caminar o ir en ruedas. Esta idea simple pero ingeniosa transforma lo que de otro modo sería un momento de ansiedad e intimidación en una experiencia agradable para los niños, sus padres y el personal.

Desde que el automóvil entró en servicio en 2017, ha transportado a no menos de 2.000 valientes jóvenes con la comodidad y el estilo de Rolls-Royce. Pero, inevitablemente, sus singulares condiciones de trabajo tuvieron efecto en su carrocería.

Por lo mismo, el automóvil fue llamado a la Casa de Rolls-Royce para su primer servicio de 100.000 metros.

El automóvil fue construido en 2017, cuando el hospital le preguntó a Rolls-Royce si podía reparar el transporte original, un Jeep eléctrico de plástico que había sucumbido después de sufrir demasiados daños. Obviamente la marca no podía arreglar el vehículo de otra compañía, pero ofreció respetuosamente crear una nueva alternativa, con los estándares de Rolls-Royce.

Así, un equipo diseñó y construyó una carrocería a medida en fibra de vidrio reforzada con fibra de carbono, la que se cuenta con la icónica parrilla Pantheon de la marca.

El asiento fue hecho a mano, con acolchado tapizado en vinilo de grado médico. El equipo diseñó también un espacio de aluminio para los pies personalizado que se levanta para limpiarlo.

Y como un verdadero Rolls-Royce, todo está coronado con la insignia de la doble RR grabada con láser y con propio emblema Spirit of Ecstasy.

En cuanto al motor, se mueve por energía eléctrica y tal como los vehículos de calle, tiene una velocidad limitada, en este caso a 4 mph. El proyecto demoró cerca de 400 horas en completarse, y todo el trabajo se realizó que donaron los trabajadores.

Ahora, tras su servicio de mantención, el automóvil Rolls-Royce SRH regresó al Hospital para reanudar sus tareas.

Linda Collins, perteneciente a la Unidad de Cirugía Diurna, dijo que “el mantenimiento de nuestro mini Rolls-Royce llega en el momento perfecto a medida que salimos de las restricciones de Covid y comenzamos a restaurar nuestros servicios quirúrgicos pediátricos. Una vez más, nuestros pacientes más jóvenes pueden experimentar el uso completo del automóvil como parte de su viaje hacia la cirugía. Esto ayuda a desviar el énfasis del procedimiento al que se someten y centrarse en la experiencia única de conducir un Rolls-Royce genuino mientras es supervisado de forma segura por los pasillos del hospital. Un gran agradecimiento a Rolls-Royce Motor Cars por ayudar a mantener nuestro querido coche pequeño en óptimas condiciones “.

Andrew Ball comentó sobre el tema que “en su diseño, materiales y fabricación, este es realmente un Rolls-Royce en miniatura. El hecho de que haya superado cuatro años y 2.000 viajes en su desafiante entorno de trabajo, relativamente ileso, es un testimonio del cuidado y la atención al detalle que se invirtió en su construcción. Es muy raro que un automóvil regrese a la casa de Rolls-Royce para que le hayan pulido los raspones y raspaduras de su pintura, y en este caso no tenemos ningún problema. Demuestra que el coche está siendo utilizado y disfrutado, que es en última instancia para lo que sirve cada Rolls-Royce. Estamos encantados de brindar apoyo continuo para este automóvil único y sus propietarios y conductores muy especiales”.