Inglaterra, Japón e India son actores relevantes de la industria automotriz y acaparan parte importante de la torta de ventas globales. Sin embargo -como habremos visto en series o películas- en esos tres países los autos no llevan el volante a la izquierda, como estamos acostumbrados, sino a la derecha. Más allá de lo peculiar y desafiante que podría resultar conducir en esos países, este hecho tiene una explicación que data de varios siglos.
En la Edad Media, con la irrupción del comercio y el transporte agrícola de pequeña escala, los carruajes de caballos comenzaron a conducirse por el lado izquierdo. El motivo, de acuerdo al sitio ABC, es que los cocheros utilizaban la fusta con la mano derecha mientras controlaban las riendas con la izquierda. Esta situación impedía que el carro se condujera por la derecha, ya que el látigo que castigaba al animal podía lastimar a los peatones que transitaban por el costado de los caminos. Otra explicación dice que los caballeros, en su mayoría diestros, preferían galopar por la izquierda para desenvainar la espada con su mano más hábil y medirse en combate.
Con la Revolución Francesa y la imposición de Napoleón de conducir por la derecha en todos sus dominios, casi la totalidad de los actuales países europeos adoptó esta regla. La excepción nuevamente fue Inglaterra, nación que el pequeño conquistador galo no pudo someter. Esto explica que Inglaterra y sus territorios de ultramar sean los lugares donde el tráfico se realiza por la izquierda y el volante va a la derecha.
Consciente de esta realidad, el gobierno inglés se ha empecinado en una serie de advertencias para los turistas respecto del tráfico inverso en sus calles. La finalidad ha sido disminuir los accidentes producidos por los peatones que, antes de cruzar, miran a la izquierda sin hacerlo por el sentido en que realmente vienen los autos: la derecha.