¿Cómo se logra que después de cuatro décadas de vida se mantenga vigente un modelo manteniendo el ADN de la marca y de la familia casi intacto? Para los diseñadores de BMW no es tarea fácil y menos lo fue hacer esta séptima generación, que para muchos es una de las más hermosas –obviamente en lo que respecta este ítem siempre puede haber discrepancia- y obviamente la más tecnológica jamás realizada –aquí no hay discusión-.
Quienes estuvieron detrás de la magnífica obra alemana lograron ser leales a las líneas de esta exitosa serie, y tomaron esa imposición como una motivación para recorrer un camino que parece ya marcado, pero que deja mucho margen de maniobra. Es a partir de ahí que nace el aspecto de la nueva Serie 3, que le da un guiño a la hermana mayor Serie 5, que aún logra diferenciarse del BMW actual, especialmente en la parte trasera. "Este ha sido un trabajo en equipo y creemos que hemos logrado un gran producto", señalaba Horst Kellerer, director del programa Serie 3 de BMW, durante la presentación en la localidad portuguesa de El Faro.
Con más de 15 millones de unidades vendidas en estos más de 40 años de vida, la séptima generación de la Serie 3 de BMW implicó una inversión de la marca de más de 700 millones de euros en las plantas de la firma que lo construirán para poder acomodar este modelo que crece en 85 mm de largo (4.709 mm), 16 mm de ancho, 1 mm de alto y 41 mm en la distancia entre ejes, convirtiéndose en un auto mucho más grande, pero siempre proporcionado.
Si bien el cambio de diseño se nota, este no es drástico. Simplemente es una evolución. Sus tres volúmenes están intactos, tiene unos grupos ópticos delanteros más estilizados los cuales se unen con los riñones delanteros que, tal como ya lo hemos visto en otros modelos de la marca, son más grandes y están unidos en la zona central.
De serie los focos son de luces led, mientras que como opcional se podrá elegir el nuevo sistema de iluminación láser adaptativo, que se identificará por el color azul en su contorno.
En el lateral la ligereza de los cambios se dan en la doble cintura que se logró entregar, estilizando la silueta de la nueva Serie 3 de adelante hacia atrás, con un sublime dinamismo. La famosa curva Hofmeister, ese "codo" que sirve para dar forma a la parte trasera de las ventanillas de los BMW, está presente, aunque reinterpretado en el pilar C.
La zaga es quizás donde mayor intervención hubo de los diseñadores, donde se aprecian unos focos de diseño horizontal y aspecto robusto, los cuales cuantan además con un volumen ondulado, viéndose como la Serie 3 más musculosa jamás creada, y cierran esa deportividad las salidas de escape con 80 o 90 milímetros de diámetro, dependiendo de la versión.
En el habitáculo el cambio es mayor, donde el apratado tecnológico es la base. Con un diseño orientado al conductor, lo primero que destaca es el cuadro de relojes situado tras el volante, completamente digital y configurable según los requerimientos.
Dentro de los elementos tecnológicos, llaman la atención el Display Key, la llave inteligente con pantalla que permite manejar distintos comandos del vehículo y cambiarlos en remoto, el asistente de conducción en congestión, que le permite al conductor no tocar el volante a velocidades de hasta 60 km/h siempre y cuando detecte que la atención del conductor está en la carretera, el asistente de estacionamiento que evoluciona ya que es capaz de recordar los últimos 50 metros conducidos y hacerlos en reversa, sin tocar el volante ni el acelerador, solo el freno.
La nueva Serie 3 mantiene su reparto de peso 50:50, pero además consiguió un chasis más rígido, unas suspensiones nuevas, un ancho de vías mayor y un centro de gravedad más bajo, mejorando su dinámica.
Mecánicamente el modelo de BMW estará disponible con motores de gasolina 320, 330 i, M340, los diésel 318d, 320d, 320d xDrive y el 330d, además de la versión eléctrica 330e.