Tras una década en el mercado, el Rolls-Royce Wraith se despide para siempre de las pistas este 2023 y lo hará por todo lo alto, con una limitadísima serie especial, la cual pondrá fin a los coupés con motor V12 de la compañía. Después de ella, todas las novedades que vengan serán 100% eléctricas, con el Spectre tomando su relevo a finales de este año.

El Rolls-Royce Wraith Black Arrow es un homenaje a la velocidad, pues rinde honores al mítico Thunderbolt, un automóvil de ocho ruedas propulsado por dos motores de avión Rolls-Royce V12, que en 1938, logró alcanzar las 357,497 mph (575 km/h) en Bonneville Salt Flats en Utah.

Según Rolls-Royce, el cuerpo de aluminio brillante del Thunderbolt reflejaba tanto los deslumbrantes rayos del sol de Utah que no podía ser captado por el equipo de cronometraje, por lo que se pintó una enorme flecha negra y un círculo amarillo en su costado, inspirando el nombre y el diseño de este Wraith de producción limitada.

Año y medio tardó la firma inglesa en dar con la pintura perfecta de esta edición de despedida, que viste su carrocería en gris Celebration Silver que se difumina en la zona trasera pasando a negro Black Diamond. Sobre esta última se ha aplicado una capa ‘Crystal’, que se pule durante más de 12 horas, para mejorar la transición entre ambas tonalidades.

Está acentuado por un borde amarillo brillante en el parachoques delantero, un tono que también adorna las llantas, al mismo tiempo que se deja ver a través de la parrilla y en la base del Espíritu del Éxtasis.

El interior continúa con el esquema de color, con cuero amarillo adornando los asientos, el volante y el tablero. Los reposacabezas están bordados con una flecha estilizada, mientras que el reloj analógico ubicado en el tablero muestra con orgullo la velocidad máxima de Thunderbolt.

El techo imita el mismo firmamento a base de 2.117 “estrellas” de fibra óptica. Todas ellas inmortalizan la mismísima Vía Láctea tal y como se veía el 16 de septiembre de 1938, momento en el que el Thunderbolt firmó su impresionante marca sobre las salinas de este desierto norteamericano.

Solo 12 unidades de este Rolls-Royce Wraith Black Arrow verán la luz, una por cada cilindro de su motor de 6.6 litros que desarrolla 632 caballos de potencia y 800 Nm de par máximo, y que luce una insignia especial con el borde amarillo que lo identifica como el último V12.