Simular accidentes a gran velocidad, esa fue la idea de Volvo al dejar caer 10 autos nuevos -sí, nuevos- desde una altura de 30 metros y así ayudar a los equipos de rescate suecos a perfeccionar sus habilidades a la hora de extraer víctimas de dentro de autos estrellados.

Según señaló la firma escandinava, normalmente los equipos de rescate practican con vehículos de los desguaces, que suelen tener hasta dos décadas de antigüedad, por lo que la resistencia de su acero y su estructura dista mucho de los automóviles modernos. De ahí, que el centro de seguridad de Volvo haya llevado a cabo este experimento con autos nuevos de paquete.

El objetivo era replicar el estado en el que quedan los autos en los accidentes más fuertes, como colisiones a alta velocidad, impacto contra camiones o fuertes golpes laterales.

“Esperamos que nadie tenga que pasar jamás por la experiencia de sufrir los accidentes más graves, pero no todos se pueden evitar. Por eso es de vital importancia contar con métodos que contribuyan a salvar vidas cuando se producen los accidentes de mayor gravedad”, señaló Hakan Gustafson, investigador del equipo de investigación de accidentes de Volvo Cars.

Las conclusiones derivadas de las colisiones y maniobras de extracción serán recopiladas en un informe, que se pondrá a disposición del personal de rescate de todo el mundo de forma gratuita.