Las calles impolutas, la amabilidad y el orden de todo un país nos reciben en la edición número 46 del Salón de Tokio, en Japón, una muy especial, pues abre sus puertas justo un día después de la coronación del emperador Naruhito, el número 126 de una dinastía de 14 siglos, al mismo tiempo que se da inicio a la nueva era Reiwa, o de la “hermosa armonía”.
En contraste con esta etapa para el país del Sol Naciente, una nueva era de autos se deja ver tras las puertas del Tokio Big Sight, una que se enfoca en ofrecer soluciones de movilidad urbana a largo plazo, y no solo hablamos de los pequeños kei cars que inundan las calles de Japón, sino que es un cambio que va mucho más lejos, trazando las líneas futuras, con modelos tecnológicos y eficientes, pero al mismo tiempo diseñados a escala humana, pensando en las reales necesidades de quien se mueve sobre cuatro ruedas en la ciudad.
La electricidad, sin duda, fue la protagonista de la exhibición, y llegó acompañada de diseños vanguardistas y pensados en la anunciada llegada de la conducción autónoma.
Así, una de las principales estrellas de la fiesta fue el crossover Ariya, un modelo de talla mediana que presenta las bases del nuevo estilo de diseño de Nissan, el "Timeless japanese futurism" (futurismo japonés atemporal), que se enfoca en un nuevo sentido para los vehículos de la marca, respetando su herencia japonesa con una cuidada distribución, de manera que priman el minimalismo y la funcional en todos los aspectos del vehículo. Todo, por supuesto, con una altísima carga tecnológica, donde la electricidad y los asistentes de manejo conviven mano a mano para ofrecer una experiencia emocionante y segura, pero aun así completamente libre de emisiones cuando se circula por las calles.
El Ariya es la base sobre la que se construirá el nuevo estilo de Nissan, uno que democratiza la tecnología, la electricidad y la movilidad.
Compartiendo el mismo escenario se encontraba el Nissan IMk, un conceptual eléctrico pensado para las pobladas urbes como Tokio, donde lo que prima es el espacio interior y la funcionalidad.
Ambos modelos están montados sobre la nueva plataforma eléctrica de la marca japonesa, arquitectura flexible y escalable que dará vida hasta a ocho nuevos eléctricos de aquí a 2022.
» Listos para la calle
Si bien fueron los conceptuales los que reinaron en los atestados pasillos del centro de convenciones Tokio Big Sight, hubo un auto de producción que llamó poderosamente la atención.
Se trata de la esperada cuarta generación del Honda Fit, modelo que llegó completamente remozado, con un look más juvenil y con una verdadera familia, ya que se anunciaron las versiones Basic, Home, Ness, Crosstar y Luxe, que van desde lo más básico para moverse hasta acabados de lujo y motor híbrido. Estará disponible desde inicios de próximo año, aunque en Latinoamérica deberemos esperar a tener una fecha clara.
En el limbo entre los modelos de calle y los conceptuales se encuentra la segunda generación del Subaru Levorg, un show car que está prácticamente listo para iniciar su aventura en el asfalto y que mantiene la tradición de la silueta station wagon, aunque ahora montada sobre la nueva plataforma global de la marca, donde se acomoda un bloque horizontal de 1.8 de cuatro cilindros.
» El show de Japón
De aquí en mas, el resto fueron en su gran mayoría debuts de modelos eléctricos. Uno de los más esperados fue el de Mazda, bautizado como MX-30, y que se inscribe como el primer auto 100% eléctrico de la firma. Además de su llamativa apertura de puertas suicidas, este modelo cuenta con una batería de ion litio de 35,5 kWh, con poder suficiente para circular más de 200 km, aunque la marca no habló de cifras definitivas, mucho menos de cuándo lo podríamos ver en este lado del mundo.
Toyota fue un paso más lejos, y entre su gran contingente de novedades locales y enfocadas en diversos aspectos de la vida, decidió destacar el e-Racer, un prototipo de carrera totalmente eléctrico, donde el copiloto queda sentado justo detrás del piloto. De diseño futurista y altamente aerodinámico, este vehículo no cuenta con cifras oficiales de aceleración o autonomía.
En el otro lado de los pabellones del Tokio Big Sight de Japón, Lexus acaparaba miradas con el Lexus LF-30 Concept, un modelo que adelanta la próxima generación de eléctricos de la firma con un motor de 400 kW de potencia (unos 536 Hp), provenientes de una batería de 110 kWh. Este modelo es el encargado de pavimentar el camino para la llegada al mercado de la nueva gama electrificada de la marca. Un trabajo no menor si se considera que Lexus quiere llegar a tener un eléctrico o híbrido enchufable en cada segmento para 2020.
Radical y ecológica fue la propuesta de Mitsubishi con su MI-Tech Concept, un SUV híbrido enchufable que emula las líneas de los buggy, con un estilo abierto, amplio despeje y ausencia de puertas. Un detalle llamativo de este modelo es su combinación de un generador de motor de gas, que reemplaza al bloque de combustión para convertirse en un generador de energía eléctrica, lo que lo hace mucho más eficiente en términos de consumo, aun cuando cada rueda cuenta con su propio motor.
En un terreno más experimental, también nos encontramos con el Suzuki Waku SPO, un modelo que transforma su look coupé para revelar una camioneta pequeña. De estilo retro y estética atractiva, la marca no reveló datos de su sistema de propulsión, más allá de señalar que por ahora cuenta con un sistema híbrido plug-in.
En estos estrenos se puede ver claramente la intención evangelizadora de las marcas de Japón que, a toda costa, buscan un mundo más limpio, donde los autos son mucho más que máquinas que nos transporten y se convierten en verdaderos centros sensoriales. Los autos ahora son más que ingeniería pura y dura, se trata de las experiencias y la emoción en todo el amplio espectro de la palabra.