Es bien sabida la preferencia de la familia real británica por la marca Jaguar. El actual rey, Carlos III, también aprecia los modelos de la marca, que han formado parte de la realeza desde hace años, oficiando de transporte para los miembros de la corona.
A partir de esto, entre 2018 y 2020, Carlos III utilizó un Jaguar I-Pace como vehículo personal para varios actos oficiales. Este I-Pace EV400 HSE fue suministrado por Jaguar a la casa real y Carlos III en seguida pidió cambiar el color original por el tono que más le gustaba de la paleta de colores ofrecida por la marca, el Loire Blue, lo que lo convierte en un ejemplar único.
El rey utilizaba el I-Pace para sus actividades cotidianas, acompañado por Camilla Parker y, en ocasiones, por otros miembros de la familia real, hasta que en diciembre de 2020, el vehículo regresó a Jaguar. A pesar de ser usado seguidamente, las distancias en que prestó servicios no fueron tan extensas, ya que arribó a la marca con solo 4.828 km recorridos.
Manteniendo la discreción sobre su pasado real, el I-Pace fue vendido a una mujer de Oxfordshire para uso personal, quien definitivamente le dio el uso que correspondía, ya que lo condujo durante más de 48.000 km.
Cuando la nueva propietaria decidió que era hora de renovar el I-Pace y prepararlo para su reventa, se descubrió su ilustre pasado como propiedad de Carlos III.
Ahora, con un total de 56.327 km recorridos, este Jaguar I-Pace con historia real saldrá a subasta el 2 de marzo, donde buscará un nuevo dueño. Se estima que su precio final en el evento que el Royal Auctioneers realizará en el hipódromo de Ascot estará entre las 55.000 y las 70.000 libras esterlinas, por lo que la historia de este SUV 100% eléctrico está lejos de terminar.