A mediados de año, Mazda confirmó lo que varios de sus fanáticos estaban esperando: el premiado Mazda 3 por fin estaría impulsado por un motor turboalimentado que le dará un estatus de mayor deportividad (que por pinta le sobra). Ahora, la centenaria casa de Hiroshima extiende aquella misma combinación de motor Skyactiv-G 2.5 Turbo y tracción total al hermano SUV del hatchback, el Mazda CX-30.
Hasta ahora, dicho familiar que debutó en Chile en enero pasado, estaba disponible solo con motores de cuatro cilindros aspirados de 2.0 y 2.5 litros, con potencias de 153 y 186 caballos, respectivamente. El nuevo corazón también tetracilíndrico echa mano a su ingeniería más moderna y eficiente para desarrollar 250 caballos y un torque de 433 Nm (según info oficial). Este propulsor es 23 caballos más potente y 13 Nm más fuerte que el 2.5 turbo del Mazda CX-5 tope de línea.
El upgrade que estará disponible en Norteamérica a partir de fines de este año, se complementa con avances en materia de seguridad activa que van por el lado de las ayudas a la conducción. Se suma el frenado de emergencia autónomo trasero, que puede detener el vehículo automáticamente al detectar obstáculos o tráfico (hasta los 23 km/h).
También se incorpora el Traffic Jam Assist, que puede ayudar y asistir al conductor a permanecer en su carril cuando circula a menos de 65 km/h. Estos dos nuevos ingredientes se agregan a los anteriores sistemas de detección de señales de tránsito y el módulo adaptativo de luces frontales (que automáticamente enciende las altas al no haber tráfico delante).