El pasado domingo 29 de julio, Marco (29) y Esteban Grimalt (27) coronaban una de las semanas más exitosas desde que se embarcaron hace 10 años en la aventura del vóleibol playa. En 29 minutos, los primos Grimalt conseguían su primer título en el Circuito Mundial de la especialidad, tras vencer en la final de Tokio a la dupla serbia de Stefan Basta y Lazar Kolaric, por parciales de 21-12 y 21-17. Los nacionales, eso sí, no pudieron festejar como lo hicieron sus familias en San Felipe y Linares.
"La celebración fue muy tranquila. Fuimos campeones el domingo en la tarde y el lunes en la mañana ya teníamos que estar viajando a Austria en un vuelo que, contando las escalas, era de 18 horas para llegar a jugar inmediatamente el martes. Cenamos en el hotel con un amigo japonés que nos acompañó en todos los partidos y que vivió en Chile por un tiempo. Era lo más cercano a estar con un chileno. Compartimos un momento y después, la verdad, nos fuimos a descansar para preparar el viaje y competir en el próximo torneo", relata Esteban Grimalt, el menor de la dupla.
» Primos Grimalt: Una tradición familiar
El apellido Grimalt es uno de los de mayor renombre en el vóleibol chileno. Desde hace 45 años algún miembro del clan ha integrado la Selección Chilena de Vóleibol Indoor. Hoy, quien carga esa responsabilidad es Rafael Grimalt, hermano de Esteban. "En mi caso, mi mamá -Mónica Fuster- también fue seleccionada y capitana por 10 años", agrega Esteban, quien, junto a Marco, sigue siendo parte de Deportes Linares, equipo dirigido por Jaime Grimalt -papá de Esteban- y que ha sido siete veces campeón de la Liga Nacional de Vóleibol.
En el caso de Marco, su papá, Roberto, también formó parte de los sextetos de la Roja en los años 80. "A nosotros no nos obligaron a jugar vóleibol, como podría presumirse, pero la verdad es que la sangre tira y después de pasar por otros deportes, terminamos encantándonos con esta tradición. Juntos empezamos en el vóleibol piso y decidimos profesionalizarnos en la playa", comentan ambos.
En referencia a los factores que propiciaron el título en el circuito, Marco es enfático en señalar que "es fruto de la disciplina, la constancia y la perseverancia…, la entrega total que le ponemos en el día a día a los entrenamientos, el sacrificio que hacemos por luchar y conseguir los sueños. Lo de ahora es el reflejo del trabajo hecho por años", comenta el mayor del binomio.
» Formación y logros marcados por entrenadores
Marco y Esteban Grimalt tienen claro que para llegar al nivel en que están, y seguir mejorando, es indispensable contar con un entrenador dedicado 100%. Para Esteban, el tema hoy cobra más sentido, ya que en la previa del torneo en Japón, se enteró del fallecimiento de su primer adiestrador, el español Juan Arroyo, quien llevaba más de 40 años ligado a la disciplina.
“Él fue una persona fundamental en el desarrollo de mi carrera. Fue totalmente responsable de que Linares hoy sea la potencia que es y eso siempre me produjo mucha admiración, respeto y cariño hacia él. Junto con Marco, tuvimos la suerte de poder compartir una última vez con él hace tres meses. Le pudimos hacer un homenaje en vida ante todos los alumnos y le transmitimos lo que él fue para nosotros. Nos volvió a manifestar que estaba muy feliz de que hayamos logrado llegar a la élite del voley, a participar de torneos internacionales e, incluso, de Juegos Olímpicos. Para nosotros fue un regalo, porque al final nos dijo que lo que lo ponía más contento de todo era el hecho de haber formado buenas personas. Ese era su objetivo, más allá de lo deportivo”, explica la dupla.
A fines de 2017, la Federación de Vóleibol de Chile desvinculó al entrenador Eduardo Garrido, acusándolo de enfocarse solamente en los Grimalt. El brasileño había trabajado codo a codo con la dupla durante los últimos años y ellos lo señalan como uno de los responsables de la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016 y del éxito más reciente en el World Tour.
“Sin duda, ha sido pieza fundamental de nuestro crecimiento y logros. Nuestra intención es seguir entrenando con él, terminar el ciclo de Tokio 2020, que fue el objetivo desde el día en que él llegó a Chile. Vamos a buscar la forma de poder seguir trabajando juntos”, advierte Marco Grimalt. Los primos apuestan por conformar una particular figura: por un lado, seguirán con Garrido de forma particular y, por el otro, también trabajarán junto al nuevo head coach pagado por la federación, el también brasileño Paulo Roberto Moreira.
Los primos Grimalt no están dispuestos a alterar la hoja de ruta que se trazaron para llegar a Tokio, esta vez a la cita deportiva más grande a nivel mundial.
» 2020 en la mira
"Al inicio de nuestras carreras, 10 años atrás, la meta siempre fueron los Juegos Olímpicos de Tokio. Sabíamos que el voley playa, a diferencia de otros deportes, es una disciplina longeva, donde te puedes mantener en un buen nivel hasta una edad avanzada. Esto es mucho de cabeza, muy sicológico. Hay que estar bien preparados desde ese punto para lograr resultados. Teníamos claro que había que lograr la madurez para competir a un alto nivel. Por eso nos enfocamos en Tokio a largo plazo", cuenta el 2 de los primos Grimalt.
"La clasificación a Río 2016 no estaba contemplada. Incluso, casi conseguimos ir a Londres, pero perdimos en la última instancia frente a Venezuela. Estar tan cerca de ir a los JJ.OO. de 2012 nos convenció de que haciendo un trabajo bien articulado durante cuatro años, íbamos a tener buenas posibilidades de clasificar a Río. Así lo hicimos y esta vez estamos ciento por ciento enfocados en ir a Tokio. Es difícil, pero es lo que queremos conseguir y por lo cual vamos a luchar", apunta la dupla.
Ahora, los primos continúan su periplo internacional, pero fijan la mirada en octubre, instancia en la que arranca la carrera olímpica. En Estados Unidos y China tendrán la primera opción de clasificarse a través del ránking a su segunda cita de los anillos. Como en el boxeo, el binomio lo buscará mediante la vía rápida. "Queremos que sea así para tener una preparación un poquito más larga previa a los Juegos", indican. Si no lo consiguen por el escalafón, tendrán que posponer planes e intentarlo en un clasificatorio, lo que supone mayor desgaste.
De cualquier manera, de timbrar los boletos a Japón -como soñaron hace una década-, los primos Grimalt apuntan a llegar muy alto. Hoy, con más recorrido se saben maduros y más fuertes en la parte mental. Están seguros de que este es su momento. Además, los primos Grimalt demostraron que Tokio les sienta muy bien. MT